Por David Vargas Araujo/Ciudad de México.- No. La Administración para el Control de Drogas (DEA), es una institución que pertenece al Departamento de Justicia de los Estados Unidos. Haciendo un comparativo con México, es como si fuera la SEIDO de la ex PGR. Ellos también, hacen detenciones arbitrarias, encarcelan injustamente, torturan, asesinan, desaparecen, hacen sus fosas clandestinas, y violan los derechos humanos, y las leyes internacionales. También tienen su fábrica de hacer culpables.
La DEA, por décadas ha hecho un papel intervencionista, en los países de Latinoamérica. En el caso de México, se dio a conocer con el asesinato de Enrique Camarena, agente de la DEA. De ahí, inicia la supuesta lucha en contra del narcotráfico en el sexenio de Salinas de Gortari. Aprehendiendo en ese entonces a: “Don Neto”, Caro Quintero y Félix Gallardo. Todos ellos fundadores del cártel de Guadalajara en los 80s. De aquí surgen los personajes y carteles de la droga que hasta hoy siguen existiendo.
La DEA, infiltra al narcotráfico, para que, desde adentro, pueda seguir el desarrollo y crecimiento de la delincuencia organizada, hasta aprehender el jefe de un cártel. Y para lograrlo hace lo siguiente:
Sus agentes de este órgano de control de drogas, entran y salen de México, cuando quieren. Hacen de la corrupción y la impunidad el principal elemento del trabajo institucional e internacional.
Para aprehender a un gran narcotraficante, lo hacen hasta que ellos como agencia, se llenan de dinero sus bolsillos y dan entrada la droga a EU, de manera calculada.
Dejan que entre a México armas de diversos calibres, ya sea de manera clandestina o bajo el acuerdo con el gobierno. Como fue en el caso de Felipe Calderón: “Rápido y Furioso”.
Sus agentes controlan, el negocio de las drogas y armas. Ellos los venden, a los diferentes cárteles y dan el permiso para el trasiego de cocaína y mariguana a EU.
Para detener a un narcotraficante de alto rango, generan violencia, muertes, feminicidios, aprehensiones ilegales y buscan desestabilizar el país, de acuerdo al gobierno que esté en funciones.
Si el régimen es de derecha, lo hacen bajo el acuerdo político, jurídico y diplomático. Si el gobierno es de izquierda, la violencia de la DEA se expande y hace lo que por esencia tiene: Desestabilizar a un país. Para imponer a un estado conservador y un presidente autoritario.
Ellos hacen la guerra entre los carteles. Uno los tiene infiltrados y con otros negocia. La jugada que hacen se le llama: Acabar con los “mugrosos” y dejar a los “camaradas”. Planteamiento que sucedió en el sexenio de Calderón. La protección al cártel de Sinaloa.
Su trabajo, le llaman negocio. Porque la supuesta lucha contra el narcotráfico es, hacer que la ganancia económica se la lleven ellos. El tráfico de drogas y armas, es la red que les deja plusvalía más que a la delincuencia organizada.
El negocio es redondo. Introduce armas. Administra la droga. Infiltra a los cárteles. Hace acuerdos con el crimen organizado. Se lleva la ganancia. Enluta a miles de familias. Deja a un país en un mar de sangre. Aprehende a los grandes capos, sin que el negocio se acabe. Para ellos es más fácil hacer la guerra y después volver a controlar a menos carteles.
Aprehende a los grandes capos, los extradita. En EU, negocia con ellos, a partir de la petición de dinero. La propuesta es simple: Cadena Perpetua o testigo protegido. Si es lo primero, les dan millones de dólares, con facilidades para con la familia, si es lo segundo, también reciben millones de dólares. Aquí se cierra el círculo de la lucha contra el narcotráfico. Y vuelven a abrir otro ciclo de intervención a los países, a partir de la coyuntura que ellos eligen.
Por lo anterior, el Presidente Andrés Manuel López Obrador, decidió rechazar la intromisión de la DEA en México, porque sabe que el papel de este organismo internacional es desestabilizador e injerencista. En otras palabras, viola la soberanía, y la libre autodeterminación de los pueblos. Con el único objetivo: Imponer a un gobierno a su modo. Es decir, un gobierno de la derecha.
Diría Carmen Aristegui: ¿Son pendejos los de la DEA? La respuesta es, NO.
