Agencias /Ciudad de México.- BBVA revive la pesadilla turca de hace dos veranos, cuando los desequilibrios de su economía pusieron contra las cuerdas su moneda.

Hoy, sin los deberes hechos, Turquía se encuentra en el foco de los mercados ante las consecuencias del coronavirus, entre ellas un desplome de una de las fuentes de su riqueza, el turismo.

Desde hace semanas, la lira viene registrando fuertes caídas, que están pesando sobre la cotización de los bancos, entre ellos la filial del grupo español, Garanti, en la que depositó grandes esperanzas con una inversión de 7,100 millones de euros.

La moneda otomana está en mínimos históricos, mientras que las acciones de la franquicia de BBVA se han hundido también a la zona más baja nunca registrada, un hecho que está lastrando a la matriz en la bolsa de nuestro país.

En concreto, un euro equivale a 8.5 liras debido a las dudas existentes sobre la evolución del país, algo que está provocando una nueva salida de reservas en billetes extranjeros sin que el Banco Central pueda hacer nada por el control del presidente Erdogan.

Mientras los expertos confían en que el organismo eleve las tasas, el mandatario advirtió ayer de que en la medida de lo posible rebajará aún más el precio del dinero en 2020 para reactivar la economía a pesar de que la inflación está disparada, en el 12%.

El banco central de Turquía mantiene su tasa de interés de referencia sin cambios en el 8.25%, desde su última rebaja el pasado mes de mayo, tras nueve reducciones consecutivas desde un máximo del 24% durante el primer semestre de 2019.

Con este escenario, Garanti se está viendo afectado en el mercado. Su cotización se ha hundido en las últimas semanas y en lo que llevamos de ejercicio suma un descenso del 64%. De esta manera, vale en torno a los 3,500 millones de euros.

Capitalización

Esta capitalización bursátil contrasta con la valoración en libros que tiene BBVA sobre su participación en filial turca, que asciende a 3,900 millones. Controla el 49.8% del capital. Por tanto, las minusvalías ascenderían a 2,200 millones en la actualidad.

Pero, como todos los bancos del mundo, además de los desequilibrios económicos Garanti se enfrenta a un aumento de la morosidad. Los impagos, en la crisis de hace dos años escalaron al 7%. Hoy se encuentran en este umbral, pero se espera que se eleven próximamente.

De hecho, BBVA sostiene en su informe semestral que su saldo dudoso se incrementó en el segundo trimestre del año 2020 un 2.4% (+3.4% en términos constantes), principalmente por Turquía, aunque sin llegar aún a niveles de cierre de 2019.

Para el grupo español, Garanti es una pieza fundamental. A día de hoy supone su segunda fuente de ganancias tras el desplome de los beneficios en España y Estados Unidos por las altas provisiones contra la pandemia, que le han llevado a registrar pérdidas históricas.

Debido a la situación de incertidumbre, la franquicia otomana ha actualizado sus objetivos a finales de julio. La principal revisión se centra en el parámetro del coste del riesgo, que mide el coste de las dotaciones por insolvencias. Mientras que antes esperaba tener controlado en 2020 en torno a los 200 puntos básicos, ahora esta cifra se eleva a menos de 300 puntos.

Caída del PIB

La preocupación para BBVA sobre el devenir de su negocio en Turquía no es tanta como la que indican los mercados. El grupo confía en que el PIB se mantenga estable a lo largo del ejercicio. Por su parte, Moody’s alertaba en julio de “nuevas preocupaciones del mercado” sobre la política económica otomana y pronosticó una contracción económica del 5% este año, con la desaceleración concentrada en la primera mitad del año, seguida de una recuperación relativamente lenta de alrededor del 3.5% en 2021 como consecuencia de varias restricciones estructurales.

Desde hace dos años, cuando estalló la crisis de confianza, BBVA se ve lastrado por Garanti, una inversión que inició su anterior presidente Francisco González (imputado en España por el caso Villarejo). La cúpula espera que la franquicia supere todas las inestabilidades y sea una fuente básica de ingresos para el conjunto del banco. De hecho, antes de la pandemia, esperaba grandes alegrías y sorpresas positivas, tal y como aseguró el consejero delegado Onur Gneç (de origen turco).

A cierre de junio, la división aportaba el 21% de los ingresos netos del conglomerado que preside Carlos Torres. Ahora están en cuestión y previsiblemente serán mucho menores. Pero lo que más preocupa es el incremento de la morosidad. Los expertos auguraban en mayo unas ganancias de la filial de 409 millones para el conjunto de 2020, una cuantía que ahora está en el aire. Hasta junio, Garanti ha contribuido al grupo con 266 millones de beneficios, lo que supone un 5.6% menos que en el primer semestre de 2019.

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