Agencias/Ciudad de México.- Canal+ Francia, que ha recuperado el 80 % de los derechos de televisión de la liga francesa de fútbol que tenía Mediapro, considera que la oferta del grupo español con la que había ganado la licitación y a la que luego renunció era “una quimera” porque no se podía rentabilizar.

Su consejero delegado, Maxime Saada, rechazó en una entrevista a la emisora RTL los reproches de que Canal+ se está aprovechando de la retirada de Mediapro para retransmitir el fútbol hasta el final de la temporada por la mitad de los 1.150 millones de euros que esperaban los clubes.

“Esos ingresos no existían, eran una quimera, un espejismo de 1.150 millones que no han existido nunca (…), un dinero sobre el que no había ninguna garantía, o muy débil, como lo prueba la quiebra de Mediapro”, se defendió.

En la licitación que ganó en 2018, la compañía española se había comprometido a pagar algo más de 800 millones de euros por cada temporada a partir de la actual por el 80 % de los derechos.

Sin embargo, amparándose en los efectos de la crisis dejó de abonar las cuotas el pasado verano y en diciembre llegó a un compromiso con la Liga de Fútbol Profesional (LFP) para rescindir el contrato por adelantado.

Para el responsable ejecutivo de Canal+ “la liga ha resultado dañada, en particular por Mediapro”, ya que “era imposible” rentabilizar la cantidad prometida en su contrato. Conseguir que hubiera suficientes abonados que pagaran 25 euros al mes solo por los partidos de la liga “era imposible”, insistió.

Frente a eso, hizo hincapié en que Canal+ no solo pagará los 330 millones que ya debían abonar por el 20 % de los derechos que ha venido explotando desde el comienzo de la temporada, sino que además añadirá “dinero fresco” por el 80 % restante.

Aunque no precisó cuánto, señaló que en total la LFP obtendrá unos 650 millones de euros por la difusión de los partidos en televisión. Una cifra superior a los 600 millones que había estado recibiendo hasta 2016.

De cara al futuro, Saada dijo que su empresa está lista para optar a la compra de los derechos de televisión de las próximas temporadas, pero a condición de que se vuelvan a licitar el 100 %.

El fiasco en Francia no tuvo mayor eco en el país vecino, donde el grupo dirigido por el catalán Jaume Roures posee una parte de los derechos televisivos del campeonato español, lo que le permite difundir los partidos en establecimientos públicos como bares, así como fuera de España.

De todas maneras, la Liga y Mediapro tuvieron que renegociar su contrato ante el cierre de miles de bares en España a raíz de la pandemia del COVID-19.

“No hemos tenido problema. Hemos renegociado lo que corresponde renegociar”, señaló Tebas, sin revelar cifras. “Aquí nadie ha dicho: ‘No, paga todo y no puedes abrir los bares’. No, hay que saber que cuando hay una crisis de estas, hay cosas que tenemos que renegociar, y con Mediapro se ha renegociado”.

Un contraste con el drama desatado en Francia por la ruptura entre la liga francesa (LFP) y Mediapro, quien no cumplió con sus pagos previstos en otoño por los derechos de transmitir los partidos en su cadena Telefoot, adquiridos en el 2018 por 800 millones de euros (US$ 958 millones) anuales.

Para Francesc Rufas, especialista en mercadotecnia deportiva, el fútbol español tenía interés en no reproducir el escándalo francés para evitar riesgos.

“No interesa que se genere una imagen de que potencialmente alguno de esos clubs podría tener problemas para cobrar” por los derechos televisivos, como en Francia, explicó.

La Liga optó, a su juicio, por evitar un choque, en un contexto muy difícil para el fútbol europeo, donde los juegos a puerta cerrada pierden interés para un público que no puede ir al estadio ni verlos en los bares por la pandemia.

Para Rufas, la Liga se contentó con ganar menos. En Francia, si hubiera habido “acuerdo a la baja, Mediapro habría pagado menos, pero habría pagado”.

De todas maneras, la figura de Mediapro tiene menor relieve en España toda vez que los derechos de difusión doméstica del campeonato español (salvo en establecimientos públicos) los posee el grupo de telecomunicaciones Telefónica, vía su marca comercial Movistar.

Por ende, los españoles no corren ningún riesgo de quedarse sin ver los partidos en sus casas, si bien cualquier problema que tuviera Mediapro tendría un impacto financiero en la Liga.

La influencia de Mediapro “ya no es lo que era, ahora Movistar tiene la parte” de peso en cuanto a derechos deportivos, explica Joan Celma, especialista en gestión de empresas deportivas.

Pero su “credibilidad está tocada”, estima Celma, especialmente porque la situación en Francia ocurrió luego de que la empresa perdiera en el 2018 los derechos de la Serie A italiana, por no aportar las garantías bancarias suficientes.

El flujo de caja del grupo, de unos 90 millones de euros (US$ 108 millones), sigue siendo “débil”, según estimó Moody’s a fines de enero.

El futuro del grupo está en gran parte en las manos de su socio mayoritario chino, el fondo Orient Hontai Capital, que impulsó la estrategia “expansionista” de adquisición de derechos, pero sin dotar a “esta compañía de un volumen suficiente de liquidez”, señaló Francesc Rufa.

Mediapro, que dice obtener cerca de un tercio de sus ingresos de los derechos televisivos, ha continuado con su actividad de producción de películas y series, como por ejemplo “Rifkin’s Festival”, el último filme de Woody Allen, o “El buen patrón”, que se rodó en octubre pasado con Javier Bardem de protagonista y Fernando León de Aranoa en la silla del director.

El realizador español aseveró haber mantenido “una relación muy sólida y estable” por veinte años con Mediapro, lo que “no es habitual” en este medio.

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