Agencias/Ciudad de México.- El confinamiento ha restringido casi por completo la movilización de unos 400 millones de chinos en al menos 45 ciudades en un intento desesperado de China por frenar el avance del COVID en el país más poblado y con la economía más poderosa del mundo.

Muchos analistas han advertido sobre los efectos que la paralización de mano de obra en una zona de intensa actividad industrial puede tener en el mundo, pero también apuntan que los inversionistas parecen más relajados de lo que la situación reclama y no están tomando las previsiones pertinentes para manejar las consecuencias de una medidas de aislamiento prolongadas.

Se trata de 45 metrópolis en cuarentena que representan el 40 por ciento del producto interno anual de China, equivalente a 7.200 millones de dólares, según cifras de la firma Nomura Holdings

“Los mercados globales aún pueden subestimar el impacto, porque prestan mucha atención centrado en el conflicto ruso-ucraniano y las subidas de tasas de la Reserva Federal de Estados Unidos”, expresó en comunicado el economista jefe de Nomura en China, Lu Ting.

El difícil de saber a ciencia cierta cuál es el alcance de las medidas sanitarias en esas ciudades debido al fuerte control de la información pública en China, pero los grandes medios han afirmado que hay escasez de alimentos, dificultades para acceder a la atención médica y hasta matanzas de mascotas.

Según la firma de análisis Windward, el 20% de los 9,000 contenedores activos del mundo se encuentran actualmente atascados en espera de ser desembarcados en los puertos congestionados.

Y China es la responsable de alrededor del 30 % de esa acumulación, el doble de la tasa de congestión nacional en febrero, donde una ola virulenta de Omicron está enredando las líneas de suministro, informó la revista Fortune.

Un problema grave que puede afectar la economía mundial es que la prohibición de circular por las calles ha dejado sin personal al puerto de Shanghái, considerado el más grande del mundo. El 20 por ciento del tráfico de carga chino pasa por ese terminal marítimo y en este momento cada contenedor pasa al menos 8 días de espera en ese lugar, lo que ha ocasionado inmensos retrasos en las cadenas productivas y también ha causado la descomposición de alimentos frescos.

Las cadenas de suministro han dejado de enviar nuevos contenedores a los muelles desde los almacenes, las aerolíneas de carga han cancelado todos los vuelos desde y hacia la ciudad y el 90 % de los camiones que transportan las importaciones y exportaciones también está fuera de servicio.

Las estadísticas oficiales del gobierno chino dicen que la ciudad de Shanghái produce el 6 por ciento de las exportaciones de su país. Las operaciones de gigantes como Sony, Apple, Qanta se encuentran detenidas. Y hasta Tesla se había visto obligado a cerrar las puertas de su fábrica Giga en Shanghái, donde producía 2,000 coches eléctricos al día.

Para fines de 2021, más de 800 corporaciones multinacionales habían establecido sedes regionales o nacionales en Shanghái, según las autoridades de la ciudad. Entre ellas, 121 son compañías Fortune Global 500, incluidas Apple, Qualcomm, General Motors, Pepsico y Tyson Foods, dijo CNN en Español.

China ha tomado nota del asunto e intenta lograr un equilibrio entre contener peligro de un tsunami de contagios de coronavirus con consecuencias impredecibles y paralizar uno de los corazones industriales del mundo.

El Ministerio de Industria y Tecnología de la Información de China se ha comprometido a crear un plan para reanudar la producción en 666 fabricantes clave en la ciudad.

Tesla finalmente recibió la aprobación del gobierno local para reanudar sus operaciones el 19 de abril. Y aunque se trata de una buena noticia para la firma, las condiciones exigidas por el gobierno representan un retroceso para el bienestar de los trabajadores porque deben vivir dentro de la megafábrica para minimizar el riesgo de propagar el Covid-19.

Esa situación se replica en el sector financiero. Algunos bancos y firmas de inversión han solicitado a su personal que duerma junto a sus escritorios para mantener el mercado en funcionamiento.

“El impacto en China es importante y los efectos en cadena en la economía global son bastante significativos”, dijo Michael Hirson, director de prácticas de Eurasia Group para China y el noreste de Asia. “Creo que nos espera una mayor volatilidad y perturbaciones económicas y sociales durante al menos los próximos seis meses”.

Es probable que la reciente respuesta de China a la pandemia cueste al menos 46.000 millones de dólares por la pérdida de producción económica por mes, o el 3,1 % del PIB, según una investigación de la Universidad China de Hong Kong.

Los analistas ya no creen que el objetivo de China para 2022 sea alcanzar una expansión económica del 5,5 por ciento.

