Agencias/Ciudad de México.- El futbol italiano podrá pagar la deuda que acumula desde 2020 en forma de impuestos, unos 500 millones de euros, a plazos durante los próximos cinco años, hasta 2027, gracias a la enmienda conocida en Italia como ‘Salva-deporte’ que incluyó finalmente la ultraderechista Giorgia Meloni en la Ley de Presupuestos que se aprobará en Italia antes de fin de año.

Los equipos de las tres primeras categorías (Series A, B y C) deben, en total, 480 millones de euros en materia de impuestos (IVA e IRPF) desde que en 2020 se les concediera una suerte de amnistía fiscal para aliviar su complicada situación económica provocada por la pandemia, que provocó el fin de la actividad deportiva.

Ante la necesidad de los clubes de sufragar la deuda de manera fraccionada, Claudio Lotito, presidente del Lazio y senador por parte de Forza Italia -que forma parte del Gobierno Meloni-, presentó una enmienda para dividir la deuda en 60 cuotas (cinco años).

Sin embargo, el propio gobierno italiano, que tenía la intención de incluir dicha enmienda el la Ley de Presupuestos en primera instancia, dio marcha atrás ante el revuelo social generado por el puesto privilegiado del fútbol frente al del resto de empresas italianas -que si tendrían que hacer frente a sus deudas- y aseguró que no tendría un trato de favor con los equipos, por lo que puso como fecha límite para hacer frente a la totalidad del importe el próximo jueves 22 de diciembre.

“El escudo penal de los clubes de fútbol es insostenible”, dijo el pasado 7 de diciembre la primera ministra italiana. Unas declaraciones que fueron respaldadas por el ministro de Deporte, Andrea Abodi.

El fútbol italiano estaba contra las cuerdas pero, tras varios días de negociaciones entre autoridades gubernamentales y deportivas, el gobierno, en vista de que los clubes no podían hacer frente al montante total, ha decidido volver a incluir la propuesta y tender la mano al fútbol y al deporte italiano.

La enmienda se conocía hace unas semanas en Italia como ‘salva-calcio’ pero, al incluir además al resto de deportes, ha tomado el nombre de ‘salva-deporte’. La deuda total del deporte italiano, incluyendo a todas las federaciones, asciende a casi 900 millones de euros.

El pago de la deuda se presenta ahora para los clubes de fútbol y demás federaciones en 60 plazos, aunque con un 3% de interés (26,67 millones de euros). Eso sí, los equipos deberán pagar antes del 29 de diciembre las tres primeras cuotas y las deudas con la seguridad social.

“No habrá descuentos para los clubes de fútbol, tendrán que pagarlo todo con intereses, como otras empresas. La parte correspondiente a las cotizaciones y a la seguridad social deberá abonarse antes del 29 de diciembre, todo lo demás hasta un máximo de 60 plazos. No se harán descuentos a nadie, como es justo”, declaró este miércoles Abodi.

Según medios locales, son pocos los equipos que han hecho ya frente a su deuda. El Cremonese, recién ascendido a la Serie A, y el Fiorentina ya están libres; y el Lecce tiene preparada su parte para solventar su debe.

Debido a la pandemia de Coronavirus los equipos italianos habían recibido una ayuda gubernamental que les permitía pagar sus impuestos de manera más accesible en pagos reducidos; sin embargo, eso cambió tras la llegada del nuevo gobierno de Giorgia Meloni y ahora tienen una fecha establecida para condonar su deuda, pues la nueva administración aseguró que no habrá concesiones.

Andrea Abodi, ministro de deporte y juventud de Italia dijo que no existe la posibilidad para ofrecer un trato diferenciado en materia de pago de impuestos a los equipos de futbol. “No creemos que se den las condiciones para ofrecer herramientas exclusivas a este sector. Hay clubes virtuosos que pagan puntualmente, quizá haciendo una compra menor de jugadores por respeto a las normas, y otros que tienen un paradigma de gestión diferente”, expresó.

“Es bastante claro que hay una autonomía relativa del sistema deportivo, que debemos tener en cuenta, pero la autonomía relativa es parte de las reglas del Estado, por lo que creemos que existen estas condiciones para garantizar que pueden satisfacerse en el contexto de las necesidades de los clubes profesionales, en particular en la Serie A, dentro del marco existente, respetando también un concepto que es más deportivo que la vida, la competencia leal”, agregó en declaraciones citadas por Bussines 24.

