Agencias/Ciudad de México.- Old Trafford se ha convertido en un infierno para el Manchester United y un paraíso para sus rivales. Jugar en casa representa una verdadera loza para los Red Devils y un paseo para sus eternos oponentes en esta Premier.
El Liverpool aplastó (0-5) con una ‘manita’ histórica al ‘ManU’ y el Manchester City humilló, como los ‘reds’, a la defensa de sus vecinos empujando al abismo al entrenador noruego (0-2). El derbi pudo ser el punto final de la ‘era Solski’. La paciencia se le está acabando al Teatro de los Sueños. No consiguen despertar de esta pesadilla ni aunque piten.
La Premier vuelve a convertirse en un imposible (se quedan a seis del City, segundo, y a ocho del líder Chelsea, que tiene un partido menos) para un United que ha ‘gastado’ antes de Navidad el crédito de una plantilla millonaria y plagada de calidad (Cristiano, Bruno Fernandes, Sancho…) en la que su defensa les ha llevado a la bancarrota futbolística.
Los regalos son ya tradición. Y ante el Manchester City, que se puso el imponente y caro traje de los derbis, se autodestruyeron. Los ‘sky blues’ ni se ensuciaron para lograr un triunfo inapelable. El resultado fue cortísimo. Otro partidazo de los de Guardiola. Mandando, sometiendo a su rival y dejando su sello en Old Trafford. Se llevaron el balón al Etihad y acribillaron a disparos a su rival, que se sostuvo de pie de milagro.
La gran diferencia entre la goleada sufrida frente al Liverpool y la derrota ante los ‘cityzens’ estuvo en los guantes de De Gea. Entre el 0-1 y el 0-2, el portero español realizó ¡cinco paradones! en apenas siete minutos a Gabriel Jesus (a bocajarro), a Cancelo (vuelo), a su compañero Lindelöf (pie abajo), a De Bruyne (estirada) y otra vez a Cancelo (mano a un lado) que evitaron un marcador más abultado. Los tres centrales que le funcionaron tan bien a Solskjaer frente al Tottenham fueron transparentes ante el asedio ‘celeste’. Bailly, Maguire y Lindelöf se tambalearon. Más defensas fue sinónimo de menos seguridad.
El agujero de Wan-Bissaka
Sin Varane, el United es de gelatina. Además, están perdidos. El City, sin ‘9’, mareó a los ‘red devils’. Con Foden partiendo desde la izquierda y Gabriel Jesus desde la derecha, De Bruyne fue la referencia de un ataque en el que Gündogan, Bernardo.. aparecían por todas partes. Y el ‘ManU.’ siempre llegaba tarde. Desordenado, presionando de forma descordinada… Ni veían el balón. Unos males que ya son crónicas y se repiten partido a partido. Bruno estaba aislado y Cristiano desasistido. Un equipo partido que fue un caramelo para el City, que tocaba y tocaba sin oposición.
Todo el plan de Solskjaer se rompió a los siete minutos. Con los de Guardiola rondando el área rival, Cancelo centró y Bailly se metió el balón en su portería. El castillo local se había desmoronado. Los fantasmas del Liverpool y de Salah volvían a un Old Trafford que es vulnerable: ya son 14 partidos consecutivos sin dejar su portería a cero en casa. La peor racha del United desde ¡1959!
Salieron a defender… y no saben hacerlo. Quisieron presionar y lo hicieron de forma irregular. Y en siete minutos ya estaban por detrás. Un escenario diabólico para los ‘red devils’ y de ensueño para el City, que encontró un filón a la espalda de Wan-Bissaka. El lateral inglés estuvo superadísimo de carrilero. Ni atacó ni defendió. Y por su agujero entró Cancelo y toda la vanguardia celeste. El chaparrón metereológico fue también futbolístico. El City fue una máquina de generar oportunidades, remates, combinaciones… y todas fluyeron detrás de Wan-Bissaka.
De su costado surgieron todas las ocasiones que paró De Gea. Hasta cinco veces tuvo que intervenir el portero, que igualó a Cesc como el español como más partidos (350) de la historia de la Premier, para evitar que aumentara la brecha. No pudo con la jugada que retrató definitivamente a la defensa del United. Cancelo (desde la izquierda, cómo no) la puso y Maguire y Shaw la dejaron pasar de forma incomprensible. Bernardo Silva se coló por detrás y marcó el 0-2 ante un De Gea que pudo hacer algo más. Un gol impropio del fútbol de élite que dejó en evidencia a la zaga local. Un despropósito.
El 0-2 cerró el duelo. Ni los cambios (Pep ni movió su banquillo) hicieron que el encuentro cambiara en la segunda parte. Estuvo más cerca el 0-3 que el 1-2. El United se mostró impotente y el City no quiso hacer más daño. Como el Liverpool tras el 0-5 antes de la hora en el Clásico. Únicamente Cristiano se rebeló… pero Ederson le frenó. Pura desesperación. La diferencia entre City y United es ya abismal. Mánchester es celeste y la crisis de los ‘diablos rojos’ es cada vez más profunda. Los brotes verdes de Londres se marchitaron en el derbi. Solskjaer, que perdió su etiqueta de ‘antiGuardiola’, no encuentra la salida del laberinto. La situación es ya insostenible.