Agencias / InsurgentePress, Ciudad de México.- Un nuevo estudio ha demostrado el buen potencial de utilizar microscopía holográfica (DHM, por sus siglas en inglés) para detectar microorganismos, y evidencias de vida en general, en el agua recogida de un penacho emanado de un géiser en la superficie de Encélado, una luna de Saturno. Las capacidades de detección de células de la microscopía holográfica y lo que puede averiguarse a través del estudio de moléculas obtenidas de Encélado han sido objeto de investigación por el equipo de Manuel Bedrossian, Chris Lindensmith y Jay Nadeau, del Instituto Tecnológico de California (Caltech) en la ciudad estadounidense de Pasadena.
Lo extraordinario de Encélado es que hay amplia evidencia que indica que posee un océano debajo de la superficie congelada y, por lo tanto, es uno de los sitios donde podría existir vida extraterrestre. Este mundo tiene unos 500 km de diámetro y continuamente está eyectando materia al espacio, por medio de geiseres, tanta que es responsable de generar uno de los anillos de Saturno, el anillo E.
Las evidencias para suponer que este satélite posee agua líquida en abundancia son varias. En primer lugar, la superficie está casi totalmente libre de cráteres de impacto; a diferencia de otros mundos como la Luna o Mercurio. Por lo tanto, debe existir un mecanismo que borre los impactos. Cuando un objeto se estrella contra Encélado se produce una fractura en el hielo superficial de la que emerge agua y borra la huella; por cierto, esto mismo sucede en otras lunas como Europa de Júpiter. Además, la superficie de Encélado está cubierta de estructuras semejantes a glaciares. La presencia de geiseres que lanzan al espacio además de metano y nitrógeno, líquidos, vapor de agua, son evidencia suficiente para suponer que en el interior de esta luna, debajo de una capa congelada, debe haber un océano.
En su estudio, estos científicos han examinado las posibilidades de detección de un microscopio ligero que recoge información tanto espacial como de frecuencias y que puede distinguir entre materia particulada, como trocitos de roca, y microbios muertos. Con sus capacidades de grabación de video, que también permitirían detectar movimientos ínfimos no atribuibles a otras causas que las biológicas, dicho dispositivo podría proporcionar evidencias visuales definitivas de vida fuera de la Tierra.
Otra investigación sobre búsqueda de vida en Encélado cuyos resultados se han publicado al mismo tiempo que la de Bedrossian y sus colegas es la llevada a cabo por Steven Benner, de la Fundación de Evolución Molecular Aplicada, en Alachua, Florida, Estados Unidos. Benner propone una biofirma universal que según él pueda ser utilizada para detectar la presencia de un sistema biológico que experimente evolución darwiniana, algo que podría encontrarse en Encélado u otros mundos con mares subterráneos o en la superficie. Propone una característica particular, basada en la estructura del material genético presente en las formas de vida de la Tierra, que debería estar presente en cualquier biopolímero genético a despecho de su química subyacente.
Uno pensaría que es imposible que exista agua líquida en un satélite tan lejano; sobre todo si la temperatura superficial de Saturno es de -168°C. Lo que sucede es que Saturno ejerce fuerzas de marea sobre Encélado, estas lo estiran y encogen calentándolo; así como una bola de plastilina se calienta y ablanda al moldearla. Ése es el motivo por el cual Encélado y Europa (de Júpiter) poseen mares debajo del hielo superficial, e Io, uno de los grandes satélites de Júpiter tiene rocas fundidas y es el mundo con mayor actividad volcánica del Sistema Solar.
Ya existe un consorcio internacional para construir primero un satélite y más tarde un robot que explorarán más de cerca de esta luna fantástica en los próximos años.
Fuente: Bedrossian Manuel, Lindensmith Chris y Nadeau Jay L.. Astrobiología. Septiembre 2017, 17(9): 913-925.