Agencias, Ciudad de México.- Israel y Hamás han mantenido conversaciones indirectas durante más de un año con el objetivo de poner fin a la guerra en Gaza y devolver a decenas de rehenes en manos de milicianos a cambio de palestinos encarcelados por Israel.

Sin embargo, a pesar de la intensa mediación de Estados Unidos, Qatar y Egipto, las conversaciones se han estancado repetidamente por varios temas clave, incluyendo los detalles del intercambio, si el alto al fuego sería permanente y la retirada de las fuerzas israelíes.

Mediadores estadounidenses y árabes lograron un progreso significativo durante la noche hacia la mediación de un alto al fuego en la guerra entre Israel y Hamás y la liberación de decenas de rehenes retenidos en la Franja de Gaza, pero aún no se ha alcanzado un acuerdo, dijeron funcionarios.

Tres funcionarios reconocieron que se ha avanzado y dijeron que los próximos días serán críticos para poner fin a más de 15 meses de combates que han desestabilizado Oriente Medio. Hablaron bajo condición de anonimato porque no estaban autorizados a comentar las conversaciones.

Uno de los tres funcionarios y un funcionario de Hamás dijeron que todavía había varios obstáculos por superar. En varias ocasiones durante el último año, funcionarios estadounidenses han dicho que estaban al borde de alcanzar un acuerdo, sólo para que las conversaciones se estancaran.

Una persona familiarizada con las conversaciones dijo que hubo un avance durante la noche y que había una propuesta de acuerdo sobre la mesa. Los negociadores israelíes y de Hamás la presentarán a sus líderes para pedir aprobación final, dijo la persona.

La persona dijo que mediadores de Qatar habían ejercido presión renovada sobre Hamás para aceptar el acuerdo, mientras que el enviado del presidente electo Donald Trump, Steve Witkoff, presionaba a los israelíes. Witkoff se unió recientemente a las negociaciones y ha estado en la región en los últimos días.

La persona dijo que los mediadores habían entregado el borrador del acuerdo a cada bando y que las próximas 24 horas serían cruciales.

Un funcionario egipcio dijo que hubo buen progreso durante la noche, pero que probablemente tomaría algunos días más, y que las partes aspiraban a conseguir un acuerdo antes de la investidura de Trump el 20 de enero del 2025. Un tercer funcionario dijo que las conversaciones estaban en un buen lugar pero no se habían resuelto. Ese funcionario también estimó que era posible conseguir un acuerdo antes de la investidura.

Sin embargo, un funcionario de Hamás dijo que aún había que resolver una serie de cuestiones controvertidas, como un compromiso israelí para poner fin a la guerra y detalles sobre la retirada de tropas israelíes y el intercambio de rehenes y prisioneros. El funcionario no estaba autorizado a informar a los medios y habló de forma anónima.

El funcionario egipcio confirmó que esos temas aún se estaban discutiendo.

El gobierno de Biden, junto con Egipto y Qatar, ha pasado más de un año tratando de mediar un acuerdo para poner fin a la guerra más mortal jamás librada entre israelíes y palestinos y asegurar la liberación de decenas de rehenes capturados en el ataque del 7 de octubre de 2023 de Hamás, que desencadenó la contienda.

Pero las partes están divididas sobre los detalles del intercambio de rehenes por prisioneros palestinos retenidos por Israel, así como la naturaleza del propio alto al fuego. Hamás ha dicho que no liberará a los cautivos restantes si no termina la guerra, mientras que el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha prometido continuar la campaña hasta una “victoria total” sobre el grupo armado.

Ahora se está discutiendo un alto al fuego por fases. Netanyahu ha reiterado que solo está comprometido con la primera fase, una liberación parcial de rehenes a cambio de una pausa en los combates de varias semanas. La posibilidad de un alto al fuego duradero y otros temas se negociarían después de que comience la primera fase. Hamás ha exigido una retirada completa y un fin completo a la guerra, y espera que esta primera fase conduzca a ese resultado.

Un acuerdo podría debilitar la coalición de Netanyahu, que incluye dos facciones de ultraderecha que han amenazado con abandonar el gobierno si Israel hace demasiadas concesiones. Algunos miembros de la oposición han prometido dar a Netanyahu el apoyo que necesita para aprobar un canje de rehenes, pero la indignación de los políticos más belicistas podría ser una fuente de inestabilidad en el futuro.

