De Primera Mano/Por Rodulfo Reyes/Villahermosa.- El secretario de Seguridad y Protección Ciudadana de la federación, Omar García Harfuch, no ha repetido en Tabasco lo que está haciendo en Sinaloa y en Chiapas, lo que en la tierra del ex presidente Andrés Manuel López Obrador se interpreta como el abandono de la administración de Claudia Sheinbaum Pardo al gobernador morenista Javier May Rodríguez.
Al menos en el imaginario se cree que los trompicones a la delincuencia de élite en aquellas entidades son el resultado de la labor del “Batman” de la Ciudad de México.
Y, a diferencia de Sinaloa y Chiapas, en el edén tropical no se percibe que el gobierno de Sheinbaum esté apuntalando al mandatario tabasqueño, con todo y que también es parte del estado mayor del lopezobradorismo, donde se ubica a la Presidenta.
Quien fuera jefe policiaco en la administración de Sheinbaum en la capital del país prácticamente tiene una oficina en la tierra del aguachile y sus incursiones allá parecen reflejar los resultados en el combate al hampa de gran calado.
Y en Chiapas estuvo el miércoles pasado en la ex paradisíaca ciudad real de San Cristóbal para firmar el programa de seguridad del gobierno de Eduardo Ramirez, quien apenas tiene un mes y una semana de haber arrancado motores.
El éxito en materia de seguridad en Chiapas muestra claramente la fuerza del Estado mexicano cuando hay determinación política para actuar, pues en la entidad vecina se está metiendo a la cárcel a funcionarios presuntamente involucrados que militan en el partido del gobierno, en una misma estrategia ya aplicada por Harfuch en el Estado de México.
En Tabasco, en cambio, a pesar de que los grupos delincuenciales han intervenido en temas del gobierno como demandar la destitución del secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, general Víctor Hugo Chávez Martínez, la federación no ha respondido con la misma fuerza que ha golpeado a los criminales de altos vuelos en Sinaloa y Chiapas.
Según observadores, en la tierra del ex presidente López Obrador el tema de la inseguridad está empantanado por la política.
El mismo gobernador May ha denunciado que el “comandante” del grupo delictivo local La Barredora es Hernán Bermúdez Requena, quien fue nombrado en 2019 como secretario de Seguridad y Protección Ciudadana por Adán Augusto López Hernández, a la sazón mandatario local.
Bermúdez Requena, para más señas, llegó a Tabasco a principios de los 90’s para trabajar con el gobernador priísta Manuel Gurría Ordóñez, con quien Adán López inició su carrera en la administración.
De hecho, López Hernández trae a Bermúdez Requena a Tabasco y desde entonces fue parte cardinal de su grupo político.
En el expediente de la violencia la política se observa más en Tabasco: aquí la delincuencia quiere “quitar” al general brigadier enviado de la capital del país para relevar al jefe policiaco de la cuadra de Adán López.
Además, a la información de la inseguridad se le ha dado el manejo político de hacer responsable al morenista May sin el análisis sin filtro de que la banda en pugna con el gobierno fue nutrida en la gestión anterior, según denuncia del propio jefe del Ejecutivo.
Esto puede verse en las redes sociales, donde políticos aun de Morena y de la oposición, pero cercanos al grupo de Adán López, han incubado la versión de que se debe cambiar al gobernador.
Como ejemplo, ayer el senador morenista Oscar Cantón Zetina pidió que renuncien las autoridades ‘de cualquier nivel’ que no puedan resolver el problema de la inseguridad.
El eterno aspirante a la gubernatura (la buscó por el PRI, por el PRD, por el PVEM, como “candidato independiente” y hasta por Morena) fue entrevistado por la estación de radio en la que Adán López ofrecía como mandatario cada mes una entrevista exclusiva para fijar la agenda pública de Tabasco.
A su llegada a Plaza de Armas, Javier May inició tres conferencias mañaneras a la semana, y en una de estas advirtió que su gobierno ya no centraría la información en un solo medio, en alusión a las apariciones mensuales de Adán López en una estación de radio, la misma que ayer detonó la especie de que Javier May debe ser sustituido por falta de resultados.
Además del problema de inseguridad, Tabasco enfrenta una situación que puede estallarle por el lado de la economía. Se trata de la deuda de Pemex con proveedores y contratistas, de la cual el 80 por ciento corresponde a inversionistas pequeños y medianos que podrían cerrar sus negocios por falta de circulante.