El equipo de Wahlberg y Oliveira hizo un viaje de investigación a las Azores, donde se adentró en el mar para colocar instrumentos de escucha a siete cachalotes y posteriormente analizó los peculiares chasquidos que generan, conocidos como codas.

Agencias / InsurgentePress, Ciudad de México.- Cuando un equipo de investigadores empezó a escuchar siete cachalotes en las aguas frente a las Islas Azores, descubrieron que una clase de sonidos que emiten, una muy característica que recuerda a un golpeteo suave y rápido o a una sucesión de chasquidos, actúa como una forma de comunicación entre individuos.

Hasta ahora, se creía que la capacidad de comunicación de los cachalotes solo servía para que un grupo se comunicase con otros, poseyendo cada grupo su propio conjunto de vocalizaciones utilizadas por sus miembros para comunicarse con otros grupos. Sin embargo, lo descubierto por el equipo de Magnus Wahlberg, de la Universidad del Sur de Dinamarca, y Claudia Oliveira, ahora en la Universidad de las Azores en Portugal, demuestra que cada uno de los cachalotes se comunica con otros individuos del grupo mediante mensajes individualizados.

Los Codas (lenguaje de cachalote), de forma muy parecida al código Morse, estos mensajes consisten en una serie de chasquidos organizados en alguna de muchas combinaciones, entre las que figura, por ejemplo, la de cuatro golpes largos seguidos por dos cortos. Los científicos registraron 21 mensajes diferentes.

Cada animal es capaz de vocalizar diversos mensajes, algunos de los cuales usan más frecuentemente que otros. Por ejemplo, un mensaje que consistía en cinco chasquidos idénticos fue vocalizado no menos de 228 veces por cuatro de los cachalotes, mientras que otro grabado por los investigadores, compuesto por tres chasquidos idénticos, fue vocalizado 183 veces por dos de los animales.

En total registraron 802 de esas vocalizaciones procedentes de cinco cachalotes, mientras que los dos restantes se mantuvieron callados.

Esto podría encajar con patrones de conducta al estilo de madres llamando a sus crías o individuos invitando a otros del sexo opuesto para aparearse con ellos.

Los investigadores están particularmente interesados en el más comunicativo de los cachalotes, que vocalizó la mayoría de los 21 mensajes diferentes y que generó 294 de las 802 codas registradas.

Podría ser interesante saber más sobre este individuo en particular. Todo lo que sabemos es que tiene 9,3 metros de largo, lo cual dificulta determinar su sexo. Se desconoce si pertenece al mismo grupo de los otros cachalotes grabados, así que es realmente difícil deducir qué podría estar diciendo. Quizás, como conjetura Wahlberg, se trate de una matriarca diciéndole a su grupo dónde ir.

Las primeras detecciones humanas de este tipo de vocalizaciones de los cachalotes (las cuales no debemos confundir con las vocalizaciones de las ballenas popularmente conocidas como ” cantos” por su textura bella y un tanto melódica) datan de la Segunda Guerra Mundial. Los submarinos jugaron un papel nuevo y crucial en la guerra naval, y se invirtió una considerable cantidad de esfuerzos y recursos para hallar formas de localizar a aquellos que fueran enemigos, lo que llevó al desarrollo de la tecnología del sónar. Los tripulantes al cargo de estos aparatos de detección tomaban a menudo por sonidos provenientes de submarinos a las vocalizaciones de los cetáceos.

Como los elefantes, los cachalotes viven en grupos matriarcales.

El cachalote es el mayor depredador del mundo, y puede rastrear calamares a distancias de hasta un kilómetro usando ecolocalización (una forma natural de sónar).

Investigadores utilizando una pértiga para etiquetar un cachalote frente a las Azores. (Foto: Rui Prieto)
Investigadores utilizando una pértiga para etiquetar un cachalote frente a las Azores. (Foto: Rui Prieto)
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