El Banco Mundial revisó sus estimaciones del crecimiento económico de China esta semana al 5 por ciento, pero señaló que si continúan sus políticas restrictivas, podría caer al 4 por ciento. Las cargas económicas vienen en un momento políticamente precario. Este otoño, el presidente chino, Xi Jinping, solicitará un tercer mandato como líder de la nación, rompiendo con la tradición de un máximo de dos períodos.

Es cierto que el confinamiento de las ciudades industriales de China tendrán una onda expansiva que atravesará al planeta. Pero en Shanghái y las ciudades vecinas la situación es crítica, con personas que ya llevan encerradas en sus diminutos domicilios más de un mes.

Un análisis de la revista Foreign Policy indicó que la situación alimentaria ha mejorado pero sigue siendo delicada porque los camioneros se han negado rotundamente a entrar a la ciudad por temor al contagio y no poder salir.

La situación de los hospitales también se encuentran en crisis y muchos consulados han pedido a sus personal no esencial abandonar la ciudad.

Foreign Policy dijo que se ha subestimado el número de personas que habitanviviendas colectivas, los trabajadores migrantes que son alojados en refugios temporales o el personal que vive en pisos proporcionados por su empleador

“Junto con el espacio limitado y la falta de congeladores, eso ha limitado la capacidad de los hogares para acumular recursos de manera efectiva para los cierres”.

Las firmas globales luchan por mantener las líneas de producción en funcionamiento, mientras que las empresas más pequeñas, como las editoriales, hace lo posible por mantener los plazos de entrega que se pautan con varios meses de antelación. Los expertos pronostican que los problemas aumentarán y serán peores que los de los últimos dos años.

Un nuevo brote ha infectado al menos a 41 personas, incluidas 26 en el distrito de Chaoyang, informó la emisora estatal CGTN.

China informó 21,796 nuevas infecciones de COVID-19 transmitidas por la comunidad, y la gran mayoría fueron casos asintomáticos en Shanghái. En todo el país, muchas ciudades y provincias han impuesto algún tipo de confinamiento.

El último brote, impulsado por la contagiosa variante ómicron, se ha extendido por todo el país, pero particularmente en Shanghái. Este centro financiero de 25 millones de habitantes ha reportado miles de casos, pero menos de 100 muertes desde que comenzó el brote hace casi dos meses.

En Shanghái, las autoridades informaron 39 nuevas muertes por COVID-19, elevando el número oficial de muertes a 4,725 al cierre del sábado, dijo la Comisión Nacional de Salud.

El cierre de la ciudad ha llamado la atención mundial por su enfoque estricto y, a veces, por sus peligrosas consecuencias. Muchos residentes han tenido dificultades para conseguir víveres, recurrido al trueque y la compra al por mayor. Otros no han podido obtener atención médica adecuada a tiempo debido a los estrictos controles de circulación.

Algunos bancos estatales chinos, como el Banco de China y el Banco de las Comunicaciones, recortarán los límites máximos de los tasas de depósito, uniéndose a los prestamistas más pequeños, según dijeron fuentes a Reuters.

Los recortes previstos se producen una semana después de que los reguladores animaran a los bancos más pequeños a reducir el límite máximo de sus tasas de depósito. Las medidas también coincidirán con la reducción de los requisitos de reserva de los bancos, que entrará en vigor el lunes.

El Banco de China recortará las tasas de los depósitos a plazo de dos a tres años en unos 10 puntos básicos, según dos fuentes bancarias. El Banco de las Comunicaciones tomará medidas similares, según otra fuente.

Ninguna de las dos entidades estuvo localizable de inmediato para hacer comentarios fuera del horario de trabajo.

No quedó claro si otros bancos estatales, como el Banco Industrial y Comercial de China (ICBC), el Banco de Construcción de China (CCB) y el Banco Agrícola de China, también recortarán las tasas de interés de los depósitos, pero las fuentes indicaron que los prestamistas estatales suelen moverse en tándem en lo que respecta a los tipos.

Pekín ha instado en repetidas ocasiones a los bancos a que reduzcan los costos de los préstamos para las empresas más pequeñas en una economía afectada por los brotes de COVID-19, las secuelas de la crisis de Ucrania y las salidas de capital provocadas por el endurecimiento monetario de Estados Unidos.

Para incitar a los bancos a prestar más, el Banco Popular de China anunció que recortará el coeficiente de reservas obligatorias para todos los bancos en 25 puntos básicos, a partir del 25 de abril.

Comentarios desactivados en Restringen movilidad de 45 millones de personas por brote de Covid-19 en China