Agencias/Ciudad de México.- El cambio climático y las guerras de Gaza y Ucrania amenazan el comercio mundial al encarecer el transporte marítimo, advirtió una responsable de la ONU en una visita al Canal de Panamá.

Estas dos guerras causan “disrupción” en el Canal de Suez, en el Mar Rojo y en el Mar Negro, mientras el cambio climático forzó a reducir el tránsito de buques por el Canal de Panamá, destacó Rebeca Grynspan, secretaria general de UNCTAD, la agencia de la ONU para el Comercio y Desarrollo.

“Tenemos por un lado la geopolítica y, por otro lado, el cambio climático, afectando las principales rutas marítimas del mundo”, indicó la jefa de UNCTAD.

Estas “disrupciones […] nos afectan a todos, [pues] generan cuellos de botella muy importantes” y tienen “impacto sobre la inflación internacional y los precios de los bienes más esenciales”, añadió Grynspan, quien destacó que el 80% del comercio mundial emplea transporte marítimo.

El cauce panameño redujo en 2023 el tránsito de buques y el calado de las naves por una escasez de lluvias causada por el fenómeno El Niño y agravada por el cambio climático.

Países desarrollados han emprendido “un proceso de integración vertical” interno que ha provocado una fractura en las cadenas de valor y parece marcar una tendencia hacia un renovado comercio de bienes finales, dijo la secretaria general de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD, por sus siglas en inglés), Rebeca Grynspan.

Tras los cambios en el comercio internacional a causa de la crisis de la pandemia de la covid-19 “estamos viendo que los países grandes están en un proceso de integración vertical al interior de sus países, o sea que la inversión en cadenas de valor está fracturada”, dijo Grynspan, durante una visita a la capital panameña.

“Pensábamos que después de la covid lo que iba a haber es una diversificación de fuentes de insumos para no depender de una sola fuente (…) pero no es lo que hemos visto”, admitió la secretaria general del organismo de la ONU para el comercio y el desarrollo.

Estados Unidos “se está integrando verticalmente dentro de Estados Unidos. Esta es una tendencia muy nueva (…) y creemos que podría haber una tendencia a menos comercio de bienes intermedios y otras vez más comercio de bienes finales”, explicó.

Este Canal, inaugurado por Estados Unidos en 1914 y que mueve el 6% del comercio marítimo mundial, elevó este jueves de 27 a 31 el número de cruces diarios de buques, pero todavía no alcanza los niveles previos a la sequía (39).

Menos lluvias

A diferencia de Suez que emplea agua de mar, el Canal de Panamá opera con agua dulce aportada por las lluvias, que por décadas fueron abundantes.

Pero de los 2,800 milímetros de lluvia que caían antes cada año en promedio en la cuenca del cauce interoceánico panameño se pasó a apenas 1,800 mm en 2023, según la Autoridad del Canal de Panamá (ACP).

Las medidas adoptadas para ahorrar agua “han servido para paliar en algo el efecto que ha tenido el cambio climático sobre el Canal de Panamá”, indicó Grynspan en una visita a la Esclusa de Cocolí, que utilizan los buques más grandes que navegan por la vía interoceánica panameña.

“Panamá, que es un país pequeño en el concierto de las Naciones, tiene un significado estratégico que es muy por encima de su tamaño”, agregó.

Por el paso de cada barco por el Canal de Panamá, de 80 km de longitud entre el océano Pacífico y el Atlántico, se vierten unos 200 millones de litros de agua dulce al mar.

Los principales usuarios del Canal de Panamá son Estados Unidos, China, Japón, Corea del Sur y Chile.

Grynspan indicó que la ACP “ha logrado hacerles frente a los retos no solo de operación normal, sino a los impactos que está teniendo el cambio climático”.

En este contexto, hay países que se están beneficiando del llamado ‘nearshoring’ o el traslado de servicios o procesos a ubicaciones geográficamente cercanas, como son México y Vietman, dijo Grynspan.

“Podríamos decir que Costa Rica y Panamá se podrían beneficiar” del programa de producción estadounidense de semiconductores “y de los nuevos aranceles y restricciones que Estados Unidos ha impuesto a China”, afirmó.

Panamá y Costa Rica forman parte del grupo de siete países del mundo designados en 2023 por Estados Unidos como aliados estratégicos bajo la ley CHIPS y Ciencia, firmada por el presidente Joe Biden en agosto de 2022 y que contemplaba 52.700 millones de dólares (unos 48.478 millones de euros) para impulsar la fabricación y la investigación nacional de semiconductores.

“De alguna manera que América Latina podría aprovechar las nuevas oportunidades del ‘nearshoring’, del ‘friendshoring’, y de la transición energética. Tal vez el problema de América Latina es su falta de integración regional”, agregó Grynspan.

El Canal de Panamá es una ruta comercial global clave que conecta los océanos Atlántico y Pacífico y que enfrenta niveles bajos de agua debido a las lluvias por debajo del promedio a raíz del fenómeno climático “El Niño”.

Un análisis previo de ONU Comercio y Desarrollo estimó que el total de tránsitos a través del Canal disminuyó un 49% en enero 2024 y 42 % en abril 2024, en comparación con el pico de diciembre de 2021.

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Corredores terrestres

México inauguró en diciembre un ferrocarril Interoceánico que pretende ser alternativa al Canal de Panamá. Además, Honduras presentó en febrero un ambicioso proyecto de un tren de carga entre el Pacífico y el Atlántico, aunque carece por ahora del financiamiento para construirlo.

Sin embargo, Jan Hoffmann, jefe de Comercio y Logística de UNCTAD, explicó que el transporte marítimo es más barato que el terrestre.

“La ventaja del Canal de Panamá y del (de) Suez específicamente es ‘all water’, es todo agua, y aunque sea caro el tránsito”, es más barato que el transporte por carretera o ferrocarril, indicó el experto de UNCTAD, agencia con sede en Ginebra.

“La alternativa de los puentes terrestres, [de un] corredor bioceánico, la vemos muy escépticos”, añadió Hoffmann, quien acompaña a Grynspan en su visita a Panamá.

El Canal de Panamá elevará a 32 el cruce diario de buques el 1 de junio.

Además, a partir del 15 de junio el máximo calado permitido para los barcos que cruzan las esclusas más grandes (Cocolí y Agua Clara), inauguradas en 2016, será de 13.71 metros (45 pies), en lugar de los actuales 13.41 metros (44 pies).

La Autoridad del Canal de Panamá estudia incorporar nuevas fuentes de agua para evitar futuras crisis hídricas, pero las obras previstas requieren tiempo y millonarias inversiones.

Las lluvias de la cuenca del Canal también suministran agua potable al 58% de la población panameña.

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