Agencias / InsurgentePress, Ciudad de México.- Jesús Vicente Zambada Niebla, alias Vicentillo, aseguró bajo juramento que, en 1997, acudió a las oficinas del Estado Mayor Presidencial, ubicadas frente a la ahora exresidencia oficial de Los Pinos, para reunirse con el general Roberto Miranda por órdenes de su padre, Ismael El Mayo Zambada, líder del Cártel de Sinaloa.

Por segundo día consecutivo, el testigo del gobierno de Estados Unidos en el juicio contra el mexicano Joaquín El Chapo Guzmán Loera relacionó a elementos de alto rango de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) con la corrupción y el Cártel de Sinaloa.

Durante el interrogatorio al que fue sometido por parte de Eduardo Balarezo, uno de los tres abogados de El Chapo, Vicentillo describió su visita a las oficinas del Estado Mayor Presidencial.

“Sí, señor, conozco al general Miranda. El general Roberto Miranda es un general de división”, respondió Vicentillo a la pregunta de Balarezo sobre si sabía quién era “el general Miranda”, sin que mencionar el nombre del militar.

“¿Se reunió usted con el general Miranda en Los Pinos?”, insistió el defensor de El Chapo en el juicio que se celebra en la Corte Federal del Distrito Este, en el barrio de Brooklyn, Nueva York.

“Sí, señor”, respondió el Vicentillo, sentado en el estrado de los testigos en la sala de la corte del juez federal Brian Cogan.

Sin que Balarezo le pidiera ahondar en el asunto, el testigo del Departamento de Justicia de Estados Unidos dijo que, cuando se entrevistó con Miranda, éste era el jefe del Estado Mayor Presidencial en el sexenio del expresidente Ernesto Zedillo.

–¿Su papá El Mayo sobornaba al presidente Zedillo?, –preguntó Balarezo al Vicentillo.

–No, no, mi papá nunca me comentó eso, –­respondió rápido el testigo.

En tono burlón, el defensor de Guzmán Loera agregó, ante el jurado que determinará el destino del también líder de una fracción del Cártel de Sinaloa, que “el bebé” de El Mayo Zambada acudió en 1997 a la reunión con Miranda por mandato de su padre, para quejarse del trato a su madre, Rosario Niebla Cardozo.

“Sí, y a toda la familia”, agregó Vicentillo, uno de los testigos estelares del gobierno de Estados Unidos para convencer al jurado de que El Chapo es culpable de los delitos que le imputa por tráfico internacional de drogas y lavado de dinero, entre otros.

Balarezo acotó que la molestia de El Mayo Zambada y la denuncia ante el general Miranda tenía que ver con las redadas que se habían llevado a cabo contra negocios de la señora Niebla Cardozo.

Vicentillo, en algún momento señalado por la prensa mexicana como el príncipe de la fracción del Cártel de Sinaloa dirigida por El Mayo, estableció que su madre era dueña de una empresa en Culiacán en la que no había dinero proveniente de la venta de drogas.

En la audiencia de este viernes del juicio contra El Chapo, ni el testigo ni el abogado Balarezo expusieron más detalles de la relación entre el Cártel de Sinaloa y el general Miranda.
 

Falla estrategia de la defensa de El Chapo

En el interrogatorio a Jesús Vicente Zambada García por parte de la defensa de El Chapo, se intentó mostrarlo como un narcotraficante acusado en Estados Unidos dispuesto a traicionar a toda la estructura del Cártel al que perteneció, con tal de no ser sentenciado a cadena perpetua.

El abogado Balarezo buscó acorralar a Vicentillo para que admitiera ante el jurado y bajó juramento que señala a El Chapo como parte de un acuerdo con la Administración Federal Antidrogas (DEA).

–¿En el año 2007 usted comenzó a tener contacto con la DEA?, –le preguntó el abogado de Guzmán Loera.

–No, era mi compadre Chapo el que tuvo contacto con la DEA, –respondió Vicentillo, provocando la molestia de los otros dos abogados del acusado, Jefrrey Lichtman y Brian Purpura.

–Previo a su arresto en marzo de 2009, ¿tuvo usted contacto con la DEA?, –volvió a preguntar Balarezo a Vicentillo, corrigiendo su pregunta anterior.

–Sí, señor, indirectamente a través de un contacto de mi compadre Chapo.

La audiencia de este viernes en la Corte de Brooklyn continuó hasta el final con Balarezo intentando mostrar al testigo como un criminal sin credibilidad, dispuesto a declarar contra su cliente lo que le pida y mande el Departamento de Justicia.

El interrogatorio al Vicentillo por parte de la defensa de El Chapo continuará el próximo lunes 7 de enero y se espera que, al terminar Balarezo, la fiscalía estadunidense le haga preguntas para contrarrestar la estrategia de la defensa, que fracasó en su pretensión de exponer al hijo de El Mayo como monigote de la DEA y del gobierno estadunidense.
 

Tenía contactos con la DEA

El hijo de Ismael “Mayo” Zambada relató también que Guzmán Loera tuvo contactos con la DEA en 2007, conexiones que después él mismo encontró beneficiosas cuando quiso alejarse del liderazgo del cártel de Sinaloa

Joaquín “El Chapo” Guzmán mantuvo contactos con la agencia estadounidense de Lucha contra el Narcotráfico (DEA, por sus siglas en inglés) cuando estuvo prófugo de la justicia en 2007, según el testimonio de Vicente “Vicentillo” Zambada, hijo de Ismael “Mayo” Zambada, socio del narco.

“Vicentillo”, que comparece por segundo día consecutivo en el juicio por narcotráfico contra Guzmán, confesó haber utilizado esos mismos contactos, posteriormente, para intentar abandonar el cártel de Sinaloa, que dirigían su padre y el Chapo.

Durante el interrogatorio de la defensa del “Chapo” en la Corte Federal del Distrito Este de Nueva York, “Vicentillo” relató que su “compadre” “Chapo” tuvo contactos con la DEA en 2007, conexiones que después él mismo encontró beneficiosas cuando quiso alejarse del liderazgo del cartel.

Según “Vicentillo”, intentó dejar el negocio antes de su arresto en 2009, para lo cual organizó una reunión con su padre Mayo y con el Chapo.

“El Chapo” se ofreció entonces a facilitarle su contacto con la DEA, con el beneplácito de ambos.

De acuerdo con lo que le contó “El Chapo”, el nivel de “Vicentillo” como narcotraficante era considerado superior al de su padre Mayo Zambada y al del propio Guzmán en ese momento, ya que era el responsable de la ciudad de Culiacán, la población más grande del estado de Sinaola, en el norte de México.

Según su relato, la DEA buscaba su colaboración y sólo la de él.

Desde el estrado de los testigos contó que también aprovechó esos contactos para facilitar información sobre sus enemigos, de manera que fueran las fuerzas de seguridad quienes libraran sus batallas.

“Era un objetivo”, aseguró a las preguntas del abogado defensor, Eduardo Balarezo.

“Vicentillo” declaró que mantuvo reuniones con la DEA hasta dos horas antes de su arresto en abril de 2009, cuando fue aprehendido por las Fuerzas Especiales Mexicanas.

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