Redacción InsurgentePress/Ciudad de México.- La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) consideró que el manejo de la deuda pública del Gobierno de Enrique Peña Nieto ha pasado de estable a negativa tras registrar un aumento del 43 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) en 2012 hasta más de 58 por ciento en 2016.

Eso, advirtió la OCDE, propició que las agencias de calificación modificasen de estable a negativa su perspectiva de la deuda soberana de México.

“En 2013 el gobierno se comprometió con un plan de consolidación fiscal plurianual destinado a estabilizar la proporción de deuda respecto al PIB, lo que se ha alcanzado gracias a los ingresos fiscales adicionales derivados de la ampliación de la base tributaria, pero también mediante la reducción de la inversión pública, con las potenciales implicaciones negativas para el crecimiento a largo plazo”, cuestionó.

Según la OCDE, las altas transferencias están contribuyendo a los buenos resultados fiscales previstos en 2017, pero es improbable repetir estos en los próximos años, lo que generará mayor presión sobre el gasto.

Agregó que las políticas monetaria y fiscal, determinadas por el Banco de México (Banxico) y la Secretaría de Hacienda, respectivamente, “no están respaldando el crecimiento” económico, y en ese sentido propuso reforzar los programas sociales.

“Reforzar el gasto social en programas para erradicar la pobreza extrema, como Prospera, debería ser también una prioridad en el futuro.

“La simplificación de los procedimientos administrativos para poder acceder a las transferencias sociales y el apoyo a la labor de los trabajadores sociales con familias marginadas, sobre todo en zonas remotas del sur, son también aspectos cruciales para resolver la pobreza extrema”, sugirió.

De acuerdo con el informe de la OCDE, la inflación ha desbordado con creces la meta del Banco de México (Banxico) –que es de 3% y ahora se sitúa en 6.3%– como consecuencia de la depreciación acumulada del peso durante 2017 y de la progresiva liberalización de los precios nacionales de los carburantes.

Una vez que la inflación regrese hacia la meta, consideró, el banco central tendrá margen para relajar su posición y apoyar el crecimiento del crédito y la inversión.

En ese escenario, la OCDE aseguró que la desigualdad sigue siendo una brecha demasiado amplia entre ciudadanos con poder adquisitivo y aquellos que jamás han logrado cruzar la línea de la pobreza en México.

Es decir en México, agregó el documento de la OCDE, sigue estancada la pobreza y persiste la desigualdad, pues 40 de cada 100 mexicanos tienen un ingreso con el que es imposible adquirir una canasta básica de alimentos.

Las reformas económicas impulsadas por el Presidente Enrique Peña Nieto han sido un paliativo para incrementar el empleo formal más no una solución de fondo para abatir la pobreza, precisó el informe Perspectivas Económicas de la OCDE.

De acuerdo con la OCDE, un 20 por ciento de los ciudadanos se encuentra en la parte más alta de la pirámide del ingreso y ganan 10 veces más que aquellos que están en el opuesto, en el 20 ciento de la base, en México.

Según las mediciones del organismo, 16 de cada 100 mexicanos tienen un ingreso que los mantiene debajo de la línea de pobreza, la cuarta proporción más elevada entre los socios de la OCDE.

En las mediciones nacionales, 40 de cada 100 personas no pueden comprar con su salario una canasta básica de consumo, señaló.

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