Texto Periódico Marca/Foto- @mediotiempo/Villarreal.- El Leganés jugó al todo o nada en su visita a La Cerámica y logró una victoria de las que, además de los tres puntos, insuflan al equipo una moral de las que pueden cambiar su devenir hasta final de temporada. Ahora, la salvación está ahí, a tiro de piedra.
A los cinco minutos, Cazorla puso un caramelo al área con la zurda que Gerard Moreno cabeceó inapelable a la red. Pero quien pensara que ahí acababa la resistencia de uno de los colistas se equivocaba, y mucho. Es cierto que el 2-0 estuvo cerca, pero el que realmente tuvo trabajo de lo lindo fue Asenjo. Incluso, Guido estrelló un disparo a quemarropa al palo.
Y es que las ocasiones se sucedían en ambas porterías. Un partido de esos que se dicen que son bonitos para los espectadores pero que tienen en vilo a los técnicos. Es cierto que al Leganés le sirve de bien poco, por no decir que nada, lo bonito que sea el partido. A los pepineros les hacen falta los puntos como el comer en esta lenta agonía en la que se ha convertido esta temporada.
Aguirre había arriesgado con el once, moviendo fichas en plan rotaciones estilo Zidane. Y aunque todo se le puso en contra con ese gol en los primeros compases, su Leganés, otra cosa no, compite muy bien. Es verdad que en defensa concede mucho, demasiado, y que en ataque le cuesta más que a nadie hacer gol, por eso está en la tabla donde está, claro. Pero los de Calleja no podían fiarse lo más mínimo y al descanso se llegó 1-0 como podía haberse llegado con un 2-2, perfectamente. Los porteros también juegan, habría que añadir.
El Leganés salió en tromba de los vestuarios y encontró el premio muy pronto. Óscar sacó a relucir su prodigiosa pierna derecha para sacarse un misil que se coló por la escuadra mientras Asenjo apenas podía seguir la trayectoria con la mirada. Fueron los mejores minutos visitantes.
El Villarreal acusó el golpe y de repente toda la facilidad para llegar al área rival se convirtió en un suplicio para mantener la posesión. Los de Aguirre olieron la sangre. No les valía el empate, dada su situación, y se lanzaron a por el partido.
Calleja, desde su atalaya por la sanción, tiró del móvil para meter a Ontiveros y avisar a los madrileños que en La Cerámica el visitante sufre. Y otra vez estábamos en el ida y vuelta como en la primera mitad. El siguiente en dar en la diana fue el Leganés. En un contragolpe Assalé, recién entrado en el campo, entró en el área y Pau Torres se lo llevó por delante. De manera increíble, el árbitro no señaló el penalti… hasta que el VAR le llamó a capítulo para que deshiciera su clamoroso error. En fin, la tecnología que tantas veces está errando, esta vez compensó el error de Soto Grado. Óscar Rodríguez convirtió el 1-2, un gol que podía cambiar la trayectoria de toda una temporada.
Javier Aguirre tuvo que modificar la defensa sobre la marcha. Siovas y Rosales cayeron lesionados y el mexicano tuvo que gastar dos cambios quitando a dos de sus mejores jugadores sobre el césped. Es lo que tienen los de abajo, parece que todo les es más difícil que a los demás. Faltaba un cuarto de hora y ya se trataba de ver si el ejercicio de supervivencia del Lega le daba para ganar los tres puntos o el acoso local obtenía sus frutos. Las ocasiones ya fueron amarillas hasta el final.
Cuéllar y sus mosqueteros contenían como podían las llegadas del Villarreal. Aguirre se había quedado sin cambios, Guido Carrillo también parecía lesionado, pero había que aguantar. Es pronto para saber si el Villarreal se meterá en Europa o si el Lega conseguirá salir del pozo, pero esta victoria demuestra lo bonita que puede ser esta Liga.
