Agencias/Ciudad de México.- Una transexual que fue agente del Servicio Federal de Seguridad (FSB, ex KGB) de Rusia fue multada con 3.200 dólares por intentar emigrar a México sin permiso, según informó su abogado. La exespía, que se sometió a una operación de cambio de sexo y cambió su nombre de Alexandr Chumakov a Katerina Mayers, violó la ley que prohíbe a los antiguos miembros de los servicios secretos salir del país hasta 2026.
Mayers, que trabajó como capitán de la guardia fronteriza del FSB en el Cáucaso Norte, trató de cruzar la frontera en diciembre de 2022, pero fue detenida por las autoridades. Su pasaporte le fue confiscado y se le abrió un proceso penal por revelación de secretos de Estado.
La exagente declaró que quería irse a México porque se sentía discriminada y amenazada en Rusia por su condición de transexual. Según su abogado, Konstantín Yerojin, Mayers reconoció su culpa para poder recuperar su pasaporte y continuar su vida en Rusia.
“Ha reconocido plenamente su culpa para que le dejen vivir tranquila, salir adelante y trabajar en sí misma, para demostrar a todos que es un digno representante de la sociedad”, dijo Yerojin en Telegram.
Rusia, un país hostil para los transexuales La situación de los transexuales en Rusia se ha agravado en los últimos años debido a las leyes y políticas discriminatorias del Gobierno de Vladímir Putin. A finales de julio, Putin firmó una ley que prohíbe el cambio de sexo tanto por medio de tratamiento médico como en los documentos de identidad, una medida que el Parlamento consideró como una forma de proteger a niños y adultos de una “degeneración”.
La ley también impide la adopción de niños por parte de las personas que hayan cambiado de sexo o que quieran hacerlo. Además, establece la anulación del matrimonio si uno de los cónyuges se somete a una reasignación de sexo. La reforma constitucional de 2020 introdujo en Rusia el concepto de que el matrimonio es estrictamente una unión entre un hombre y una mujer.
Estas normas han provocado el rechazo y la condena de organizaciones internacionales y defensoras de los derechos humanos, que las consideran una violación flagrante de la dignidad y la libertad de las personas transexuales. Según un informe de Human Rights Watch, los transexuales en Rusia sufren acoso, violencia, estigma y exclusión social y laboral.
Mayers es uno de los casos más emblemáticos de la persecución que padecen los transexuales en Rusia. Su historia ha generado una gran atención mediática y ha despertado la solidaridad de muchas personas que han expresado su apoyo a través de las redes sociales. Mayers ha agradecido el respaldo recibido y ha dicho que espera poder vivir en paz y con dignidad en su país.
