Agencias/Periódico Marca/Londres.- Las razones por las que Roger Federer es el tenista más grande de la historia van más allá de sus resultados. El suizo, que el 8 de agosto cumple 36 años, se borró de toda la gira de tierra batida para llegar en plenitud de condiciones al asalto de su octavo entorchado en Wimbledon.
El tiempo le ha dado la razón y Federer se ha impuesto este domingo a Marin Cilic por 6-3, 6-1 y 6-4, en 1 hora y 41 minutos, para cerrar un glorioso círculo. Y es que el primero de sus ya 19 ‘Grand Slam’ fue en el torneo británico en 2003. Para encontrar su último triunfo en la Catedral del tenis había que remontarse a 2012, cuando se impuso a Andy Murray en cuatro mangas. Lloraba el vencedor de emoción después de terminar su exhibición con el octavo servicio directo.
Federer ganó su octavo Wimbledon y es ya en solitario el único hombre con más títulos en el torneo. Atrás quedaron Pete Sampras y William Renshaw, con quienes compartía la cabeza. Lo hizo, sin perder un set, y como el hombre más veterano de la era profesional en ganar un título del Grand Slam.
Aclamado desde la primera bola por una afición que celebra cada uno de sus puntos con similar ardor al que dispensarían a un tenista local, Federer ya tiene su decimonoveno Grand Slam, cuatro más que Nadal, su inmediato perseguidor; siete por encima de Djokovic.
Las dos finales de los cuadros individuales de Wimbledon pasarán a la historia porque no hubo historia en ninguno de los dos partidos. Si Garbiñe Muguruza se impuso en dos sets a Venus Williams, cerrando con un rosco final y sumando los últimos nueve juegos, el helvético hizo una especie de imitación de la española en la lucha por el título que le enfrentó a Marin Cilic.
El croata, que pidió la presencia del fisioterapeuta en el ecuador del segundo set, hacía temer lo peor a la grada sobre una retirada antes de tiempo. Se dolía del pie izquierdo y lloraba desconsolado como si no hubiera un mañana. La única vez que la final no había terminado fue en la edición de 1911 cuando Anthony Wilding superó a Herbert Roper Barrett.
Cilic había cedido ocho de los últimos nueve juegos y el marcador reflejaba un 6-3, 3-0. Cedía en la continuación decantando a su favor un único juego. Al cierra del segundo set, el novato en una gran final de Wimbledon volvió a recurrir a la presencia del fisio. Le trató el pie y de nuevo a la acción. La leyenda de Roger es tal que en el banquillo de Cilic, su rival, había un invitado del croata con la gorra Nike del suizo.
El público quería más tenis y Marin respiraba al sentirse por primera vez delante en el tanteo con el 0-1 del tercer asalto. Federer ni se inmutaba. Sabía que tenía el partido en sus manos. Más tarde se convertiría en el segundo tenista más longevo en ganar un ‘major’ con 35 años y 342 días. El primero sigue siendo Ken Rosewall, campeón del Open de Australia con 36 y 37 primaveras, respectivamente.Cilic, presionado siempre en el momento del saque, mantuvo la mínima renta hasta el séptimo juego. Había pasado 1 hora y 31 minutos desde el inicio y ya se sabía el ganador. El cielo de Londres amenazaba lluvia para despedir el evento en 2017. Caía alguna gota pero no suficiente para atajar el ciclón Federer.
El tenista de Basilea, a pesar de no jugar durante los meses de abril y mayo, saltándose tres Masters 1.000, Montecarlo, Madrid y Roma, y Roland Garros, asciende mañana al tercer puesto del ranking, superando a Stan Wawrinka y Novak Djokovic, y sólo por detrás de Murray y Rafael Nadal.
Por segunda vez en su carrera, terminaba uno de los cuatro grandes sin ceder un set. La primera fue en el Open de Australia de 2007. Federer es en la hierba del All England Club lo que Nadal en la tierra de Philippe Chatrier. Desde 2009 no ganaba dos ‘Grand Slam’ en una misma campaña. Eterno.