Agencias / Ciudad de México.- Los repuntes de casos de coronavirus en Asia y Oceanía han obligado a desechar la idea de que ambas regiones ya han pasado lo peor de la epidemia. Australia e India registraron el jueves sendos récord en sus cifras diarias de infecciones, mientras Vietnam se preparaba para realizar tests a miles de ciudadanos y Corea del Norte instaba a la vigilancia.
Varios países de ambos continentes se congratulaban hace no mucho de haber contenido la epidemia de forma eficaz después de que el virus apareciera en China a finales del año pasado, pero los nuevos brotes surgidos este mes en dichas regiones han puesto de manifiesto que el peligro no ha pasado.
“Debemos tener cuidado para no caer en la presunción de que Australia tiene frente a este virus una especie de inmunidad inquebrantable”, dijo a la prensa el primer ministro australiano, Scott Morrison.
Australia registró el jueves su día más letal con respecto a la epidemia, con al menos 13 muertes y más de 700 nuevas infecciones, la mayoría en el segundo estado más poblado del país, Victoria, donde el gobierno ordenó a todos los residentes que se cubran la cara en el exterior.
El país ha confirmado un total de 16.298 casos desde que comenzó la pandemia, con 189 muertes, más de la mitad en el estado de Victoria y su capital, Melbourne, que se encuentra otra vez bajo confinamiento.
Las nuevas infecciones de Victoria han desatado brotes en otras zonas, incluido el estado más poblado de Australia, Nueva Gales del Sur, que notificó 18 nuevos casos.
Las autoridades han introducido nuevas medidas para detener la propagación del virus. Las nuevas restricciones al movimiento supondrían un golpe para la economía, que ya se encuentra en su primera recesión desde hace 30 años.
Pero si no se controlan los brotes, se producirá un mayor daño económico a largo plazo, dijo Morrison.
“TESTS A DISCRECIÓN”
Vietnam, libre de COVID-19 desde hace meses, también ha sufrido un duro recordatorio de los peligros de esta enfermedad, con una nueva ola de casos que ya se ha propagado a seis ciudades y provincias en seis días, vinculados a un brote en la ciudad central de Danang.
También se han dado nuevos casos en la capital, Hanói, en Ho Chi Minh, centro financiero del sur del país, y en la región interior del Altiplano Central.
Gracias a un plan centralizado de cuarentena y a un agresivo rastreo de contactos, Vietnam ha registrado un total de sólo 459 casos, sin muertes.
Pero ahora más de 81,000 personas están confinadas y las autoridades de Hanói dijeron que los más de 20.000 residentes que recientemente regresaron de Danang -destino turístico muy frecuentado desde que se relajó el primer confinamiento- serían sometidos a pruebas.
Hanói también prohibió las reuniones masivas y ordenó el cierre de los bares, mientras que su presidente, Nguyen Duc Chung, declaró que la ciudad debe “actuar ahora y actuar rápido”.
El primer ministro vietnamita, Nguyen Xuan Phuc, dijo por su parte que la nueva oleada era diferente a la que se enfrentó Vietnam en marzo, y que todas las provincias y ciudades del país estaban en peligro, según informó la emisora estatal Vietnam Television.
La India informó de más de 52,000 nuevos casos en las últimas 24 horas, su mayor número en un solo día, elevando el total a casi 1.6 millones.
La India ocupa el tercer lugar en cuanto a número de infecciones a nivel mundial y, si bien en sus principales ciudades, como Nueva Delhi y Bombay, el número de casos ha disminuido, las infecciones están aumentando considerablemente en las zonas rurales.
ADVERTENCIA DE COREA DEL NORTE
China comunicó 105 nuevos casos de coronavirus en el territorio continental, en comparación con los 101 del día anterior, de los cuales 96 se produjeron en la región occidental de Xinjiang, cinco en la provincia nororiental de Liaoning, uno en Pekín y tres fueron casos importados.
Hasta el miércoles, China tenía 84,165 casos confirmados y 4,634 muertes.
Corea del Norte está en alerta después de que un desertor sospechoso de tener el virus regresase al país procedente de Corea del Sur.
El Gobierno de Pionyang, que asegura que el país no tiene casos domésticos, impuso una estricta cuarentena y pruebas de detección en Kaesong, justo al norte de la frontera con Corea del Sur, donde se informó de la presunta infección en un hombre de 24 años que desertó a Corea del Sur en 2017 y regresó al Norte este mes.
Corea del Norte no ha confirmado que el hombre haya dado positivo en COVID-19, aunque indicó que presentaba síntomas.
El secretismo que caracteriza al régimen norcoreano hace pensar que la realidad puede ser bien distinta de la imagen que las autoridades pretenden dar al exterior.