Agencias/Ciudad de México.- Kiev y Moscú confirmaron que el suministro de gas ruso a Europa vía Ucrania cesó definitivamente, tras la expiración de un contrato de cinco años firmado entre ambas partes a finales de 2019 y no renovado ahora debido a la guerra.
El gas ruso se ha suministrado a Europa a través de gasoductos que pasan por Ucrania desde el fin de la Unión Soviética en 1991. Ambos países están en guerra desde que Rusia invadió a su vecino el 24 de febrero de 2022.
“Hemos interrumpido el tránsito de gas ruso, es un acontecimiento histórico. Rusia pierde mercados y sufrirá pérdidas financieras”, se congratuló el ministro ucraniano de Energía, Guerman Galushchenko, citado en un comunicado.
“Desde las 08:00 (05:00 GMT), no se ha suministrado más gas ruso para el tránsito vía Ucrania”, anunció por su parte el gigante ruso del gas Gazprom en otro comunicado.
El gas sigue fluyendo de Rusia a la UE a través de la red de gasoductos ucranianos. Moscú gana dinero con ello y quiere demostrar a la UE: “¡Sin Rusia, nada funciona para ustedes!”. Para Ucrania, este acuerdo sobre el gas significa que el agresor Moscú, que lleva casi tres años haciendo la guerra al país e intentando conquistarlo, debe seguir transfiriendo dinero a Kiev.
Sin embargo, Ucrania no prorrogará el contrato de tránsito del gas ruso por su territorio, que expira el 31 de diciembre, según anunció el Presidente Volodimir Zelenski en Bruselas el 19 de diciembre. Ucrania no permitirá que Moscú “gane miles de millones adicionales” mientras prosigue su agresión contra Ucrania. El Presidente ruso, Vladimir Putin, confirmó el fin del contrato y expresó su confianza en que la empresa estatal rusa Gazprom será capaz de hacer frente a la pérdida. “Este contrato ya no existirá. Todo está claro”, declaró Putin, y añadió: “Sobreviviremos, Gazprom sobrevivirá”.
Es dudoso cómo evolucionará la situación del suministro de gas en los países del este de la UE, que no tienen costas y, por tanto, no pueden importar gas natural licuado por mar. Austria, Hungría y Eslovaquia siguen recibiendo gas ruso de Ucrania. Y los gobiernos de Bratislava y Budapest, en particular, quieren seguir comprando gas ruso.
Hasta el comienzo de la guerra en Ucrania, Rusia era el mayor exportador de gas natural del mundo y Europa, su cliente más importante. Para los gobiernos del continente, el acceso a energía barata pesaba más que cualquier preocupación por hacer negocios con el Presidente Vladimir Putin.
Más de medio siglo antes, la Unión Soviética necesitaba urgentemente dinero y equipos para explotar sus yacimientos de gas en Siberia. Al mismo tiempo, la República Federal de Alemania necesitaba energía barata para su creciente economía. En 1970, Moscú y Bonn firmaron el “gran contrato para tuberías de gas natural”, por el que las fábricas alemanas suministraban miles de kilómetros de tuberías para transportar el gas ruso a Europa Occidental.
Goed voorbeeld van hoe de MSM de massa bedriegen door halve waarheden te vertellen. Wat de Telegraaf niet vertelt is dat Gazprom is gestopt met gasleveringen aan Europa via Oekraïne omdat Zelensky contract met Gazprom niet heeft verlengd. https://t.co/kAL2soft0W pic.twitter.com/6X1gxSuDC5
— Eric van de Beek (@beek38) January 2, 2025
Esta interdependencia en el mercado energético se mantiene hasta hoy, ya que los importadores europeos suelen estar atados a contratos a largo plazo de los que no pueden salir fácilmente. El cambio también resulta caro porque los suministros de gas disponibles en el mercado mundial seguirán siendo escasos durante al menos un año más, según el medio estadounidense Bloomberg: una gran parte del gas disponible para importar a Europa sigue siendo utilizado por países que han cerrado sus centrales de carbón y nucleares en los últimos años.
Austria, Eslovaquia y Hungría figuran entre los mayores consumidores. España, Francia, Bélgica y los Países Bajos también siguen importando gas natural licuado ruso en buques cisterna. Parte de este gas se mezcla con otras fuentes en la red europea de gasoductos. Como consecuencia, también puede llegar a Alemania, a pesar de que este país quiere prescindir del gas ruso.
Los precios de la energía subieron en 2022, incluso hasta más de 20 veces, según el think tank Bruegel. Algunas fábricas europeas tuvieron que reducir su producción y muchas pequeñas empresas incluso tuvieron que cerrar. Los precios han vuelto a bajar desde entonces, pero siguen por encima de su nivel anterior a la crisis, lo que resta competitividad a las industrias europeas más consumidoras de energía, especialmente las alemanas.
El encarecimiento de la energía es una de las razones por las que empresas como VW y BASF tienen problemas. Los hogares afectados por el aumento de la factura energética han encontrado formas de reducir su consumo. Para muchos, sin embargo, los costes adicionales son una carga real. Según la Comisión Europea, casi el once por ciento de los ciudadanos de la UE no pudieron calentar adecuadamente sus hogares en 2023.
