Agencias/Ciudad de México.- Aunque los cierres relacionados con el COVID-19 dieron lugar a mejoras en la calidad del aire y a reducciones de las emisiones de dióxido de carbono en 2020, el metano atmosférico seguía disparado.
El tiempo cálido y húmedo en el hemisferio norte, combinado con los cierres por la pandemia, fueron las causas últimas de que el potente gas de efecto invernadero alcanzase niveles récord, ha revelado ahora un nuevo estudio internacional.
“El aumento de la tasa de crecimiento en 2020 fue grande, inesperado y alarmante”, afirmó en un comunicado Ben Poulter, científico de la Tierra del Centro Goddard de Vuelos Espaciales de la NASA y autor del nuevo estudio. Las concentraciones de metano se habían estabilizado entre 2000 y 2006, pero cuando comenzaron a aumentar entre 2007 y 2019, la tasa de crecimiento anual rondó las 9 partes por mil millones por año.
Las emisiones medidas en 2020 por la NOAA se situaban por encima de 1.900 partes por millardo, casi triplicando los niveles preindustriales. La tasa de crecimiento anual para 2020 fue la más alta registrada por los científicos desde que comenzaron las mediciones anuales sistemáticas de metano en 1983: un aumento de 15 partes por billón, que se volvió a superar en 2021.
A decrease of nitrogen oxides (NOx) pollution during the COVID-19 lockdowns indirectly slowed the removal of methane from the atmosphere.
NOx serves as an atmospheric “detergent” by reacting with methane and removing it from the atmosphere. pic.twitter.com/6R1Lxav8ZI
— NASA Earth (@NASAEarth) February 15, 2023
Los científicos del clima consideran que el metano es el segundo gas de efecto invernadero antropogénico más importante después del dióxido de carbono. Veintiocho veces más potente que el dióxido de carbono en 100 años, ha contribuido entre el 15 y el 45% de los 1,1 ºC (2 ºF) de calentamiento que ha experimentado la Tierra desde 1880. El gas también contribuye a la formación de ozono troposférico, que puede dañar la salud humana y la agricultura.
Durante años, los científicos han luchado para explicar exactamente por qué las concentraciones atmosféricas de metano están aumentando tan rápidamente, en parte debido a cuántos procesos diferentes producen el gas y en parte porque los procesos de eliminación son difíciles de medir.
“No disponemos de todos los datos y capacidades de seguimiento que necesitamos para obtener una respuesta completamente definitiva de por qué las concentraciones de metano están aumentando tan rápidamente”, dijo Poulter.
“Pero con la información que tenemos, estamos viendo pruebas sólidas de que el aumento en 2020 fue impulsado por fuertes aumentos de las emisiones de los humedales, así como, paradójicamente, la disminución de las emisiones de óxido nitroso (NOx) de contaminación debido a los bloqueos de COVID-19 que indirectamente ralentizaron la eliminación de metano de la atmósfera.”
La descomposición de la materia orgánica en los humedales, la extracción y el uso de combustibles fósiles, la digestión por los rumiantes, la quema de biomasa en los incendios, el deshielo del permafrost, la descomposición de materiales en los vertederos, las filtraciones en el océano y los lagos de agua dulce, e incluso las termitas son algunas de las muchas fuentes del gas.
Un grupo internacional de científicos formado por investigadores de la Universidad de Pekín, Le Laboratoire des Sciences du Climat et de l’Environnement (LSCE), el Instituto Noruego de Investigación Atmosférica, la NOAA, la NASA, el Instituto de Tecnología de California, la Universidad de Maryland y la Universidad de Tsinghua publicó sus hallazgos en Nature en diciembre de 2022.
El equipo llegó a sus conclusiones analizando una combinación de inventarios de emisiones “ascendentes” a partir de datos de actividad humana y simulaciones de modelos biogeoquímicos y estimaciones de modelización “descendentes” basadas en datos de observaciones de metano atmosférico, explicó el científico atmosférico Xin Lin, del LSCE, que codirigió el estudio. También utilizaron datos del Satélite de Observación de los Gases de Efecto Invernadero (GOSAT) de Japón y de satélites de la NASA para validar los resultados.
El equipo de investigación atribuyó aproximadamente la mitad del aumento de la tasa de crecimiento en 2020 al incremento de las emisiones procedentes de los humedales.
“La mayoría de los humedales del mundo estuvieron expuestos a temperaturas inusualmente altas y a más precipitaciones de lo habitual en 2020, sobre todo en el hemisferio norte. Los humedales del norte fueron aproximadamente medio grado más cálidos en relación con 2019, y las precipitaciones sobre los humedales globales aumentaron entre un 2 y un 11 por ciento”, explicó Shushi Peng, científico del sistema terrestre de la Universidad de Pekín y autor principal del estudio.
“Esto probablemente provocó la expansión de los humedales, adelantó las fechas de deshielo y retrasó las de congelación del suelo, y puede haber aumentado las emisiones del permafrost y de los lagos termokársticos”.
Los científicos atribuyeron la otra mitad del aumento de la tasa de crecimiento a un descenso de las emisiones de NOx debido a los cierres de COVID-19. El NOx, un contaminante atmosférico liberado por la quema de combustibles fósiles, desencadena una cadena de reacciones químicas que producen un compuesto reactivo llamado hidroxilo (OH), que sirve de “detergente” atmosférico al reaccionar con el metano y eliminarlo de la atmósfera, explicó Lin.
2020 saw a record-breaking rise in methane, a potent greenhouse gas. The increase was driven by a combination of warm, wet weather in the Northern Hemisphere and the COVID-19 lockdowns. https://t.co/RICn2LJfui pic.twitter.com/E4WzilpB5d
— NASA Earth (@NASAEarth) February 15, 2023