Agencias/Ciudad de México.- Investigadores de la Universidad de Gotemburgo determinaron que una cantidad significativa de metano liberado por el gasoducto Nord Stream en el sur del mar Báltico permaneció en el agua, a pesar de las grandes emisiones que siguieron a la explosión de este en septiembre de 2022 al este de Bornholm.
Este incidente resultó en una de las fugas de gas metano más grandes y no naturales en registros recientes, con impactantes volúmenes de gas formando enormes burbujas en la superficie del agua y aumentando considerablemente los niveles de metano en la atmósfera.
No obstante, mucha de esta emisión no alcanzó a emerger completamente y se disolvió en las aguas según evidencias de un estudio divulgado en Scientific Reports. “Gracias a circunstancias afortunadas, pudimos organizar una expedición a la zona de la fuga en menos de una semana. Según las mediciones, estimamos que entre 10.000 y 50,000 toneladas de metano se quedaron disueltas en el mar”, comunicó Katarina Abrahamsson, profesora de química marina en la Universidad de Gotemburgo.
El estudio destaca cómo el metano se dispersó y diluyó en el agua, con una porción considerable siendo procesada por bacterias. Diferenciaron el metano derivado de esta fuga del que suele encontrarse naturalmente en el agua a través de su singular composición isotópica, lo que resalta como un aspecto crucial de la investigación.
A pesar de que el metano se filtró del gasoducto aceleradamente y en grandes cantidades, los científicos no observaron cambios significativos en la estratificación típica de las capas de agua. Esta organización natural, típica de los finales de septiembre, se mantuvo inalterada, aunque suponen que el metano acabó diluyéndose en una porción de agua mayor durante el otoño cuando la temperatura del agua comenzó a descender.
Aún es prematuro determinar el efecto que este incremento de metano tendrá sobre la vida biológica del sur del mar Báltico. “La expedición también incluyó investigadores que tomaron muestras de plancton en la zona afectada, cuyos análisis aún no están completos”, mencionó Katarina Abrahamsson.
Una nueva visita a la zona llevada a cabo tres meses después de la primera expedición reveló que la actividad bacteriana fue alta durante este periodo. Continúa siendo un enigma de qué manera se vieron afectados el fitoplancton y el zooplancton.