Netanyahu aspira a que la perspectiva de un gobierno de Trump —que incluye aliados del movimiento de colonos de Cisjordania— persuada a sus socios para que permanezcan en el gobierno.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, quien espera concluir un acuerdo antes de dejar el cargo la próxima semana, habló con Netanyahu sobre las conversaciones.

El jefe de la agencia de inteligencia extranjera de Israel, Mossad, David Barnea, y el principal asesor de Oriente Medio de Biden, Brett McGurk, estaban ambos en la capital de Qatar, Doha. La presencia de Barnea significaba que altos funcionarios israelíes que tendrían que firmar cualquier acuerdo están una vez más involucrados en las conversaciones.

McGurk ha trabajado en los detalles finales de un texto que se presentará a ambas partes, dijo el asesor de seguridad nacional de Biden, Jake Sullivan, a CNN en “State of the Union”. Pero dijo que no predeciría si se podría alcanzar un acuerdo antes del 20 de enero del 2025, el día de la investidura.

“Estamos muy, muy cerca”, dijo. “Aún así, estar muy cerca todavía significa que estamos lejos porque hasta que realmente crucemos la línea de meta, no hemos llegado”.

Sólo se ha logrado un breve alto al fuego en 15 meses de guerra, y eso fue en las primeras semanas de lucha. El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, dijo la semana pasada que el acuerdo estaba “muy cerca” y esperaba completarlo antes de entregar el testigo diplomático al gobierno entrante de Trump.

La campaña de Israel en Gaza ha matado a más de 46,000 palestinos, la mayoría mujeres y niños, según el Ministerio de Salud del territorio, cuyo recuento no da un desglose entre combatientes y civiles. Milicianos liderados por Hamás mataron a unas 1,200 personas y secuestraron a unas 250 más en el ataque que encendió la guerra.

Las familias de los aproximadamente 100 rehenes aún retenidos en Gaza presionan a Netanyahu para que llegue a un acuerdo para traer a sus seres queridos a casa. Los israelíes volvieron a manifestarse en la ciudad de Tel Aviv y mostraron fotos de los rehenes.

En Gaza, los palestinos moderaban sus esperanzas de un alto a la campaña israelí, que ha devastado gran parte del territorio y ha expulsado de sus hogares a alrededor del 90% de sus 2.3 millones de habitantes.

“Escuchamos que hay negociaciones todos los días, pero no vemos nada”, dijo Mazen Hammad, residente de la ciudad sureña de Jan Yunis. “Cuando lo veamos en el terreno, entonces creeremos que hay una tregua”.

Mientras los dos bandos se acusaban mutuamente de echarse atrás, la guerra ha continuado.

Docenas de palestinos han sido asesinados cada día en ataques israelíes, y la mayoría de los 2.3 millones de personas en Gaza está hacinada en campamentos insalubres de tiendas de campaña, con sus barrios en ruinas. Los grupos humanitarios tratan de entregar una ayuda que se necesita con desesperación, y los expertos han advertido sobre una hambruna.

En Israel, las familias de los rehenes han celebrado manifestaciones semanales exigiendo un acuerdo para su liberación, temiendo que sus seres queridos mueran en las duras condiciones del cautiverio mientras se alargan los combates.

Hamás y otros grupos aún retienen a unos 100 rehenes capturados en el ataque del 7 de octubre de 2023 en el sur de Israel que desencadenó la guerra, en la que los milicianos mataron a unas 1,200 personas, en su mayoría civiles, y secuestraron a unas 250. El Ejército israelí ha dado por muertos a un tercio de los rehenes, pero sospecha que el número real podría ser alrededor de la mitad.

Hamás exige la liberación de un gran número de prisioneros palestinos, incluidos milicianos de alto rango condenados por orquestar ataques que mataron a civiles. Israel es reacio a liberar a esos prisioneros, especialmente porque uno de los cerebros del ataque de 2023, el asesinado líder de Hamás Yahya Sinwar, fue un prisionero liberado en un acuerdo similar.

Las dos partes han intercambiado listas de nombres e Israel exige más información sobre qué rehenes están vivos para asegurarse de que salgan primero. Hamás dice que necesita al menos una breve tregua para determinar el estado de los rehenes, porque están siendo retenidos por varios grupos en ubicaciones secretas y dispersas.

El acuerdo incipiente contempla un plan de varias fases. En la primera etapa, Hamás liberaría a los rehenes más vulnerables y las fuerzas israelíes se retirarían de algunas áreas, permitiendo que algunos palestinos regresen a sus hogares y un aumento de la ayuda humanitaria.

