Agencias/InsurgentePress/ Ciudad de México.- Mientras Argentina vivió ayer el cuarto paro nacional -el más contundente de los realizados contra el gobierno de Mauricio Macri- que derivó en la renuncia del presidente del Banco Central, Luis Caputo, en medio de un agrio festejo para el mandatario en Nueva York.
Macri bailaba en Nueva York, tras recibir un reconocimiento de los poderosos como “Ciudadano Global 2018” y confesaba su esperanza de que los argentinos terminaran “enamorados” de Christian Lagarde, titular del Fondo Monetario Internacional (FMI).
La visión de ciudades desoladas en el país, de las movilizaciones que, como las del lunes, continuaron este martes en algunas provincias como Mendoza o Santa Fe, donde en la castigada ciudad industrial de Rosario, hubo una importante marcha de los huelguistas, contrastó visiblemente con la banalidad del presidente argentino, bailando en una gala en Nueva York y confesando su enamoramiento con el FMI, tan ligado para los trabajadores a la mayor crisis que vivió el país en 2001.
Esto causó fuerte indignación entre los dirigentes de la Confederación General del Trabajo (CGT) convocantes del paro general y de todas las centrales sindicales y frentes que participaron activamente desde ayer al mediodía con una manifestación de medio millón de personas, precisamente contra los ajustes, la política gubernamental “que ya no se soporta más” y contra el FMI, como señalaron los líderes de la protesta.
Los trabajadores acusan el agravamiento de la crisis económica y social, a las imposiciones de ajustes del FMI, para prestar 50 mil millones de dólares por etapas al gobierno de Macri, que en dos años produjo el mayor endeudamiento en la historia nacional.
Los dirigentes sindicales en sus declaraciones mostraron la gravedad de la situación nacional recordando los despidos masivos, el incremento constante de la pobreza, la inflación que se disparó sobre todas las especulaciones, destruyendo el salario y el consumo interno, la especulación financiera, la devastación de la industria y las empresas nacionales, la caída impactante de la producción, la quita de impuestos a los sectores poderosos y los que se están imponiendo a los trabajadores además de los tarifazos constantes, entre otras graves medidas como el “desconocimiento del Congreso, vetando leyes y gobernando por decreto”.
Pero también se refirieron a la pérdida de soberanía en favor del FMI, los organismos financieros, la entrega territorial y la ocupación militar extranjera: “Es la radiografía de un país asaltado” como definieron los dirigentes más activos que hoy destacaron la fuerza de la movilización y el paro.
Advirtieron que si el gobierno no cambia sus planes, la lucha continuará y escalará etapas en todos los frentes. “Ya no se aguanta más”, sostuvo el dirigente de la CGT, Carlos Schmidt, al analizar que el gobierno no escucha: “Sabemos que con un paro aunque sea muy importante, no vamos a detener esto, pero la contundencia de este día y la movilización de ayer dan cuenta del compromiso de continuar la lucha”.
Para la mayoría de la dirigencia sindical el FMI, determinó que se acabó “la independencia del Banco Central de Argentina” mientras que el analista Gustavo Sylvestre sostuvo que “se nombró a quien decidió el FMI” al referirse al nombramiento del economista Guido Sandleris.
El dirigente sindical Pablo Moyano, secretario adjunto de Camioneros, señaló durante la conferencia de prensa junto a dirigentes de la CGT alineados a su espacio, como el bancario Sergio Palazzo y las dos Centrales Sindicales de Trabajadores (CTA), que “lo más doloroso y lo que más bronca da es ver a Macri bailando. Cuando tiene un paro nacional te responde bailando con el Fondo”.
Recordó que se había advertido que el paro no era sólo contra Macri, sino contra el FMI y con todo esto “quedó claro quien manda en el país” , agregando que lamentablemente “esto lo van a pagar las generaciones presentes y futuras porque van a hipotecar al país”.
El discurso de Macri ante Naciones Unidas produjo más reacciones negativas, al considerarlo como “el discurso de un presidente entregado a Washington, diciendo lo que Estados Unidos necesita escuchar, avergonzándonos con lo que dijo sobre Venezuela y con lo que sugirió en el caso de Irán”, señalaron agrupaciones de derechos humanos y el descontento y la indignación crecían en esta noche, donde todo es silencio. A medianoche de este martes terminó la medida de fuerza.
Con información de La Jornada.