Utopía/Por Eduardo Ibarra Aguirre/Ciudad de México.- Es una verdadera lástima pero completamente comprensible que la denominada narrativa, en este caso de las oposiciones –mediáticas, empresariales, religiosas, intelectuales y partidistas– continúe centrada en privilegiar en el debate con características de monólogo, el presunto o real acarreo de asistentes a lo que acaso sea la manifestación más numerosa, alegre y festiva en la historia de la capital, el número de participantes y que el Zócalo no se llenó.
La cifra dada a conocer por la jefa de Gobierno es de un millón 200 000 personas, el presidente de Morena en la Ciudad de México mencionó que es la cuarta concentración de López Obrador que supera el millón de manifestantes. Y en su momento, Martí Batres como maestro de ceremonias de la marcha contra el desafuero de Andrés Manuel como jefe de Gobierno capitalino, calculó un millón 300 000 asistentes.
El hecho es que mientras la retaguardia se localizaba en el Auditorio Nacional, lo que no llegó a ser la descubierta estaba frente a la Cámara de Senadores, en Insurgentes y Reforma, con el presidente Andrés Manuel como una suerte de “secuestrado” por miles de personas que deseaban saludarlo, tomarse la foto, entregarle una petición o un obsequio, simplemente estar cerca del mandatario quien se vio obligado a ocupar 5.5 horas para hacer el recorrido de apenas 4.5 kilómetros desde el Ángel de la Independencia al Zócalo.
Más que la rendición de cuentas de AMLO por los cuatro años de la Cuarta Transformación, se privilegió la manifestación para que el presidente marchara al paso que le fijaron sus seguidores y que lo mostraron como el titular del Ejecutivo Federal fundido entre los ciudadanos, sin escolta de seguridad y menos el inexistente y temido –por arbitrario– Estado Mayor Presidencial. Y mostrar, así, al país y de paso a la aldea global al jefe del Estado mexicano en contacto directo y recibiendo innúmeras expresiones de fervor y cariño de trabajadores manuales e intelectuales del campo y de la ciudad mexicanos.
Es allí, en ese lentísimo y a ratos preocupante recorrido, donde no sólo se corroboró la idea reiterada por el primer mandatario de que “El pueblo es mi ángel de la guarda” u otra más sustanciosa y que suscita la burla y aun el escarnio de muchos intelectuales orgánicos y comentaristas: el pueblo (mexicano) es bueno y muy agradecido.
También en tal trayecto, registrado en millones de fotos, imágenes y videos, quedó el rico testimonio sobre el tejido de relaciones políticas, sociales e incluso personales entre el líder institucional y político y el movimiento que rebasa con mucho las filas y alcances del partido del presidente y la coalición política que lo condujo a Palacio Nacional. Y todo indica que no tiene precedente en ocho décadas. Una lectura interesante del fenómeno sociopolítico la hace el periodista y escritor Jorge Zepeda Paterson: https://www.sinembargo.mx/27-11-2022/4290280.
De tal suerte que las oposiciones coordinadas por el magnate Claudio X. González, padre e hijo, harían muy bien, en su propio beneficio, de mirar mucho más abajo de lo que aparece en la superficie (“acarreo”, asistentes y demás), lo que no implica que dejen de ocuparse de una rémora de la movilización política de la que son padres fundadores y practicantes muy destacados desde las dirigencias y filas de los partidos Revolucionario Institucional, De la Revolución Democrática y Acción Nacional. Salvo que desde ahora se den por derrotados en las citas con las urnas del próximo año y de junio de 2024.
Durante 30 minutos me sometí a la prueba de escuchar a Héctor Aguilar, Jorge Castañeda y Leo Zuckermann sobre “la marcha de los acarreados” de la 4T, que “costó 1 800 millones de pesos” (HA) y que no logró llenar el Zócalo porque “todo lo hacen mal, es su sello distintivo” (JC), aunque “muchísimos asistieron convencidos”, todo mientras mal rendían culto a Cantinflas… Francisco Paoli, Amparo Cazar, Leonardo Curzio y Antonio Crespo no cantaron mal las rancheras en Primer Plano, pero usaron menos el hígado y el daño a la billetera, sobre todo Crespo… Contrastan con lo que opinó el senador Ricardo Monreal: “Bueno, la vi desde aquí (Madrid, España). Sin duda, fue una marcha muy poderosa. Yo diría que se ratifica el respaldo popular que tiene el presidente de la república. Se habla de un millón 200 mil personas. Es una marcha inédita (…) muy nutrida, pero también con mucha energía, y yo creo que es el cariño que tiene el presidente de un sector del pueblo de México, quizá mayoritario, de acuerdo con las encuestas”… De Teresa Gil: “Estimado Eduardo, el pasado 15 de octubre cumplí 80 años. Parece mentira pero así es, los años pasan. Y en el caso mío es más complejo porque asumo esa edad a partir de un acta de bautismo y no de la edad con la que estoy registrada. Todo esto para decirte que celebro mi cumpleaños con mi décimo libro ya en imprenta: Cuando el periodista es noticia, que te haré llegar en su momento (…)”.
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