Agencias / InsurgentePress, Ciudad de México.- Bantú, el único gorila macho en México, era una de las principales atracciones del zoológico de Chapultepec -incluso una fotografía suya es la portada del sitio web-, pero su repentina muerte ha puesto en cuestión las habilidades de sus cuidadores y los derechos animales.

Bantú iba a ser trasladado al zoológico de Guadalajara con el fin de que se reprodujera con dos hembras que posee ese zoológico. Bantú fue sedado con dos analgésicos diferentes y después se le dio un antagonista (un fármaco que revierte los efectos de la anestesia), sin embargo Bantú nunca despertó.

Además del manejo de los fármacos, el traslado ocurrió con incongruencias, pues según la versión de Ignacio Millán, subprocurador de la Procuraduria Federal de Protección al Ambiente, el traslado de Bantú se haría el jueves 7 de julio por la mañana, no en la noche del 6, como ocurrió.

El caso de Bantú se suma a la viral muerte del gorila Harambe en Cincinnati, cuando un pequeño niño cayó a su jaula, y la muerte del oso polar Arturo en el zoológico de Mendoza (Argentina) que han conmocionado a la sociedad y han cuestionado el papel de los zoológicos en la actualidad.

La Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal ha comenzado una investigación para determinar la causa de muerte de Bantú. La investigación se abrió por que se considera que se viola el derecho humano a un medio ambiente sano en la modalidad de omisión y protección de especies en peligro de extinción por parte de la Secretaria de Medio Ambiente en la Ciudad de México, dirigida por Tanya Müller.

De acuerdo con la WWF quedan 105.000 gorilas en todo el mundo, la mayoría de la especie a la que pertenecía el fallecido (Gorilla gorilla gorilla).

La CNDHDF pidió que expertos ajenos al zoológico realicen una necropsia para determinar la causa de muerte Bantú y si en realidad se usaron dos tipos de analgésicos, algo que podría haber sido negligencia médica. La necropsia fue hecha, sin embargo, las fotografías de la necropsia fueron filtradas y causaron polémica porque podrían mostrar inconsistencias en la investigación.

En fotografías mostradas por el periódico El Universal, se veía lo que alguna vez fue Bantú, despedazado y degollado con algunas partes de la piel de la cara arrancadas. Además de presuntas bolsas sanitarias con los órganos del animal tiradas en el piso. Millán aseguró que jamás habían visto que se le diera un tratamiento así a algún animal fallecido en el zoológico.

Por su parte, Müller defendió el procedimiento diciendo que destazar al animal era necesario para recolectar muestras de tejido y para poder incinerarlo, pues el zoológico de Chapultepec cuenta con un horno crematorio para 70 kilogramos. Sin embargo, Mariana Hoyos, ex directora del zoológico cuestionó la decisión ya que según ella se pudo haber enterrado al animal.

La pérdida del hábitat y otros riesgos de la vida salvaje no se evitan al confinar a los animales en condiciones de hacinamiento y privándolos de todo lo que es natural e importante para ellos.

Organizaciones protectoras de animales como Proyecto Gran Simio y algunos diputados han propuesto el cierre del zoológico de Chapultepec. Incluso circula una petición en Change.org que pide el cese al maltrato animal dentro de las instituciones.

La organización PETA Latino asegura que no existe razón para mantener animales en jaulas para nuestra diversión y entretenimiento. Dicen que su cautiverio no evita su extinción:

Bantú es el tercer primate que muere en los dos últimos años en el principal zoológico de la capital mexicana. El primero fue Lío, un chimpancé que murió por insuficiencia respiratoria.

A mediados de 2015 murió Jambi, un orangután, a causa de leptospirosis, una enfermedad provocada por una bacteria presente en el agua contaminada.

La crítica más aguda que hace la organización es que los zoológicos ven el interés económico sobre el bienestar y la salud de los animales en cautiverio.

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