Agencias
Ginebra, Suiza,18 diciembre 2018.-La Campaña Emblema de Prensa (PEC, por sus siglas en inglés) anunció que desde el comienzo del año, 113 periodistas fueron asesinados en 30 países, siendo México y Afganistán los lugares más peligrosos para ejercer el periodismo, cada uno con un total de 17 comunicadores asesinados.
“En tres países, los periodistas pagaron un precio inaceptable: Afganistán con 17 muertos, México también con 17 muertos y Siria con 11”, subraya el informe anual de la PEC.
Después de estos países, los más peligrosos fueron Yemen y la India, con ocho periodistas asesinados respectivamente. Esos cinco países representan más de la mitad de los muertos (61).
En Afganistán, los grupos terroristas, y en México, los grupos criminales, “son los principales responsables del alto precio que pagan los trabajadores de los medios”. En Yemen y Siria, los periodistas fueron asesinados en combates o fueron atacados por grupos armados mientras cubrían los conflictos en curso.
En el sexto puesto se encuentran Estados Unidos con seis muertos debido a la tragedia en Capital Gazette de junio pasado y Pakistán le sigue con cinco muertos.
En Brasil y Filipinas, cuatro periodistas fueron asesinados en cada uno de estos países. Y tres periodistas fueron asesinados en República Centroafricana (tres periodistas rusos), Colombia, Ecuador, Rusia y Somalia.
Dos periodistas más fueron asesinados en Guatemala y dos por Israel en Gaza.
Un trabajador de los medios fue asesinado en los siguientes países: Bangladesh, Bulgaria, Etiopía, Alemania, Haití, Indonesia, Iraq, Liberia, Libia, Nicaragua, El Salvador, Arabia Saudita (en el consulado de Estambul), Eslovaquia y Ucrania.
En cuanto a cuestión de género, el año pasado el número de mujeres periodistas asesinadas aumentó considerablemente, de cinco en 2016 pasaron a 16 en el 2017. Este año, siete periodistas fueron asesinadas.
La disminución más importante en muertes en los medios de comunicación fue en Irak (nueve periodistas asesinados el año pasado contra solo uno en este año). El mayor incremento se produjo en Afganistán, donde los números se han duplicado (de ocho en 2017 se pasó a 17).
“Dos tercios de las víctimas murieron en zonas de conflicto (incluido México, país que no está en guerra) y un tercio en países que están en paz”, observa la ONG.
Por región, Asia representa la más afectada con 36 muertos, seguida de América Latina con 32 muertos, Oriente Medio 24 muertos, África ocho muertos, Europa sietey América del Norte seis.
“Durante los últimos cinco años (2014 a 2018), los países más peligrosos para los comunicadores fueron Siria (con 64 muertos), México (61), Afganistán (48), Iraq (46), Pakistán (36), India (30), Yemen (29), Filipinas (24), Brasil (22) y Somalia (22)”, detalla PEC.
Lejos de la meta
La PEC condena enérgicamente todos esos ataques y pide a las autoridades que lleven a los responsables ante la justicia, ya que la impunidad es uno de los factores que promueve que se sigan cometiendo estos asesinatos.
Destaca el brutal asesinato en el consulado de Arabia Saudita en Estambul del periodista saudí Jamal Khashoggi, caso que “no tiene precedentes’’, y exige esclarecer de manera irrefutable y transparente las circunstancias de este crimen atroz.
El secretario general de la PEC, Blaise Lempen, señala que la reducción de víctimas en 2017, que por primera vez arrojó una cifra de menos de 100 periodistas a nivel mundial, “nos trajo una esperanza”.
“Sin embargo, al final de 2018 estamos muy lejos de lograr la meta”, deploró Lempen, quien remarca que al menos se necesita reducir a la mitad el número de comunicadores asesinados, un objetivo que también deberían proponerse la UNESCO y el Consejo de Europa.
Finalmente la PEC, organización no gubernamental con sede en Ginebra, Suiza, se complace en ver que la idea de una Convención Internacional que fortalezca la protección de los periodistas esté ganando terreno.
“Si no se llega a una nueva Convención, no habrá controles legales ni balances”, dijo por su parte la presidenta de la PEC, Hedayat Abdel Nabi.