Agencias / Ciudad de México.- El remake de acción en vivo de “Mulan”, del estudio Walt Disney Co, fue recibido con frialdad en su estreno en Hong Kong, donde los activistas prodemocracia han liderado llamados a boicotear la película.

Basada en una historia popular china, el filme provocó una fuerte reacción en la ciudad gobernada por China y en otros lugares del mundo por los comentarios de su estrella en apoyo a la policía de Hong Kong durante las protestas del año pasado y por haber sido filmada en parte en la región de Xinjiang.

“No veré Mulan debido a su elenco y lugar de filmación”, dijo la empleada Cherry Lee, de 24 años, al pasar frente al cine Mong Kok Broadway que proyecta la película.

El activista de Hong Kong Joshua Wong y usuarios de internet en Taiwán y Tailandia han estado promocionando los hashtag “#BoycottMulan” y “#BanMulan” en Twitter, luego del lanzamiento de la película en la plataforma de streaming de Disney este mes.

La mayor parte de los cines de Hong Kong tuvieron su primera proyección de “Mulan” el jueves por la mañana.

En el cine Mong Kok Broadway, en una popular área de protesta, “Mulan” vendió solo un tercio de las entradas en su estreno, según el personal de recepción, alrededor de un 20% menos que la película local “I’m livin’ it” de Hing Fan Wong, que se estrenó al mismo tiempo.

“Conozco la historia de Mulan desde que era pequeño”, dijo el jubilado Chan, al entrar al cine, pero se negó a dar su primer nombre para evitar involucrarse en la controversia.

En el cine Festival Grand de otro distrito, la película “Tenet” de Christopher Nolan, que se estrenó el 20 de septiembre en Hong Kong, vendió más entradas el jueves por la mañana que “Mulan”, dijo el personal.

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Mulán también pierde en la comparación con Tenet, el thriller de ciencia ficción de Christopher Nolan, que en su estreno sumó 28 millones de dólares. Y también queda lejos en el paralelo con otra adaptación de acción real de Disney como El Rey León, que el año pasado sumó 42 millones en sus primeros días.

Mulan también tuvo una fría recepción en China, donde las autoridades locales pidieron a los principales medios que no cubran el estreno de la película a raíz de la polémica.

También se hizo hincapié en algunos errores históricos. El poema original transcurre entre los siglos IV y VI en el norte de China, pero en esta película la protagonista vive en un tulou, una edificación que sólo se ve en el sureste del país y es un milenio posterior a la era de Mulán. Tampoco gustó el modo en que se utiliza el concepto del qi, el espíritu que anima a todos los seres vivos, pero que según la película sólo poseen los soldados varones.

Para no ofender a la cultura china, los productores dejaron de lado al ladero que Mulán tenía en la película animada, el dragón Mushi, sobre quien recaían los momentos cómicos. Pero muchos de los espectadores manifestaron su desilusión por su ausencia.

La política también metió la cola en el camino de Mulán. En Hong Kong, los activistas que piden democracia llamaron a boicotearla, por el apoyo que la actriz protagónica, Liu Yifei, le expresó a la policía cuando reprimió las manifestaciones del año pasado.

En Occidente, la mayor indignación llegó al ver que en los créditos finales se agradece a varias instituciones estatales dependientes del gobierno de la región china de Xinjuang acusadas de haber violado los derechos humanos de algunas minorías étnicas.

Varios organismos defensores de los derechos humanos denunciaron que más de un millón de uigures e individuos pertenecientes a otras minorías musulmanas fueron encerrados en campos de reeducación de la región a la que se agradece al final de la película.

A nivel internacional, las críticas se han centrado en que la película se filmó parcialmente en Xinjiang, donde la represión contra la etnia uigur y otros musulmanes ha sido criticada por algunos gobiernos y grupos de derechos humanos.

Entre los agradecimientos se pueden leer hasta ocho organizaciones dependientes de las autoridades de esa región, como la oficina de seguridad pública de la ciudad de Turfán o el departamento de publicidad del Partido Comunista.

La directora financiera de Disney, Christine McCarthy, reconocía en una conferencia la semana pasada que, aunque es práctica habitual dar las gracias en los créditos de una película a las autoridades que permitieron el rodaje, el agradecimiento a las autoridades locales en Xinjiang que figura al final de la película les causó “un montón de problemas”.

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