Agencias

Santiago de Chile, 11 marzo 2018.-El tránsito a veces agónico de los traspasos de poderes transcurrió en Chile ”con espíritu republicano”, pero falta saber qué sucederá después que Michelle Bachelet entregue la banda presidencial a Sebastián Piñera.

Un cambio de color político que se repite. Bachelet terminó su primer período en 2010 y dio paso a Piñera, un cambio que a la inversa se dio en 2014 y este domingo dará otro giro.

“Soy una convencida que hoy Chile es un mejor país”, remarcó la dignataria en un último saludo en su cuenta de Facebook a los chilenos, a poco de entregar el comando del país austral a su archirrival.

“Estoy muy orgullosa de las transformaciones que impulsamos estos años”, destacó Bachelet cuyo segundo período introdujo ambiciosas reformas aunque no fue contundente para algunos sectores de la izquierda.

A la hora de los balances, muchos le reconocen los cambios en la educación, la implantación de la ley de aborto en tres causales, transformaciones laborales y tributarias; un proyecto de nueva Constitución y otras audaces legislaciones.

Sin embargo, sus críticos dentro de la propia izquierda consideran que se quedó a mitad de camino y el irreverente sector estudiantil calificó de insuficientes los pasos dados en el dominio.

El Partido Comunista, uno de sus aliados, le reconoció su valentía a la hora de establecer proyecciones de largo y profundo alcance, perfectibles pero con una visibilidad que no tenían antes.

La revista Punto Final, identificada con el Movimiento de Izquierda Revolucionario (MIR) de su asesinado líder Miguel Enríquez, no tuvo piedad en sus críticas a la mandataria al afirmar que se alineó con el mercado y le faltó pulso.

Si bien las visiones están encontradas, porque para la derecha en general su estancia en La Moneda fue poco menos que desastrosa, Bachelet goza de un enorme prestigio internacional y también a nivel de pueblo en Chile.

“Quiero enviar un saludo a todos ustedes por Facebook, el honor que ustedes me han hecho por haber sido presidenta de nuestra patria por dos veces”, (2006-2010 y 2014-2018), apuntó.

La salida de Bachelet del Palacio de La Moneda marca el fin de la luna de miel de las mujeres en el poder en América Latina y el Caribe.

Su peor momento aconteció a fines de enero de 2016 por un escándalo de corrupción que involucró a su hijo Sebastián Dávalos, y su nuera Natalia Compagnon, investigados por la justicia por tráfico de influencias y delitos tributarios.

“Han sido tiempos difíciles para mí y para mi familia, muy dolorosos, y que sin duda me ha afectado profundamente”, dijo la gobernante ese año sobre el asunto, que le costó una estrepitosa caída de popularidad de la cual no se recuperó nunca.

De momento, Sebastián Piñera regresa al máximo cargo de Chile con el favor de una rotunda victoria en las elecciones de diciembre y un discurso atemperado, de corte republicano.

Alrededor de mil invitados participarán este domingo en la investidura en el Congreso Nacional en la hermosa ciudad portuaria de Valparaíso.

Entre las personalidades que asistentes sobresalen los presidentes de Bolivia, Evo Morales; Ecuador, Lenín Moreno; Argentina, Mauricio Macri; Perú, Pedro Pablo Kuczynski; Brasil, Michel Temer; y Honduras, Juan Orlando Hernández.

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