Por Erick Olivera Méndez/Ciudad de México.- La jornada electoral del 5 de junio se llevó a cabo sin incidentes mayores, dejando de lado los augurios de conflictos violentos y caos social. En los seis estados de la República en donde hubo elección de gobernador, el saldo blanco revela la madurez de gobiernos y ciudadanos y consolida el sistema democrático en un país que cada vez más le apuesta al proceso electoral como el mecanismo para dirimir diferencias políticas.
Los resultados de la votación que se difundieron en las siguientes horas luego del cierre de casillas, que se reflejaron en tendencias preliminares de los institutos estatales electorales, habría dejado un saldo de alternancia política en cuatro estados y una continuidad de partidos en los dos restantes.
Según la información preliminar, Morena y sus aliados habrían obtenido el triunfo en Quintana Roo, Oaxaca, Hidalgo y Tamaulipas, mientras la alianza del PRI, PAN y PRD, habrían ganado en Aguascalientes y Durango.
De confirmarse estos resultados la jornada electoral habría estado marcada por la alternancia política, que coloca a Morena como el partido que más gubernaturas ha ganado en los últimos tres años.
Entre las elecciones del 2018 y las de este domingo, Morena ha obtenido 22 gubernaturas, dos de ellas junto a sus aliados del PES y el partido Verde, y tendrá la representación política de más de 70 millones de personas, cerca del 60 por ciento del total de la población en México.
El PAN por su parte habría conservado una gubernatura, Aguascalientes, de cuatro que tenía: Tamaulipas, Quintana Roo (en coalición con el PRD desde 2016) y Durango (que conserva en alianza con el PRI y el PRD, pero que cede al ser priísta el candidato ganador).
En el caso del PRI habrían perdido dos gubernaturas emblemáticas, Hidalgo y Oaxaca, y habrían colocado a un priísta en Durango en alianza con el PAN y el PRD. Este partido conservaría, si los resultados se confirman, dos gubernaturas en el mapa electoral, la de Coahuila y el Estado de México, dos estados que estarán en juego en las elecciones del próximo año.
En una elección generalmente se evalúa quién gana y quién pierde entre los partidos políticos, pero los resultados de una votación tienen efectos directos de utilidad pública para los ciudadanos. La alternancia, por ejemplo, que tuvo un gran protagonismo en las elecciones del domingo, empodera al votante, al comprobar que su voto fue clave en la consolidación de cambios en los liderazgos de gobierno.
La alternancia es producto de la competencia electoral, y ésta sólo puede madurar en un sistema democrático, un sistema que ha evolucionado y que se ha consolidado a través de un conjunto de reformas electorales desde hace años.
De la alternancia se han beneficiado todos los partidos políticos, pero han sido los ciudadanos los que han tomado la decisión de modificar el mapa electoral en las últimas dos décadas.
De los resultados electorales del 5 de junio se podrían obtener lecciones políticas importantes, pero lo más relevante es la lección cívica que dejan los votantes de estos seis estados al salir a sufragar en paz y las autoridades políticas y electorales al garantizar un proceso sin incidentes mayores. El saldo más importante, sin duda, es el triunfo de la democracia y del ciudadano al protagonizar otra histórica jornada electoral.
