Agencias/Ciudad de México.- Banorte ya no será el banco que se encargará de dispersar los recursos de las Tandas del Bienestar para pequeños negocios y artesanos, como se anunció originalmente, aseguró Rocío Mejía, coordinadora nacional del programa.
El plan, dijo en entrevista, estaba previsto para comenzar hace dos semanas, pero hubo un retraso y, aunque no fue responsabilidad de Banorte, se determinó firmar el convenio con otro banco durante seis meses.
En ese tiempo se calcula que el Banco del Bienestar, antes Bansefi, habrá modernizado su sistema para operar las tandas de 6 mil pesos que se entregarán a medio millón de personas este año y que deberán pagar 500 pesos por mes, aunque la demanda registrada ascendió a más de 4 millones de personas, es decir, ocho veces más.
La funcionaria se reservó el nombre del banco con que operarán, así como el monto que el gobierno federal pagará por los servicios.
“No hemos logrado empezar. Lo íbamos a hacer con Banorte, y al final estamos cambiando de banco. No hubo ningún problema con Banorte, que además opera otros programas sociales. Nos atrasamos nosotros. No nos dejaron plantados ni nosotros a ellos, porque no habíamos firmado el convenio y surgió otro banco como alternativa para llevar a cabo el programa”, expresó.
El programa se iniciará para personas de 18 años de edad en las zonas de muy alta marginación y pobreza, principalmente del sur del país, a grado tal que entre 60 y 70 por ciento de recursos estará concentrado en siete entidades (Chiapas, Oaxaca, Veracruz, Guerrero, Hidalgo, Puebla y Campeche). En menor medida, también incluye municipios del centro y norte del país con altos índices de violencia o delincuencia, como Baja California y Guanajuato.
Aunque el programa depende de la Secretaría de Economía (SE) está coordinado con los Servidores de la Nación, que dependen de la Secretaría del Bienestar, quienes levantaron el censo de los beneficiarios de los programas sociales.
Esta semana realizarán “una segunda vuelta” para validar que los solicitantes de las tandas cumplen con todos los requisitos del programa, como contar con un negocio que haya estado activo por lo menos durante los pasados seis meses, así como determinar cuántos de ellos son negocios formales que pagan impuestos, aunque esto último no es un requisito.
“Con esa validación será muy rápida la colocación de las tandas. Arrancaremos con 80 mil mensuales”, precisó Rocío Mejía.
Y aunque sólo se seleccionarán 500 mil personas, de los restantes 3.5 millones que solicitaron una tanda, la mitad son “elegibles” o “candidatos viables” y quedarán en lista de espera para que en septiembre, en una segunda etapa del programa, puedan obtener la tanda de 6 mil pesos con “la revolvencia” que se obtenga con los pagos de 500 pesos mensuales de los primeros beneficiarios.
Personas que no fueron censadas o no solicitaron una tanda podrán hacerlo, agregó, y las tandas también se entregarán a personas que trabajan en sus hogares o por su cuenta, como plomeros y electricistas, incluso profesionistas como contadores, abogados diseñadores o fotógrafos. “Si ellos están interesados en el crédito de 6 mil pesos, pues bienvenidos”, aseveró.
Por lo pronto, la funcionaria detalló que 60 por ciento de solicitantes de tandas son mujeres. La mayoría opera pequeños comercios (misceláneas, papelerías o boneterías, por ejemplo), otra parte son negocios de servicios, como cafés Internet o sastrerías, y también artesanos y grupos indígenas, “que aunque son menos llevan mano en el programa, porque son los primeritos que vamos a atender”.
Los negocios, aclaró, “no necesariamente tienen registro de contribuyentes ante la Secretaría de Hacienda, pero la gradualidad de los créditos tiene como objetivo que con el segundo o tercer crédito o tanda a los beneficiarios “les surja la necesidad de irse formalizando”.