Tal Cual/Por Por: Diego Ortiz/Ciudad de México.- “A lo largo de los años, miles de estadounidenses han sido brutalmente asesinados por aquellos que ingresaron ilegalmente a nuestro país, y miles de vidas más se perderán si no actuamos ahora”, expresó apenas el pasado 9 de enero el Presidente Donald Trump en un mensaje a la nación donde solicitaba 5,700 millones de dólares al Congreso de Estados Unidos para la construcción del muro fronterizo que frene los inmigrantes ‘ilegales’ en la frontera sur.
A ello se suman calificativos que hizo como candidato presidencial donde expuso que “cuando México envía su gente, no envían a los mejores. Envían gente que tienen muchos problemas” y agregó “traen drogas, crimen, son violadores y, supongo que algunos, son buenas personas”.
Lo ocurrido este fin de semana en El Paso, Texas, se inscribe en esta lógica de odio en el discurso en contra de los migrantes en Estados Unidos, en especial en contra de los mexicanos y en menor medida contra los centroamericanos.
La masacre en un Wall Mart en esa ciudad fronteriza, por cierto con mas de un 83 por ciento de la población de origen hispano, es una consecuencia de estos discursos de odio, de exclusión, de racismo alentados desde el gobierno de Estados Unidos y solapados por los organismos de inteligencia y la venta indiscriminada de armas.
El responsable de la masacre identificado como Patrick Crusius, un joven blanco de 21 años que llevaba un rifle, que asesino al menos a 20 personas, de ellas 6 mexicanos, así como hirió a 26 más, sólo es consecuencia de este discurso oficial de odio, del aumento de grupos y organizaciones antiinmigrantes.
De acuerdo a la policía de El Paso, Crusius, estaría vinculado al manifiesto publicado en internet que incluye pasajes que critican la “invasión hispana” de Texas por lo que la principal línea de investigación es un posible crimen de odio.
Paradójico que el crimen se haya dado en un Wall Mart, uno de los mayores distribuidores de armas y cartuchos en Estados Unidos que pueden ser adquiridos por jóvenes como Patrick Crusius, u otros que busquen revindicar la supremacía blanca, el discurso antimigrante, el odio hacia los mexicanos que está creciendo en Estados Unidos desde agresiones en restaurantes a personas que no hablan inglés, golpizas a mexicanos en centros laborales, asesinatos o masacres como la de El Paso.
La Liga Antidifamación de Estados Unidos, con datos del FBI, señalan que en el 2018 hubo un aumento de crímenes de odio contra los latinos de 24 por ciento, mientras que para otras minorías el aumento fue de 17 por ciento.
Estados Unidos registró en los últimos tres años un crecimiento consistente de los denominados crímenes de odio, aquellos motivados por razones de raza, color de la piel, religión, orientación sexual, discapacidad e identidad de género.
El informe más reciente de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) reporta que en 2017 se registraron ocho mil 437 delitos de este tipo, mientras que un año antes hubo siete mil 227 delitos y en 2015 seis mil 885.
Como dato adicional a la masacre de El Paso: Los actos relacionados con la fobia, por razones de sexo, ideológicos o étnicos aumentan un 226% en los lugares donde el presidente estadounidense focalizó su campaña en 2016. En 2017, este tipo de criminalidad repuntó un 17%, admite el FBI.
Las conclusiones del informe científico que suscriben los investigadores de la Universidad de North Texas revelado por Washington Post hace algunos meses, evidencia la relación directa entre las consignas incendiarias que Donald Trump articuló en la campaña presidencial de 2016 en torno a su doctrina de Make America Great Again y la escalada de este tipo de crimenes. Tal Cual.