La primera ministra Giorgia Meloni también se pronunció y dijo que: “El escudo penal de los clubes de fútbol es insostenible”. En total, los clubes italianos de las Series A, B y Lega Pro deben 480 millones de euros en materia de impuestos desde 2020 cuando se les permitió pagar más tarde por la situación económica después de la pandemia, aunque los clubes han seguido fichando jugadores estos dos años, por ejemplo.

Claudio Lotito, presidente de la Lazio y senador por parte de Forza Italia, uno de los partidos aliados del nuevo gobierno, presentó una enmienda para dividir la deuda en 60 cuotas a cinco años y pagar las tres primeras antes de la fecha límite del 22 de diciembre, según informó la agencia de noticias EFE. Esta enmienda se iba a tomar en cuenta, pero ante el rechazo popular por un trato privilegiado al futbol, se habría descartado.

Dado que en el fútbol de élite son los clubes quienes soportan la carga fiscal, porque los futbolistas negocian su salario en neto, la aplicación de esa medida derivó en una mayor capacidad de los conjuntos italianos para fichar futbolistas del extranjero. Dicho de otro modo, sus sueldos pasaban a ser mucho más baratos de lo que habían sido hasta entonces, otorgando a los clubes italianos una mayor capacidad financiera para atraer talento.

La Serie A se sumaba así a unas medidas para facilitarle la vida a los clubes que, en diferentes modalidades, también se aplican en Reino Unido y Francia. Paraísos fiscales aplicados al fútbol (también a otros sectores) que penalizaban a España. LaLiga elaboró un informe interno en el año 2020 que calculaba, a grandes rasgos, que una gran estrella mundial tributaría alrededor de un 40% más en España que en Italia en un periodo de cinco años, 215 millones frente a 130. Dinero, claro está, que las arcas públicas italianas dejaban de ingresar tras la aprobación del decreto de 2019.

La primera consecuencia directa del cambio fiscal fue el fichaje de Cristiano Ronaldo por la Juventus en el verano de 2019. El club turinés jamás habría podido pagar la ficha bruta que el portugués recibía en el Real Madrid, pero sí pudo afrontar la menor carga impositiva que le exigía el Gobierno italiano. En veranos posteriores se produjeron grandes fichajes como los de Matthijs de Ligt (Juventus), Romelu Lukaku (Inter) y Victor Osimhen (Nápoles), ganando la mano a otros clubes europeos.

La medida, en fin, sirvió para que los clubes italianos se reforzaran con jugadores que hasta entonces tenían dificultades para alcanzar en el mercado. ¿Pero ha servido para su fin primigenio, para que los equipos italianos sean más competitivos en Europa? Los datos demuestran que no solo no han mejorado sus resultados desde 2019, sino que incluso los han empeorado.

La última vez que un italiano llegó a la final de Champions (Juventus) fue en 2017. La última semifinal (Roma), en 2018. En 2019 y 2020 el límite fue los cuartos de final, primero con la Juventus y después con el Atalanta. La regresión se ha consolidado en las dos últimas temporadas, sin representantes de la Serie A entre los ocho mejores de Europa. La eliminación del Inter a manos del Liverpool la semana pasada y la de la Juventus contra el Villarreal el pasado miércoles confirmaron otro ‘annus horribilis’ para el Calcio.

Es decir, que en estos años la Hacienda italiana ha ingresado mucho menos dinero del que habría recaudado hasta 2019 y los resultados de sus equipos han empeorado. Y eso que desde que se puso en marcha esta medida fiscal, la Serie A se ha consolidado como la segunda liga del mundo que más dinero invierte en fichajes, por detrás de la inalcanzable Premier League y muy por delante de LaLiga.

Las razones de esta paradoja son sin duda deportivas, pero también tienen que ver con la cultura económica de los clubes de la Serie A. Tradicionalmente, son entidades que viven al límite a lo financiero, al estilo del Barcelona de Josep Maria Bartomeu, a los que la pandemia les ha golpeado con mucha dureza. Un informe de la UEFA calculó que la liga italiana perdió un 21% de su negocio en la temporada 2020-21, muy lejos de los datos de Premier League (12%), Ligue 1 (11%), Bundesliga (9%) y sobre todo LaLiga (5%).

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