Agencias/ Ciudad de México.- El consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, ha asegurado que el proceso de limpieza en las inmediaciones del derrame producido el pasado enero en la refinería La Pampilla, en Perú, ya está “prácticamente” terminado, y ha lamentado “profundamente” las consecuencias del incidente.

Durante su intervención en la junta general de accionistas, Imaz ha destacado la respuesta de la compañía, que “desde el primer día” ha desplegado “todos los recursos humanos, técnicos, y económicos” para detener, en la medida de lo posible, el efecto del derrame y acelerar la limpieza del entorno.

Repsol también se ha centrado, ha dicho, en “atender las necesidades” de la población afectada, especialmente de pescadores y comerciantes locales.

En esta línea, Imaz ha mostrado una vez más la disposición de la multinacional española a colaborar con las autoridades para esclarecer los hechos.

El pasado 15 de enero el mar y las playas peruanas de Lima y el Callao se vieron afectados por un derrame producido en el terminal número 2 de la refinería La Pampilla, en Ventanilla, al soltarse o desprenderse presuntamente la plataforma de colectores.

El incidente coincidió con un nivel inusitado del mar a causa del tsunami generado por la erupción volcánica en Tonga.

Según el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp) de Perú, en las áreas naturales protegidas afectadas por la catástrofe ecológica se han registrado más de 950 aves cubiertas de petróleo, de especies como el cormorán, el guanay, el piquero peruano, el pelícano y la gaviota peruana.

Como se recuerda, el pasado 15 de enero se produjo el derrame de más de 11 mil barriles de petróleo en la refinería La Pampilla de la empresa Repsol, impactando sobre un área aproximada de 15 mil hectáreas del litoral peruano.

Al respecto, un reciente informe de la Defensoría del Pueblo señala que “El desconocimiento o minimización de la magnitud real del derrame de petróleo por parte de la empresa generó que las acciones de primera respuesta adoptadas por parte de la misma no sean las suficientes para minimizar o atender sus impactos, ni se activaran en forma inmediata los mecanismos estatales existentes para una situación de esta naturaleza. Un claro ejemplo de ello es la activación de oficio del Plan Distrital de Contingencia para la Prevención, el Control y Combate de Derrames de Hidrocarburos y Otras Sustancias Nocivas, seis días después de ocurrido el derrame”.

De acuerdo con Miguel Lévano, coordinador de Programas y Alianzas de Oxfam en Perú, y coordinador del Grupo de Trabajo sobre Derrames Petroleros de la Coordinadora Nacional de DDHH (CNDDHH): “lo sucedido con el derrame que involucra a las empresas Repsol y La Pampilla expresa una deficiente y poco diligente respuesta, sin una adecuada identificación de los daños, así como de las y los afectados que permita la remediación adecuada y compensación debida, evidenciando también las deficiencias para adoptar medidas preventivas de respuesta ante posibles nuevas emergencias.

“Todo ello debe no solo ayudar a mejorar la respuesta específica frente al caso y la población afectada, sino a buscar mejorar el marco institucional para garantizar una respuesta rápida ante situaciones similares y la remediación ante los impactos negativos”.

Los derrames de petróleo e impactos por la actividad de hidrocarburos afectan a diversas partes del Perú, desde la Amazonía hasta el litoral.

De acuerdo con el informe La sombra de los hidrocarburos de Oxfam y el Grupo sobre derrames petroleros de la CNDDHH, entre 1997 y el primer trimestre del 2021, se produjeron 1002 derrames en lotes hidrocarburíferos del Perú.

Los lotes con una mayor frecuencia de derrames son los siguientes: 192 (antes 1AB), 8, X, el Oleoducto Norperuano (ONP) y el Z-2B. La mayoría de las incidencias de derrames se han producido en los lotes de selva, en donde han ocurrido 566, mientras que en la costa se han producido 404. En cuanto a la sierra, se ha contabilizado la ocurrencia de 5 derrames.

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