febrero 4, 2020

No todas las ‘campañas negras’ dañan

De Primera Mano/Por Rodulfo Reyes/Villahermosa.- Durante la gran inundación de 2007, Evaristo Hernández Cruz, a la sazón alcalde priísta de Centro, sufrió una violenta campaña de desprestigio armada desde el gobierno de Andrés Granier Melo. En un tema tan dolido como la desatención gubernamental a los damnificados por las peores lluvias del último siglo, fue acusado de irse vacacionar a Dubai en los momentos en que los tabasqueños tenían el agua al cuello.

Bajo el control del régimen los medios difundían ‘fake news’ (entonces el término no existía o no era tan popular como ahora) que pintaban como un político deshumanizado al edil.

La golpiza mediática fue brutal, pues si bien las redes sociales aún no eran la herramienta preferida en la política partidista, las denuncias falsas se propalaban mediante el envío masivo de correos electrónicos.

La maniobra incluyó contratar publicaciones semanales para editar los señalamientos apócrifos, que luego eran impresos por miles y repartidos por los interesados hasta las puertas de las casas de colonias populares.

Hay un dato que ilustra el  tamaño de la campaña contra Hernández Cruz: en una reunión que encabezó el presidente panista Felipe Calderón Hinojosa con funcionarios estatales para evaluar los trabajos para enfrentar la crisis, el mandatario tabasqueño le pasó una tarjeta al jefe de la nación donde le informaba que el alcalde de la capital andaba de paseo por Dubai.

Horas después Granier y Calderón recorrieron el malecón Carlos A. Madrazo, ¡y se encontraron con quien supuestamente estaba fuera de México!

Esa anécdota fue revelada hace poco por Armando Padilla Herrera, que pudo entrar a aquel encuentro presidencial y vio cuando Granier le pasó la tarjeta a Calderón porque era gerente local de la Comisión Nacional del Agua (Conagua).

Después de tan desproporcionada golpiza (el priísta no pudo encarar la desinformación porque le cerraban las puertas), todo mundo creía que Evaristo estaba muerto en política.

Pero en 2009 que concluyó su trienio se mantuvo vigente, y en 2012 el PRD le ofreció volverlo a hacer candidato a la alcaldía, según declaró en 2015 el entonces gobernador Arturo Núñez Jiménez.

La duda que plantea ese episodio contado por Núñez es: ¿por qué un partido político se interesó en 2012 por Evaristo si tres años antes había sufrido una tremenda campaña de desprestigio que supuestamente lo había dejado inhabilitado ante la ciudadanía?

El priísta se quedó en su partido; en 2015 volvió a competir por el Ayuntamiento villahermosimo. La intención del voto le favorecía. El dirigente nacional priísta, César Camacho Quiroz, le había dicho que estaba nueve puntos arriba del perredista Gerardo Gaudiano Rovirosa.

Mas a Hernández Cruz se le atravesó la negociación entre el Núñez Jiménez y el presidente priísta Enrique Peña Nieto.

El fraude a favor del candidato del régimen fue evidente, ya que Núñez no podía perder la capital a mitad de su gestión.

Fue tan fehaciente el desaseo por parte del gobierno perredista que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) anuló el triunfo del candidato solaztequista ordenando que en agosto de 2016 se repitieran los comicios.

A Evaristo le impidieron volver a participar en la elección extraordinaria, y  se incorporó a Morena cuando el partido de AMLO aún no era una potencia política.

En 2018 Hernández Cruz ganó de calle la comuna de Villahermosa.

Hoy de nuevo sufre la metralla mediática que lo ha perseguido a lo largo de su carrera.

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