Agencias / InsurgentePress, Ciudad de México.- Algunos exoplanetas (planetas de fuera de nuestro sistema solar) giran alrededor de su estrella a muy corta distancia respecto a ella. Cuando, además de esto, la estrella anfitriona es mucho más caliente que nuestro Sol, entonces el exoplaneta se vuelve tan caliente como algunas estrellas. El planeta que muchos consideran el más caliente conocido fue descubierto el año pasado por astrónomos estadounidenses.
Ahora, un equipo internacional, que incluye a científicos de la Universidad de Ginebra (UNIGE) y de la de Berna, ambas en Suiza, ha descubierto la presencia de vapores de hierro y titanio en la atmósfera de este planeta. La detección de estos metales fue posible gracias a la temperatura del planeta, que alcanza unos cuatro mil grados centígrados.
KELT-9 es una estrella situada a 650 años-luz de la Tierra, en la constelación de Cygnus (el Cisne). Con una temperatura de más de diez mil grados, está casi el doble de caliente que el Sol. Esta estrella tiene un planeta gaseoso gigante a su alrededor, llamado KELT-9b, cuya distancia a su estrella es 30 veces menor que la existente entre la Tierra y el Sol.
Debido a esta proximidad, el planeta da una vuelta completa su estrella cada 36 horas y su atmósfera es calentada hasta una temperatura de más de 4.000 grados. No está tan caliente como el Sol, pero sí más que muchas estrellas.
Es muy difícil imaginarse las condiciones en un planeta así. En un intento por conocer mejor este escenario tan exótico, el equipo de Jens Hoeijmakers, David Ehrenreich y Kevin Heng ha llevado a cabo un estudio teórico sobre la atmósfera del planeta KELT-9b.
Los resultados de estas simulaciones muestran que la mayor parte de las moléculas encontradas ahí deberían estar en una forma atómica, porque los enlaces que las mantienen juntas son rotas por las colisiones entre partículas que suceden a estas temperaturas tan extremas.
Comparando este exoplaneta con los que hay en el sistema solar, se puede decir que es más grande que Júpiter, con casi tres veces su masa y el doble de su diámetro. Por este motivo, los científicos lo han catalogado como un “Júpiter caliente”. Por su parte, la estrella de Kelt-9b es supermasiva, es decir, tiene diez veces más masa que nuestro Sol, y su temperatura es de 9,700 ºC, cuando nuestro astro alcanza los 5,500ºC.
La atmósfera extendida del exoplaneta es “sorprendentemente grande”, según los investigadores, ya que es más de la mitad del radio del planeta. Esta extensión se puede comparar, para entenderlo mejor, con la cola de un cometa. Y, según los modelos de gravedad de la estrella sobre los que han trabajado los investigadores, se trata casi del tamaño máximo que puede tener esta extensión. Este tamaño sugiere que el exoplaneta está perdiendo hidrógeno, mucho hidrógeno: alrededor de 100.000 toneladas por segundo. Así pues, la estrella está haciendo que la atmósfera del planeta esté “hirviendo” y, a la vez, robándole el gas para sí misma.
“Este planeta me recuerda al mítico Ícaro, que se acercó demasiado al Sol y se estrelló. Este exoplaneta no se bloqueará, pero sin duda perderá un elemento esencial y parte de sí mismo: su atmósfera “, comenta Thomas Henning, director del MPIA y coautor del estudio.
La forma en que la longitud de onda de la línea de absorción cambia durante el tránsito del exoplaneta alrededor de su estrella equivale a una rara detección directa del movimiento del planeta: el desplazamiento de la longitud de onda se debe al desplazamiento Doppler, que nos dice cómo de rápido se mueve hacia el observador o lejos de este el planeta. “Este es un tipo muy especial de medición: este tipo de medición directa del movimiento planetario solo ha sido posible para cerca de media docena de exoplanetas hasta ahora”, explica el investigador Fey Yan, autor principal del artículo, en un comunicado.
Fuente: Revista Nature.