Los responsables de la Unión Europea no parecen irritados. La rescisión del acuerdo entre Ucrania y Rusia ya se ha tenido en cuenta en los mercados europeos del gas, según un análisis del Ejecutivo comunitario que pretendía tranquilizar a los Estados miembros y a los mercados. La Unión podrá encontrar fuentes alternativas de suministro.
La UE sostiene desde hace tiempo que los Estados miembros que aún importan gas ruso por la ruta ucraniana -sobre todo Austria y Eslovaquia- pueden arreglárselas sin estos suministros. Por ello, la Comisión no entablará negociaciones para mantener abierta la ruta.
Después de todo, según la Comisión, los Estados miembros han podido reducir su demanda de gas en un 18% desde agosto de 2022 en comparación con la media de los últimos cinco años. EE.UU. crearía nueva capacidad de GNL en los próximos dos años y estos suministros podrían ayudar a la UE a hacer frente a cualquier interrupción. “El escenario más realista es que no fluya más gas ruso a través de Ucrania”, afirma la evaluación. La UE está “bien preparada” para ello.
El contrato que permitía el abastecimiento de gas ruso a Europa a través de Ucrania se había mantenido vigente hasta su expiración pese a la guerra, beneficiando económicamente a ambas partes.
El tránsito de gas ruso a Europa vía Ucrania ascendió a 14.650 millones de metros cúbicos en 2023, según cifras oficiales.
Con el fin del tránsito por Ucrania y más de dos años después del sabotaje de los tubos del Nord Stream en el mar Báltico, Europa solo se abastecerá ahora de gas ruso a través del gasoducto TurkStream y su prolongación Balkan Stream.
El continente también importa gas natural licuado (GNL) ruso en buques cisterna.
El corte del suministro de gas ruso a través de Ucrania ha tensionado la relación entre este país y algunos socios europeos que dependen todavía de este suministro, en especial con Eslovaquia, cuya ministra de Economía declaró que su país estaba preparado para la interrupción.
El primer ministro eslovaco, Robert Fico, amenazó a Kiev con medidas recíprocas si de verdad se interrumpía el tránsito de ese combustible, como así ha sucedido hoy.
El sistema de gasoductos ucranianos permite al consorcio ruso Gazprom exportar gas a Austria, Hungría, Eslovaquia y Moldavia, un contrato de tránsito que le permitía a Kiev ingresar unos 700 millones de dólares anuales.
Pero Ucrania, como lo manifestó en Bruselas el pasado día 19 el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, no permitirá que Moscú “gane miles de millones adicionales” mientras prosigue su agresión contra Ucrania.
El corte del tránsito del gas ruso por Ucrania afecta considerablemente a Moldavia, que el pasado día 13 decretó emergencia energética por 60 días, ya que su única central termoeléctrica funciona con gas proveniente de Rusia.
En la región separatista moldava de Transnistria la situación es aún más grave, ya que depende exclusivamente del gas ruso, mientras que el resto de Moldavia puede recibir suministros desde la vecina Rumanía.
La Unión Europea redujo drásticamente su dependencia del gas ruso tras el estallido de la guerra en Ucrania en febrero de 2022, y buscó fuentes alternativas.
Goed nieuws voor Europa. Dit mega-LNG project in de USA, ter vervanging van Russisch gas, wordt al opgestart en loopt daarmee 6 maanden voor (!) op de planning.
Cheniere Energy starts LNG production at Corpus Christi Stage 3
https://t.co/FbJXhDnfse via @OffshoreTechMag— Martien Visser (@BM_Visser) December 31, 2024
Compradores de gas ruso, como Eslovaquia y Austria, han acordado suministros de otros proveedores y los analistas prevén un impacto mínimo en el mercado debido a la interrupción. Los precios de referencia del gas en Europa cerraron en 48.50 euros por megavatio hora, una leve subida desde el comienzo de la jornada.
Sin embargo, detener el flujo de gas tendrá una importancia geopolítica mucho mayor.
Moscú ha perdido su cuota dominante de suministro de gas a países de la Unión Europea ante rivales como Estados Unidos, Qatar y Noruega desde que invadió Ucrania, lo que llevó a la UE a reducir su dependencia del gas ruso.
Gazprom, la empresa controlada por el Estado y otrora el mayor exportador de gas del mundo, tuvo una pérdida de 7.000 millones de dólares solo en 2023, la primera anual desde 1999.
Para Europa, la pérdida del suministro barato de gas ruso contribuyó a una importante desaceleración económica, un aumento de la inflación y el agravamiento de la crisis del costo de la vida.
Si bien Europa ha encontrado rápidamente fuentes de energía alternativas, la pérdida del gas ruso ha exacerbado la preocupación por la disminución de su competitividad global y, en particular, sobre el futuro industrial de Alemania.
Rusia y la Unión Soviética pasaron medio siglo construyendo una importante participación en el mercado europeo del gas, que en su apogeo rondaba el 35%, pero la guerra en Ucrania prácticamente destruyó ese negocio para Gazprom.
La mayoría de las rutas de gas ruso hacia Europa están cerradas, incluidas la Yamal-Europa a través de Bielorrusia y Nord Stream bajo el Báltico, que explotó en 2022.
El gasoducto de la era soviética que pasa por Ucrania lleva gas desde Siberia a través de la ciudad de Sudzha (hoy bajo control de los soldados ucranianos) en la región rusa de Kursk. Luego fluye a través de Ucrania hasta Eslovaquia, donde el gasoducto se divide en ramales que van a la República Checa y Austria.