Agencias/Ciudad de México.- Incluso antes que el acuerdo de alto el fuego entre Israel y Hamás hubiera entrado completamente en vigor, los palestinos en la Franja de Gaza, devastada por la guerra, comenzaron a regresar a los restos de los hogares que dejaron atrás durante la guerra de 15 meses.

Majida Abu Jarad empacó rápidamente el contenido de la tienda de campaña que ocupaba con su familia en la vasta ciudad de tiendas de Muwasi, justo al norte de la frontera sur de la franja con Egipto.

Al inicio de la guerra, se vieron obligados a huir de su casa en el poblado norteño gazatí de Beit Hanoun, donde solían reunirse alrededor de la mesa de la cocina o en el techo en las tardes de verano entre el aroma de rosas y jazmines.

La casa de esos gratos recuerdos ha desaparecido, y durante el último año, Abu Jarad, su esposo y sus seis hijas han recorrido a lo largo la Franja de Gaza, siguiendo una orden de evacuación tras otra por parte del ejército israelí.

Siete veces huyeron, dijo ella, y cada vez sus vidas se tornaron más irreconocibles para ellos cuando se aglomeraban con extraños para dormir en un aula escolar, buscando agua en un vasto campamento de tiendas o durmiendo en la calle.

Ahora la familia se prepara para iniciar el viaje de regreso a su hogar —o a lo que quede de él— y para reunirse con los familiares que se quedaron en el norte.

“Tan pronto como dijeron que la tregua comenzaría, comenzamos a empacar nuestras maletas y decidir qué llevaríamos, sin importar que todavía viviríamos en tiendas”, afirmó Abu Jarad.

La guerra en Gaza comenzó cuando milicianos liderados por Hamás irrumpieron en el sur de Israel el 7 de octubre de 2023, matando a unas 1,200 personas, en su mayoría civiles, y secuestrando a unas 250 más. Algunos 100 rehenes todavía están dentro de Gaza, si bien se cree que al menos un tercio de ellos están muertos.

La ofensiva de Israel ha matado a más de 46,000 palestinos en Gaza, más de la mitad de ellos mujeres y niños, según el Ministerio de Salud de Gaza, que no especifica cuántos eran combatientes. Más de 110,000 palestinos han resultado heridos, indicó. El ejército israelí asevera que ha matado a más de 17,000 milicianos, sin proporcionar pruebas.

El bombardeo del ejército israelí ha aplanado grandes extensiones de Gaza y desplazado a 1.9 millones de sus 2.3 millones de habitantes.

Incluso antes que el alto el fuego entrara oficialmente en vigor —y mientras el bombardeo de tanques continuaba durante la noche y hasta la mañana— muchos palestinos comenzaron a caminar entre los escombros para llegar a sus hogares, algunos a pie y otros transportando sus pertenencias en carros tirados por burros.

“Están regresando para recuperar a sus seres queridos de entre los escombros”, señaló Mohamed Mahdi, un palestino desplazado y padre de dos hijos. Se vio obligado a dejar su casa de tres pisos en el barrio sureste de Zaytoun en la ciudad de Gaza hace unos meses.

Mahdi logró llegar a su casa por la mañana, caminando entre los escombros del oeste de Gaza. Afirma que en el camino vio a la fuerza policial dirigida por Hamás siendo desplegada en las calles de la ciudad de Gaza, ayudando a las personas que regresaban a sus hogares.

A pesar de la vasta escala de la destrucción y las inciertas perspectivas de reconstrucción, “la gente estaba celebrando”, dijo. “Están felices. Comenzaron a limpiar las calles y a retirar los escombros de sus hogares. Es un momento que han esperado durante 15 meses”.

Um Saber, una viuda de 48 años y madre de seis hijos, regresó a su ciudad natal de Beit Lahiya. Pidió ser identificada solo por su honorífico, que significa “madre de Saber”, por preocupaciones de seguridad.

Hablando por teléfono, relató que su familia había encontrado cadáveres en las calles en su camino hacia casa, algunos de los cuales parecían haber estado al aire libre durante semanas.

Cuando llegaron a Beit Lahiya, encontraron su hogar y gran parte del área circundante reducidos a escombros, añadió. Algunas familias comenzaron de inmediato a excavar entre los escombros en busca de seres queridos desaparecidos. Otros comenzaron a tratar de despejar áreas donde podrían instalar tiendas.

Um Saber dijo que también encontró el hospital Kamal Adwan de la zona “completamente destruido”.

“Ya no es un hospital en absoluto”, lamentó. “Destruyeron todo”.

