Agencias / InsurgentePress, Ciudad de México.- Resolviendo un misterio que ha durado décadas, unos astrónomos han descubierto una magnetosfera extremadamente caliente alrededor de una enana blanca, una estrella “jubilada”, que ya no experimenta la actividad de fusión nuclear que caracteriza a las estrellas en activo. El Sol acabará también siendo una enana blanca en su vejez.
Al final de sus vidas, las estrellas con masa no muy distinta a la del Sol expulsan sus capas exteriores, conservando solo un núcleo denso, caliente y compacto que tarda miles de millones de años en enfriarse. La temperatura de sus superficies ronda normalmente los cien mil grados centígrados. En comparación, la superficie del Sol se halla a unos 5.500 grados.
Algunas enanas blancas son un desafío para los científicos, dado que muestran evidencias de contener metales altamente ionizados. En astronomía, la palabra “metales” describe cualquier elemento cuyo núcleo atómico tiene más protones que el helio, y una alta ionización significa en este contexto que todos excepto uno de los electrones exteriores que normalmente se hallan en sus átomos han sido arrancados. Ese proceso necesita una temperatura de 1 millón de grados centígrados, mayor que la temperatura máxima en la superficie de la más caliente de las enanas blancas conocidas.
El equipo internacional de Nicole Reindl, de la Universidad de Leicester en el Reino Unido, investigó una enana blanca catalogada como GALEXJ014636.8+323615, situada a 1.200 años-luz del Sol. Analizando la luz de la enana blanca, Reindl y sus colegas encontraron las “firmas” espectrales de metales altamente ionizados. Curiosamente, esas variaban a lo largo de un periodo de seis horas, el mismo tiempo que necesita la enana blanca para dar una vuelta sobre sí misma.
Reindl y sus colegas han llegado a la conclusión de que el campo magnético alrededor de la estrella, la magnetosfera, atrapa material que fluye desde su superficie. La actividad dentro de la magnetosfera calienta de forma espectacular el material, arrancando casi todos los electrones de los átomos metálicos.
Es como una rosquilla hecha de material ultracaliente que rodea a la cercana y muy caliente estrella. El eje del campo magnético de la enana blanca está inclinado respecto a su eje de rotación. Esto significa que la cantidad de material calentado de forma abrupta que se observa desde la perspectiva de la Tierra varía a medida que la estrella gira.
Podría ser que una cuarta parte de las enanas blancas pasen por una etapa en la que atrapan y calientan material en su campo magnético. Reindl y sus colegas planean ahora confeccionar modelos muy detallados del fenómeno y estudiarlos, así como también observar más enanas blancas.