Agencias/Ciudad de México.- No solo de cine de terror vivirá la taquilla post pandémica. Los cines están resucitando tras el año más difícil para el sector gracias a películas de género como Expediente Warren: obligado por el demonio -donde en España ha conseguido cifras récord- o Un lugar tranquilo 2 en EE.UU y otros territorios, no obstante, las propuestas se están ampliando cada semana con cintas de acción, animación y drama. Sin embargo, el título que está cogiendo momentum y promete arrasar en las próximas semanas es un musical.

En un barrio de Nueva York aterriza en las salas de EEUU. el 11 de junio, mientras que en España lo hará una semana más tarde (el 18), y no podía hacerlo con mejor pie. La aprobación de la crítica está siendo unánime, con alabanzas que la coronan como la reivindicación definitiva para la comunidad latina, entrando por la puerta grande hacia la cima de la taquilla.

Hasta hace muy poco tiempo, el público internacional desconocía por completo el nombre de Lin-Manuel Miranda. Es decir, a no ser que fueras amante de los musicales de Broadway, lo más normal es que no supieras ni siquiera de su existencia. Sin embargo, en cuestión de pocos años este compositor, actor y dramaturgo de ascendencia puertorriqueña se ha convertido en uno de los nombres más influyentes de la industria, niño mimado de Disney y codiciado por el cine y el teatro a partes iguales.

En un barrio de Nueva York es la adaptación del musical que él mismo escribió y compuso bajo el título original In the Heights a finales de los 90s. Se estrenó en los escenarios de Broadway en 2008, ganando una multitud de premios como el Tony al Mejor Musical y el Grammy al Mejor Álbum de Teatro Musical. Además de crear toda la obra, él mismo protagonizó el papel principal, siempre movido por la necesidad primaria de crear historias que no lo encasillaran en el estereotipo de latino. Él quería hacerse valer por sí mismo, más allá de los estereotipos culturales y sociales tan arraigados en la industria, y creó sus propios musicales, componiendo años más tarde su gran obra maestra, Hamilton.

Más de una década más tarde, Miranda recupera su homenaje a esa comunidad latina tan arraigada en la historia de Nueva York, la inmigración, la lucha por la división y los prejuicios sociales, convirtiéndolo en una de las películas que prometen servir de empujón definitivo para una industria en plena recuperación. Pero, sobre todo, una producción que ya augura convertirse en toda una revolución musical, de color, alegría y reivindicación a partes iguales.

Al menos así lo dicen las críticas especializadas que ya tuvieron acceso a ella. Y así también lo creo yo tras haber seguido la carrera de Lin-Manuel Miranda, y ver cómo convierte en oro todo lo que toca. Sin olvidar que cuando una película musical toca el corazón de la audiencia, el fenómeno universal es prácticamente inmediato. No todas las producciones de este género lo consiguen, e incluso el desgaste que vivió hace unas décadas llevó a su destierro durante mucho tiempo. Pero de un tiempo a esta parte, hemos sido testigos de apuestas que han conseguido calar hondo contagiándonos la magia que aporta el dramatismo musical y En un barrio en Nueva York parece tener todos los ingredientes para seguir la estela: música pegadiza, una historia universal y mucho color y alegría tras un año difícil para todos.

En un barrio de Nueva York cuenta los sueños y desafíos de toda una comunidad latina que vive en el barrio de Washington Heights, en la gran manzana. Rodada en la misma localización real, la cinta se centra en este barrio con gente colorida, alegre y solidaria, donde también habita Usnavi (Anthony Ramos), el simpático propietario de una popular bodega que ahorra cada céntimo con el anhelo de una vida mejor, añadiendo sueños y romance al son de canciones que van del rap a la salsa. Sin embargo, según las críticas, lo maravilloso de esta adaptación es que consigue crear una fusión cinematográfica que convierte a la historia en una trama universal, no puramente de autenticidad latina. Y efectivamente eso mismo es lo que demuestra el tráiler.

Descrita como “un premio” por Boston Globe, como una película de “energía auténtica” por The Washington Post, “una pieza de entretenimiento estadounidense convencional en el mejor sentido […], una celebración de los lazos comunitarios y el coraje individual” por New York Times y con canciones “que te perseguirán durante días” según CNN, En un barrio de Nueva York promete ser el musical que estábamos esperando. Un chute de alegría tras un año de preocupación e incertidumbre que ya suma una aprobación unánime del 97% en RottenTomatoes y un puntaje de 85/100 en Metacritic. Es decir, exactamente lo que pedimos a un buen musical: un producto de evasión cinematográfica, que nos haga bailar por dentro y querer aprender sus canciones ni bien salimos del cine (vamos, lo que nos pasó a una gran mayoria con La La Land y El gran showman).

Es más, una estadística del sitio de venta de entradas de EE.UU., Fandango, afirma que un 96% de los 1.300 encuestados aseguraron que En un barrio de Nueva york marcará su primer viaje de regreso a las salas de cine tras el año de cierres. Mientras que, a nivel de cifras, se estima que la película recaude entre $16 y $30 millones en su primer fin de semana en su país, incluso cuando está disponible en la plataforma de HBO Max por aquellos lados, según Variety. Si consiguiera estas cifras podríamos tener ese éxito esperado, al sumar más tarde las recaudaciones internacionales, cuando la producción costó $55 millones en hacerse.

Sin dudas, estamos ante una carta de amor a la comunidad latina y la película con representación latinoamericana más grande en décadas hecha en Hollywood. Leyendo las críticas y analizando las proyecciones estadísticas que se esperan de la taquilla en su primer fin de semana en salas estadounidenses, podríamos prácticamente pronosticar que estamos ante la producción que pondrá a la comunidad latina en el centro de la taquilla con un nuevo fenómeno mundial. Es más, no me extrañaría que En un barrio de Nueva York termine inspirando una nueva ola de producciones latinoamericanas repitiendo el fenómeno provocado por Déjame salir con la comunidad afroamericana.

Jon M. Chu, el director que elevó el colorido de la comunidad asiática en 2018 con la divertida Crazy Rich Asians, se encarga de dirigir esta oda de amor a la comunidad latina recurriendo a un reparto de actores hasta ahora desconocidos, y bajo la atenta mirada del padre de la historia como productor.

En un barrio de Nueva York se estrena el 18 de junio.

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