marzo 8, 2025

Narcos a domicilio: La entrega del Siglo

Una reflexión personal

Por Luis Villegas Montes/Ciudad de México.- Si alguien pensó que la 4T —por darle unos centavitos a los famélicos de este país— iba a pasar a la historia por erradicar la pobreza o instaurar un Estado de bienestar, se equivocó de medio a medio. Lo que sí queda y quedará para los libros de historia es la insólita entrega de 29 narcotraficantes a Estados Unidos, con Rafael Caro Quintero a la cabeza; y conste que no fue cualquier entrega, no señores, ésta se ejecutó con la precisión de un envío de Amazon Prime, aunque sin opción de devolución.

Mientras algunos taradines todavía creen en la retórica ésa de “nuestra soberanía no se negocia”, lo cierto es que cuando la Casa Blanca dijo “salten”, el gobierno mexicano, como las ranas (croac) respondió: “¿qué tan alto, papacito?”; y es que, con las amenazas del tipo “aranceles del 25% sobre todas las exportaciones”, la administración de Sheinbaum demostró que es más rápida entregando criminales que resolviendo el desabasto de medicinas o —para que quede más claro— que político borrando tuits comprometedores. ¡Ah, perros!

Como sea, con este gesto, también queda claro que las “extradiciones a la mexicana” podrían pasar a la historia mundial con un título singular: “de la burocracia normalita al ‘fast track’”; porque si un ciudadano común y corriente desea una cita en el SAT, puede morir de viejo esperando; pero si un capo requiere (ajá) un juicio rapidito, basta con llamar a Washington para que lo suban a un avión y, en menos de 48 horas, ¡voilá!

Claro que ésa es sólo una forma de hablar, porque extradiciones, extradiciones, extradiciones, lo que se dice “extradiciones”, no hubo; sí hubo, en cambio, “expulsiones”, “traslados”, “reubicaciones estratégicas”, etcétera; vamos, si continuamos con la creatividad semántica, pronto vamos a ver a los señores del narco irse “voluntariamente” en calidad de turistas perpetuos con boleto sin retorno.

El fiscal Gertz Manero —la versión totonaca del Emperador Palpatine de Star Wars—, no podía ser de otra forma, defendió la legalidad de la operación sin explicar por qué no se aplicó el debido proceso; empero, bueno, ya sabemos que aquí la legalidad es dúctil y, como el chiste del moco: se estira, se estira, se estira… se estira y se hace chiquita; se estira, se estira, se estira… se estira y se hace bolita; o sea, se ensancha para los amigos, se encoge para los enemigos y se “redobla” (¡ay, papá!) cuando conviene a los intereses del vecino del norte.

Como nota de color, aunque no por ello menos significativa, Rafael Caro Quintero fue del panteón del narco a un asilo penitenciario gringo. Hablar de Caro Quintero es hablar de una leyenda viviente del crimen. Este señor, más que un capo, es un fósil del narcotráfico (un T-Rex de brazos largos). Fundador del Cártel de Guadalajara, condenado por el asesinato del agente de la DEA Enrique Camarena, liberado en 2013 por un tecnicismo, y recapturado en 2022, su historia parece refrito de serie de Netflix, HBO (ahora MAX, ¡ah!, ¿verdad?) o la citada Amazon Prime. A mí se me antoja ver una película de El Santo contra la momia del Caro, el zombi del Mayo y el fantasma del Kike. Su embalaje y ulterior entrega a los Estados Unidos, constituye el broche de oro a una cacería que se prolongó por casi 40 años; ahora enfrentará la justicia estadounidense, que seguramente le dará un juicio justo, expedito (ése sí) y, con suerte, una condena que le alcance para escribir sus memorias desde una celda en algún punto de aquella geografía, todo olvido e hipocresía. Atentos a los sofisticados programas de enmienda y rehabilitación, a su edad, allá podrá, si no encabezar un cártel, fundar un club de la tercera edad del narco en alguna prisión de máxima seguridad.

Con estas nuevas, por favor, no nos vayamos a ir con la finta y pensar que con estas entregas chafas se acabó el narco en México. ¡Claro que no! Si alguien piensa que entregar a estos capos resuelve el problema, le tengo noticias: es como pensar que cortar la cabeza de la hidra la mata. En el narco, usted corta una cabeza y le salen dos, o tres, o cuatro. En un país donde los cárteles son como franquicias de hamburguesas y el crimen organizado se recicla más que los discursos políticos, lo único que conseguirá este movimiento serán vacantes en el bajo mundo. Además, del capo di tutti capi, o sea, AMLO, no se ha dicho ni media palabra. ¡Ése sí sería un duro golpe contra el narcotráfico en México! Y lo menos que se merece el vejete criminal que desgobernó al país por seis largos, larguísimos años, de la mano de la delincuencia organizada.

Además, está el pequeño detalle, ¡ajá!, que muchos de los extraditados deberán enfrentar la pena de muerte; lo que pone a México en un gran dilema porque, según tratados internacionales, no podemos entregar criminales si corren el riesgo de ser ejecutados; peeeero, como en la 4T las leyes se interpretan con la misma flexibilidad que mostraba “Resortes Resortín de la Resortera” al echarse un mambo, no le extrañe ver a cualquiera de estos changos chisporroteando en la silla eléctrica.

Concluyo: en México, la soberanía es un mito y la justicia un negocio. Entregar narcos a los gringos no es un logro contra el crimen, ni un golpe a los cárteles, ni una victoria de la justicia; es, lisa y llanamente, un negocio: se entregan delincuentes a cambio de estabilidad económico-política. Por otro lado, si eres narco y te agarran, lo mejor que puedes hacer es postularte para un cargo público, tipo magistrado o juez. Bienvenidos a México, paraíso en ciernes donde la justicia es selectiva, la soberanía es negociable y el crimen se administra como una empresa multinacional. Si no me cree, examine los vínculos públicos e innegables del abogánster del Mayo Zambada con la plana mayor de la 4T. Es más difícil hallar una fotografía donde ese puerco esté solo que con algún morenista de copetín.

Contácteme a través de mi correo electrónico o sígame en los medios que gentilmente me publican, en Facebook o también en mi blog: https://unareflexionpersonal.wordpress.com/

Luis Villegas Montes.
luvimo6608@gmail.com
luvimo6614@hotmail.com

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