En el segundo paso, que se negociaría durante el primero, se liberaría al resto de los rehenes vivos a cambio de un alto al fuego duradero y la retirada de las fuerzas israelíes.

Hamás ha dicho que no liberará a los rehenes restantes sin garantías de que la guerra terminará. La ofensiva de Israel ha matado a más de 46,000 personas en Gaza, en su mayoría mujeres y niños, según las autoridades sanitarias locales, que no especifican cuántos de los muertos eran milicianos.

Hamás probablemente teme que Israel reanude su ofensiva, y aumente su intensidad, una vez que los rehenes estén fuera y los militantes ya no tengan su herramienta de negociación más valiosa.

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha prometido hacer justamente eso. Dice que Israel no terminará la guerra hasta haber destruido la capacidad militar y de gobierno de Hamás y asegurarse que el grupo armado palestino ya no suponga una amenaza.

La desconfianza es mutua: los israelíes temen que Hamás prolongue las negociaciones sobre la segunda fase, extendiendo el alto al fuego indefinidamente mientras los rehenes languidecen.

Las negociaciones casi colapsaron el verano pasado cuando Netanyahu dijo que Israel mantendría una presencia duradera en el corredor de Philadelphi, una franja de tierra a lo largo de la frontera entre Gaza y Egipto.

Israel dice que Hamás ha llevado armas de contrabando a Gaza a través de túneles bajo el corredor y que debe controlar el área para evitar que Hamás se rearme. Egipto, un mediador clave, dice que bloqueó los túneles hace años y se opone a cualquier presencia israelí en el lado de Gaza de su frontera.

Israel también ha exigido un mecanismo para inspeccionar a las personas que regresan a sus hogares en el norte de Gaza, de donde huyeron alrededor de un millón de personas siguiendo órdenes de evacuación israelíes al inicio de la guerra. Su regreso es una demanda clave de Hamás, cuyos detalles aún se están trabajando.

Israel dice que las personas que regresan al norte deberían ser registradas en busca de armas. Eso probablemente requeriría una presencia israelí en lo que se conoce como el corredor de Netzarim, una franja de carreteras cerradas e instalaciones militares que se extiende desde la frontera hasta el mar justo al sur de Ciudad de Gaza.

Los palestinos se oponen a cualquier ocupación israelí permanente, aunque se dice que Hamás ha mostrado flexibilidad en el calendario de la retirada israelí.

Israel dice que Hamás no puede volver a gobernar Gaza, pero aún no ha respaldado un plan realista para un gobierno alternativo. Sin rivales internos, Hamás ha podido reagruparse rápidamente después de las operaciones israelíes, incluso en las áreas más afectadas, y aún controla gran parte del territorio.

El gobierno de Biden ha presionado durante mucho tiempo para cerrar un gran acuerdo en el que una Autoridad Palestina reformada gobernaría la Gaza de posguerra con el apoyo de países árabes y musulmanes, incluida Arabia Saudí, que también daría el paso histórico de forjar lazos con Israel.

Pero los líderes árabes y musulmanes dicen que solo firmarán planes de este tipo si incluyen un camino hacia formar un estado palestino en la ocupada Cisjordania ocupada, Jerusalén Este — anexionada por Israel— y Gaza, territorios que Israel capturó en la Guerra de los Seis Días en 1967.

El gobierno israelí se opone a la creación de un estado palestino y ha descartado cualquier papel para la Autoridad Palestina en Gaza. Netanyahu dice que Israel mantendrá un control de seguridad indefinido mientras delega la gobernanza a palestinos políticamente independientes. Pero ninguno parece haberse ofrecido voluntario, y Hamás ha amenazado a cualquiera que coopere con Israel en la administración del territorio.

Sin embargo, Hamás ha dicho que está dispuesto a renunciar al control de Gaza en favor de otros palestinos. A finales del año pasado, acordó un plan mediado por Egipto para que un grupo de independientes gobierne el territorio bajo los auspicios de la Autoridad Palestina, que aún no ha aceptado la propuesta.

Hamás también ha exigido el levantamiento de un bloqueo impuesto por Israel y Egipto después de que tomara el poder del territorio en 2007, algo que los expertos ven necesario para reconstruir Gaza.

El levantamiento del bloqueo, sin embargo, permitiría a Hamás reclamar una gran victoria y con el tiempo reconstruir su capacidad militar. Eso es otro punto vetado por Israel.

Da tu opinión

This site uses Akismet to reduce spam. Learn how your comment data is processed.