Agencias, Ciudad de México.- John le Carré, el espía convertido en novelista y cuya narrativa elegante e intrigante definió al thriller de espionaje de la Guerra Fría y generó elogios sobre un género que los críticos habían ignorado, falleció a los 89 años de edad.

Curtis Brown, la agencia literaria de le Carré, informó el domingo que falleció en Cornwall, en el suroeste de Inglaterra, el sábado luego de una breve enfermedad. La agencia dijo que su deceso no estaba relacionado al COVID-19. Su familia señaló que había fallecido por neumonía.

En clásicos como “The Spy Who Came in from the Cold” (El Espía que Surgió del Frío), “Tinker Tailor Soldier Spy” (El Topo) y “The Honourable Schoolboy” (El Honorable Colegial), le Carré combino una prosa concisa pero lírica con la clase de complejidad de la literatura de ficción. Sus libros contenían traiciones, compromisos morales y la carga psicológica de una doble vida. En el tranquilo y atento espía George Smiley, creó uno de los personajes de ficción más representativos del siglo XX: un hombre decente en el centro de una red de engaños.

“John le Carré ha fallecido a la edad de 89 años. Este terrible año se ha llevado a un grande de la literatura y a un espíritu humanitario”, tuiteó el escritor Stephen King. Por su parte, Margaret Atwood dijo: “Siento mucho oír esto. Sus novelas de Smiley son claves para entender la mitad del siglo XX”.

Para le Carré, el mundo del espionaje era una “metáfora de la condición humana”.

“No soy parte de la burocracia literaria, por decirlo de alguna manera, que categoriza a todo el mundo: Romántico, Thriller, Serio”, comentó le Carré a The Associated Press en 2008. “Sólo escribo lo que quiero sobre los personajes. No anuncio esto a mí mismo como un thriller o un entretenimiento”.

“Creo que todo eso es algo tonto. Es más fácil para los vendedores y críticos de libros, pero no compro esa categorización. Es decir, ¿qué es ‘A Tale of Two Cities’? ¿Un thriller?”.

Sus otras obras incluyen: “Smiley’s People” (La Gente de Smiley), “The Russia House” (La Casa Rusia) y en 2017 publicó la despedida de Smiley “A Legacy of Spies” (El Legado de los Espías). Muchas novelas fueron adaptadas al cine o a la televisión. Caben destacar las producción de “Smiley’s People” y “Tinker Tailor” en las que Alec Guinness interpreta a Smiley.

Le Carré se vio involucrado en el espionaje por una crianza que fue convencional en la superficie, pero tumultuosa en secreto.

La familia del autor, conformada por su mujer, Jane, y cuatro hijos, dijo en un breve comunicado que el autor había muerto de neumonía.

Al explorar la traición en el corazón de la inteligencia británica en sus novelas de espionaje, le Carré desafió las suposiciones occidentales sobre la Guerra Fría al definir para millones de lectores las ambigüedades morales de la batalla entre la Unión Soviética y Occidente.

A diferencia del glamour del incuestionable James Bond de Ian Fleming, los héroes de le Carré estaban atrapados en un desierto de espejos dentro de la inteligencia británica que se tambaleaba por la traición de Kim Philby, quien huyó a Moscú en 1963.

“Ya no es una guerra de disparos, George. Ese es el problema”, le dice Connie Sachs, miembro de la inteligencia británica al cazador de espías George Smiley en la novela de 1979 “Smiley´s People”.

“Es gris. Mitad ángeles luchando contra mitad demonios. Nadie sabe dónde están las líneas”, dice Sachs en la novela final de la trilogía “Karla” de Le Carré.

Una descripción tan sombría de la Guerra Fría moldeó las percepciones populares occidentales de la rivalidad entre la Unión Soviética y Estados Unidos que dominó la segunda mitad del siglo XX hasta el colapso de la Unión Soviética en 1991.

La Guerra Fría, para le Carré, fue una guerra sin héroes y donde la moral de los espías en Moscú, Berlín, Washington y Londres estaba a la venta, o destinada a la traición. La traición a la familia, los amantes, la ideología y el país recorre las novelas de le Carré, que utilizan el engaño de los espías como una forma de contar la historia de las naciones, en particular el fracaso británico de ver su propio declive posimperial.

Los espías británicos estaban enojados porque le Carré describió al Servicio de Inteligencia Secreto del MI6 como incompetente, despiadado y corrupto. Pero aún así leían sus novelas.

Entre sus numerosos fanáticos, se encontraban también el expresidente de Estados Unidos, George H. W. Bush, y la ex primera ministra británica Margaret Thatcher.

Sus primeras tres novelas fueron escritas cuando era un espía, y sus empleadores le solicitaron publicarlas bajo un seudónimo. Siguió siendo “le Carré” durante toda su carrera. Dijo que eligió ese nombre, que significa cuadrado en francés, simplemente porque le gustaba el sonido vagamente misterioso y europeo. Nació bajo el nombre de David John Moore Cornwell en Poole, en el suroeste de Inglaterra, el 19 de octubre de 1931.

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