Agencias/Ciudad de México.- Una de cada tres mujeres será objeto de alguna forma de violencia a lo largo de su vida, incluidas las formas digitales, que tienen multitud de caras y que suponen una preocupación creciente tanto en España como en Europa, donde buscan atajarla con medidas como la lucha contra el ‘stalkerware’ y el espionaje de dispositivos digitales dentro de la pareja.

Las formas más habituales de violencia digital contra mujeres y niñas incluyen el ciberacoso, los insultos, la pornografía no solicitada, la extorsión sexual, las amenazas de violación, la difusión de datos privados, la llamada pornografía por venganza, entre otras acciones, como recoge Instituto Europeo de la Igualdad de Género (EIGE, en inglés)

En su estudio ‘Ciberviolencia contra mujeres y niñas’, EIGE señala que “existe un fenómeno creciente que afecta de manera desproporcionada a las mujeres y las niñas, con graves repercusiones en la vida ‘real’ de las víctimas”,

Más aún, los datos que recoge señalan que una de cada tres mujeres será objeto de alguna forma de violencia a lo largo de su vida, y que se estima que una de cada diez mujeres ya ha sufrido alguna forma de ciberviolencia desde los 15 años de edad.

De las mujeres que han sufrido algún tipo de acoso sexual, el 18,4% ha recibido insinuaciones inapropiadas, humillantes, intimidatorias, u ofensivas en las redes sociales de Internet como Facebook, Instagram o Twitter, y 15,9% ha recibido correos electrónicos, mensajes de WhatsApp, o mensajes de texto sexualmente explícitos inapropiados, que le hayan hecho sentir ofendida, humillada, o intimidada.

Según apunta el EIGE en base a los estudios disponibles realizados en los países miembros, “las mujeres constituyen el objetivo de ciertas formas de ciberviolencia en una proporción muy superior a la de los hombres”.

Esta “vulneración de derechos de las mujeres” en el entorno digital, como lo califica la CEO de Women’s Digital Rights (WDR), Pia Mazuela, no es más que “un reflejo de lo que ocurre en la vida ‘offline’, Internet solo es un vehículo más”, en declaraciones a Europa Press.

WDR es un instituto tecnológico de reciente creación (octubre de 2020), que busca aportar soluciones y recursos para las mujeres que sufren acoso en la red o que ven cómo sus derechos son vulnerados en Internet.

A través de WDR, transmiten el concepto de la “autoprotección digital”, que puede entenderse como “una adaptación a Internet de esa defensa personal en la vida real”, es decir, “normas y consejos para evitar caer en peligro o para saber defenderse ante una amenaza o un chantaje, de manera rápida y eficaz”, como apunta Mazuela.

Las configuraciones de seguridad de las web y las plataformas digitales son una de las primeras líneas de defensa en el mundo digital. La directiva señala, además, que las mujeres “deben tener muy claro con quién comparten material íntimo y que, si se vulneran sus derechos, la ley las apoya y pueden ejercer acciones legales”.

Mazuela señala, además, que “cuando se produce ese abuso de confianza desde una persona del entorno cercano, con quien se ha mantenido una relación afectiva, la sensación de vulnerabilidad y de indefensión es mayor”.

Un ejemplo de ello es el ‘malware’ conocido como ‘stalkerware’, un ‘software’ espía que habitualmente se usa para controlar digitalmente la vida de la pareja. España se encuentra entre los cinco primeros países de Europa más afectados, con 873 detectados por la compañía de ciberseguridad Kaspersky en 2020.

En este sentido, siete de cada diez mujeres en Europa que han sufrido ciberacoso también han sufrido al menos una forma de violencia física o sexual por parte de su pareja, según datos del Instituto Europeo de la Igualdad de Género.

El 71% de los maltratadores domésticos vigila las actividades ‘online’ de las mujeres, y el 54% rastrea los teléfonos móviles de las víctimas con ‘software’ de tipo ‘stalkerware’, según datos compartidos por Kaspersky.

Para responder a este problema, la Unión Europea ha lanzado la iniciativa DeStalk, con la que abordará los problemas que representan las nuevas formas de violencias de género en el ámbito digital y a través del ‘stalkerware’, mediante la formación de los profesionales que trabajan con las víctimas y los agresores, y de los responsables políticos.

DeStalk responde al hecho de que el empleo de herramientas tecnológicas no basta para luchar contra el ‘stalkerware’. Como indicó el director General de Kaspersky España, Alfonso Ramírez, “sería de gran ayuda que los profesionales y los usuarios fueran conscientes de que el ‘stalkerware’ existe, supieran reconocer las señales de que este ‘software’ está instalado en sus dispositivos y tuvieran claro cómo actuar”.

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