El hospital ha sido atacado varias veces en los últimos tres meses por fuerzas israelíes que llevan a cabo una ofensiva en el norte de Gaza, en gran parte aislado, contra combatientes de Hamás que, asegura, se han reagrupado.

El ejército afirma que los milicianos de Hamás operan dentro de Kamal Adwan, algo que las autoridades del hospital niegan.

El regreso de las familias se produce en medio de una incertidumbre inminente sobre si el acuerdo de alto el fuego traerá más que una pausa temporal en los combates, quién gobernará el enclave y cómo se reconstruirá.

Naciones Unidas ha indicado que la reconstrucción podría tomar más de 350 años si Gaza permanece bajo un bloqueo israelí. Usando datos satelitales, la ONU estimó el mes pasado que el 69% de las estructuras en Gaza han sido dañadas o destruidas, incluyendo más de 245,000 hogares. Con más de 100 camiones trabajando a tiempo completo, llevará más de 15 años solo limpiar los escombros,

Pero para muchas familias, el alivio inmediato superó los temores sobre el futuro.

“Seguiremos en una tienda, pero la diferencia es que el sangrado se detendrá, el miedo se detendrá y dormiremos tranquilos”, dijo Abu Jarad.

Israel excarceló a los primeros prisioneros palestinos, y las primeras tres rehenes fueron liberadas de Gaza mientras entraba en vigor un frágil acuerdo de alto el fuego entre Israel y Hamás tras 15 meses de guerra, con emociones encontradas y pasos más complicados en el horizonte durante las próximas seis semanas.

Palestinos en toda la Franja de Gaza comenzaron a regresar a sus hogares, y los primeros camiones con un incremento en la ayuda humanitaria empezaron a ingresar al devastado territorio.

El alto el fuego que comenzó por la mañana aumenta las esperanzas de poner fin a un devastador conflicto y el regreso de los casi 100 rehenes restantes que fueron secuestrados durante el ataque de Hamás del 7 de octubre de 2023. Sin embargo, aún persisten serias dudas sobre si se reanudarán los enfrentamientos luego de que concluya la primera fase de seis semanas.

Primero ocurrió la liberación de Emily Damari, de 28 años; Romi Gonen, de 24, y Doron Steinbrecher, de 31, en una entrega a la Cruz Roja cargada de tensión en una calle de Ciudad de Gaza. En tomas de video se les pudo ver rodeadas por miles de personas, acompañadas de hombres armados y con el rostro cubierto que portaban cintas verdes de Hamás.

Las mujeres fueron llevadas hasta las fuerzas israelíes y posteriormente hacia Israel, en donde abrazaron estrechamente a sus familiares y estallaron en llanto. Se pudo ver a Damari mientras levantaba su mano vendada en señal de triunfo. El ejército dijo que perdió dos dedos durante el ataque del ‘7 de octubre’.

En Tel Aviv, miles de personas que se reunieron para ver las noticias en pantallas gigantes estallaron en aplausos. Durante meses, muchos se habían congregado semanalmente en la plaza para exigir un acuerdo de alto el fuego.

“Una nación entera los abraza”, declaró el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.

Más de siete horas después, los primeros prisioneros palestinos fueron liberados. Habían sido detenidos por lo que Israel dijo eran delitos relacionados con su seguridad, desde lanzar piedras hasta acusaciones más graves como intento de asesinato.

El ejército israelí, que ocupa Cisjordania, advirtió repetidamente a los palestinos para que no llevaran a cabo celebraciones públicas de ningún tipo. La liberación tuvo lugar después de la 1 de la madrugada, pero multitudes rodearon los autobuses después de que salieron de la prisión. Algunas personas se subieron encima o ondearon banderas, incluidas las de Hamás.

Hubo fuegos artificiales y silbidos, y gritos de “Dios es grande”. Los liberados fueron alzados sobre los hombros de otros o abrazados.

La prisionera más reconocida en ser liberada fue Khalida Jarrar, de 62 años, integrante de una facción seglar de izquierda que estuvo involucrada en ataques contra Israel en la década de 1970, pero que luego redujo las actividades de combate. Desde su arresto a finales de 2023 permaneció bajo órdenes de detención renovables indefinidamente, lo que desató críticas de grupos defensores de los derechos humanos.

La próxima liberación de rehenes y prisioneros se llevará a cabo. Durante los 42 días que durará la primera fase del alto el fuego se liberará a 33 rehenes y se excarcelará a casi 2.000 prisioneros y detenidos palestinos. En poco más de dos semanas comenzarán las conversaciones mucho más desafiantes sobre la segunda fase.

