Agencias/Washington.- La pelea entre Huawei y la Administración de Donald Trump ha pasado de ser un amago a una realidad que costaría miles de millones de dólares al gigante tecnológico chino.

Google ha suspendido los negocios con Huawei que requieran la transferencia de productos de hardware y software, excepto los cubiertos por licencias de código abierto, difundió ayer la agencia Reuters citando a una fuente cercana al conflicto.

Paralelamente a  Google, otras firmas importantes de fabricantes de procesadores han anunciado que dejarán de vender sus productos a Huawei.

Este mismo lunes, han seguido su ejemplo varias importantes firmas de procesadores. Intel, el mayor del mundo, Qualcomm, Broadcom, Micron Technology y Western Digital han suspendido el envío de chips y memorias a Huawei, lo que afectará no solo a los teléfonos, sino también a otros productos como ordenadores o tabletas y tecnologías de conexión.

La decisión se produce después de que el Gobierno de Donald Trump incluyera a la empresa china en una lista negra comercial, aunque en el caso de Huawei el conflicto es anterior a la última ofensiva arancelaria porque se extiende a acusaciones de espionaje.

El bloqueo de Google podría colocar a Huawei al borde de la mayor crisis desde que la Administración Trump le declaró la guerra.

Según informa la cadena británica BBC, los móviles de la marca china que estén en circulación podrán actualizar las aplicaciones y aplicar las correcciones de seguridad, así como actualizar los servicios de Google Play.

Pero cuando Google lance la próxima versión de Android, con la que operan, a finales de año, es posible que no esté disponible para los dispositivos Huawei.

Las próximas versiones de sus móviles, además, no podrán contar con aplicaciones y servicios populares como YouTube o Maps, las nuevas apps que se incorporen en la tienda Google Play Store, ni al correo electrónico Gmail.

De momento, la cuenta oficial de Android en Twitter ha intentado tranquilizar a los usuarios, asegurando que al tiempo que cumplen con los requerimientos del Gobierno de EEUU, servicios como Google Play y la seguridad de Google Play Protect continuarán funcionando en los dispositivos Huawei existentes.

También Huawei se ha apresurado a tranquilizar a sus usuarios, afirmando que seguirá proporcionando actualizaciones de seguridad y servicio posventa a todos los teléfonos y tabletas Huawei y Honor (su segunda marca) vendidos o en stock en el mundo. De los futuros dispositivos no dice nada.

Google está analizando a nivel interno los detalles de los servicios específicos que serán vetados, según las fuentes mencionadas.

Los abogados de Huawei están evaluando también el impacto de las acciones del Departamento de Comercio, señaló un portavoz de la firma china el viernes.

La empresa asiática aún tendrá acceso a la versión de Android disponible a través de licencias de código abierto, disponibles para cualquiera que quiera usarlas. Sin embargo, Google dejará de prestar colaboración y respaldo técnico a Huawei para sus servicios y los de Android, según las mismas fuentes.

En la lista negra

El pasado jueves, el Gobierno Trump incluyó  de forma oficial a Huawei en una lista negra comercial, estableciendo de inmediato restricciones que complicarán mucho que el gigante tecnológico pueda hacer negocios con compañías estadounidenses.

Huawei no pudo ser contactado de inmediato para comentar la situación. Representantes del Departamento de Comercio tampoco comentaron la información, según señala Reuters.

De confirmarse el veto de Google, sería un duro golpe para Huawei, que no tendría más remedio que inventar su propio código operativo, ya que todos sus móviles funcionan ahora bajo el sistema Android de la multinacional estadounidense.

Android representa el 85% del mercado mundial de sistemas operativos y el resto casi está en manos de iOS de Apple. En Europa, el dominio es mayor, ya que está instalado en casi ocho de cada 10 móviles. Y en España aún más: nueve de cada 10 terminales tienen este sistema operativo.

Incluso si pudiera crear de la nada un nuevo sistema operativo, el fabricante chino tendría muy difícil convencer a sus potenciales compradores, ya que además se quedarían sin aplicaciones. Y es que el 70% de las descargas de apps se realizan desde la tienda online Google Play Store, por el 22,6%, de la Apple Store.

El veto de Google también puede dar al traste con las ambiciones de Huawei de ser el mayor vendedor de smartphones del mundo.

Pese al boicot estadounidense a sus equipos, 2018 fue definitivamente el año de Huawei. La firma china vendió 202,9 millones de móviles en todo el mundo, gracias al incremento espectacular de sus ventas en un 34,8%. Pese a ese aumento, mantiene el tercer puesto como fabricante mundial de móviles, pisa los talones a Apple para arrebatarle el segundo puesto, y está aún lejos de Samsung, que lidera el podium.

La medida tendrá fuertes repercusiones en España donde la firma china es un gigante de las telecomunicaciones pese a que desembarcó en el país en 2001. De hecho, es el único fabricante que está presente tanto en la infraestructura de redes como en los dispositivos móviles.

Y no es una presencia cualquiera. La firma china se ha consolidado como el primer proveedor de redes tanto de banda ancha fija (fibra o ADSL) como móvil (4G) y trabaja con todos los operadores nacionales de telecomunicaciones (Telefónica, Vodafone, Orange y MásMóvil).

Paralelamente, se ha consolidado como el segundo vendedor de smartphones en España, posición que ocupa desde mayo de 2015, solo por detrás de Samsung y dejando atrás a Apple.

Actualmente, casi uno de cada tres móviles que se venden en España es de Huawei, que cuenta con una cuota de mercado del 28%.

Desde que en 2010 comenzara la comercialización de móviles inteligentes bajo el sistema operativo Android, se ha quitado el marchamo de fabricante de móviles chinos y baratos y ha conseguido colocar sus terminales entre los más avanzados del mundo, disputando el liderazgo de la alta gama a Apple y a Samsung.

Orden de Trump

El Presidente Trump declaró el pasado miércoles una emergencia nacional para proteger las redes de telecomunicaciones estadounidenses, a través de una orden ejecutiva que entrega competencias al Gobierno federal para prohibir a empresas que contraten con proveedores extranjeros.

La medida, que de facto constituye una barrera a la compañía china Huawei, aunque no la mencionaba, supone una nueva escalada en la guerra comercial con el gigante asiático.

La orden ejecutiva dirigida al secretario de Comercio, que deberá elaborar un plan para su puesta en práctica, invoca una ley que confiere al presidente la autoridad de regular el comercio en respuesta a una emergencia nacional que amenace a Estados Unidos.

Se justifica en el supuesto aprovechamiento de las vulnerabilidades de la tecnología de telecomunicaciones estadounidense por parte de los adversarios extranjeros, y señala el espionaje industrial como particularmente preocupante.

La medida, con la que se llevaba especulando desde hace meses, supone un nuevo recrudecimiento de la guerra comercial y de seguridad con China y constituye la más contundente ofensiva hasta la fecha contra su sector tecnológico.

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