Este es apenas el segundo alto el fuego en la guerra, más largo y más significativo que una pausa de una semana en noviembre de 2023, y tiene el potencial de poner fin a los combates de manera definitiva.

Pero Netanyahu —quien había estado bajo intensa presión del gobierno del presidente estadounidense Joe Biden y del presidente electo Donald Trump para que concretara un acuerdo antes de que Trump sea investido el lunes en Estados Unidos—, ha dicho que cuenta con el apoyo de Trump para reanudar los combates en caso de ser necesario.

Mientras tanto, el ministro de Seguridad Nacional de Israel, Itamar Ben-Gvir, avisó que su partido Poder Judío abandonaría el gobierno en protesta por el alto el fuego, en una muestra de la fricción que, según algunos israelíes, demoró la llegada de un acuerdo. La salida del ultranacionalista Ben-Gvir debilita la coalición de Netanyahu, pero no afectará la tregua.

En toda Gaza hubo alivio y dolor. En los combates han muerto decenas de miles de personas, han sido destruidas amplias áreas, y la mayor parte de la población ha tenido que desplazarse.

“Este alto el fuego fue una alegría mezclada con dolor, porque mi hijo fue martirizado en esta guerra”, manifestó Rami Nofal, un desplazado de Ciudad de Gaza.

Aparecieron combatientes enmascarados en algunas celebraciones, donde las multitudes coreaban eslóganes en su apoyo, según reporteros de The Associated Press en Gaza. La policía —controlada por Hamás— comenzó a desplegarse en público después de haber permanecido mayormente oculta debido a los ataques aéreos israelíes.

Algunas familias se dirigieron a casa a pie, con sus pertenencias a bordo de carretas jaladas por burros.

En la ciudad sureña de Rafah, los residentes regresaron para toparse con una destrucción generalizada. Algunos encontraron restos humanos entre los escombros, incluidos cráneos.

“Es como ver una película de terror de Hollywood”, manifestó el residente Mohamed Abu Taha mientras inspeccionaba las ruinas de la casa de su familia.

Las fuerzas israelíes ya se empezaban a replegar de algunas zonas. Residentes de las localidades de Beit Lahiya y Jabaliya, en el norte de Gaza, dijeron a la AP que no vieron soldados israelíes en la zona.

Un residente dijo que vio cuerpos en las calles que aparentemente llevaban varias semanas allí.

En Israel la gente seguía dividida con respeto al acuerdo.

Asher Pizem, de 35 años y residente de la ciudad de Sderot, manifestó que el acuerdo simplemente había pospuesto el próximo enfrentamiento con Hamás. También criticó a Israel por permitir la entrada de ayuda a Gaza, diciendo que contribuiría a la reactivación del grupo miliciano.

“Tomarán su tiempo y atacarán de nuevo”, declaró mientras observaba las ruinas humeantes de Gaza desde una pequeña colina en el sur de Israel, junto con otros israelíes que se reunieron en el lugar.

Cuando se le preguntó a Biden si le preocupaba que Hamás se reagrupe, respondió que no.

El costo de la guerra ha sido inmenso, y ahora surgirán nuevos detalles. El jefe del municipio de Rafah en Gaza, Ahmed al-Sufi, indicó que gran parte de la infraestructura —incluidas las redes de agua, electricidad y carreteras— fue destruida, al igual que miles de hogares.

Ahora también debería haber un incremento en la distribución de asistencia humanitaria, con el ingreso de cientos de camiones a Gaza todos los días, muchos más de los que Israel permitía previamente. La agencia humanitaria de la ONU indicó que más de 630 camiones con ayuda ingresaron, y al menos 300 de ellos se dirigieron a la zona norte de Gaza, duramente afectada.

“Este es un momento de enorme esperanza”, manifestó Tom Fletcher, director de dicha agencia.

Más de 46,000 palestinos han muerto, según el Ministerio de Salud de Gaza, que dice que más de la mitad de las víctimas son mujeres y niños, pero no distingue entre civiles y combatientes.

En el ataque de Hamás contra el sur de Israel murieron más de 1,200 personas, en su mayoría civiles, y unas 250 fueron secuestradas. Más de 100 rehenes fueron liberados durante el alto el fuego de una semana en noviembre de 2023.

Aproximadamente el 90% de la población de Gaza se ha visto desplazada. La reconstrucción —si el alto el fuego alcanza su fase final— se llevará por lo menos varios años. Persisten serias dudas sobre el futuro político y de otro tipo en Gaza.

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