Agencias / Ciudad de México.- El Satélite para la Caracterización de Exoplanetas (CHEOPS por su sigla en inglés) de la Agencia Espacial Europea analizó un sistema planetario en el que se encuentra el planeta WASP-189 b y que ha sido caracterizado como un ‘Júpiter ultracaliente’.

De esa manera son definidos aquellos cuerpos gaseosos gigantes que orbitan a una distancia mucho menor de su estrella que Júpiter, lo que eleva su temperatura de manera notable.

WASP-189 b está ubicado unas 20 veces más cerca de su estrella en relación con la distancia entre la Tierra y el Sol y tarda 2,7 días en completar una órbita. Además, su estrella es más grande y unos 2,000 grados más caliente que el Sol, lo que hace que su brillo la vuelva de color azul. En ese sentido, Monika Lendl, de la Universidad de Ginebra (Suiza) y autora principal del estudio, expresó que “solo un puñado de planetas son conocidos por existir alrededor de estrellas de este calor y este sistema es de lejos el más brillante”.

En el mismo sentido, afirmó: “WASP-189 b es también el Júpiter caliente más brillante que podemos observar cuando pasa delante o detrás de su estrella, haciendo que todo el sistema sea realmente intrigante”.

Durante la observación realizada por CHEOPS, los especialistas primero analizaron el exoplaneta al pasar por detrás de su estrella anfitriona y detallaron que al ser “tan brillante” se produce una “caída notable en la luz”. Lendl agregó que de esta manera midieron su brillo y determinaron su temperatura en unos “abrasadores 3,200 grados centígrados”.

“Basándonos en las observaciones usando CHEOPS, estimamos que la temperatura de WASP-189b es de 3200 grados Celsius. Planetas como WASP-189b se denominan ‘Júpiter ultracalientes’. El hierro se derrite a una temperatura tan alta que incluso se vuelve gaseoso. Es por ello que es uno de los planetas más extremos que conocemos hasta la fecha”, afirma dice Lendl.

Luego evaluaron el momento en el que pasaba por delante y así descubrieron que era más grande de lo que se pensaba (1,6 veces el radio de Júpiter). También comprobaron que no es “perfectamente redondo”, sino que es “más grande y más frío en su ecuador que en los polos”, lo que hace que estos “parezcan más brillantes”. Al analizar este fenómeno, Lendl explicó que da vueltas “tan rápido” que “está siendo tirado hacia afuera en su ecuador”. “A esta asimetría se suma el hecho de que la órbita de WASP-189 b está inclinada; no viaja alrededor del ecuador, sino que pasa cerca de los polos de la estrella”, señaló.

Este tipo de órbita suma una nueva incógnita al misterio sobre la formación de los Júpiter calientes, ya que para lograrla debe haberse formado a una mayor distancia para luego acercarse. Se estima que esto sucede cuando varios planetas de un sistema luchan por una misma posición o cuando una influencia del exterior, como otra estrella, genera una perturbación, lo que provoca que los planetas gigantes gaseosos sean empujados hacia su propia estrella, generando órbitas cortas e inclinadas. “Al medir la inclinación con CHEOPS sugiere que WASP-189 b ha experimentado tales interacciones en el pasado”, comentó Lendl.

Los próximos pasos

Como no podemos ver el planeta con nuestros telescopios -ya que está demasiado lejos de nosotros y demasiado cerca de su estrella anfitriona-, los astrónomos tienen que utilizar métodos indirectos. Para ello, CHEOPS utiliza medidas de brillo muy precisas: cuando un planeta pasa por delante de su estrella mientras miramos desde la Tierra, la estrella parece más débil durante un breve período de tiempo. Este fenómeno se llama tránsito. Monika Lendl explica:

“Debido a que el exoplaneta WASP-189b está tan cerca de su estrella, su lado diurno es tan brillante que incluso podemos medir la luz que ‘falta’ cuando el planeta pasa detrás de su estrella; esto se denomina ocultación. Hemos observado varias de esas ocultaciones de WASP-189b con CHEOPS”, dice Lendl.

La primera observación de WASP-189 b fue la realizada por CHEOPS desde que comenzó sus operaciones en abril pasado. “Es enormemente emocionante“, expresó Kate Isaak, quien forma parte del proyecto de la Agencia Espacial Europea, y aseguró que es una primera evidencia de que “la misión está cumpliendo su promesa en términos de precisión y rendimiento”.

Pero las sorpresas no acabaron ahí. El equipo también ha descubierto que el tránsito del gigante gaseoso frente a su estrella muestra una forma inclinada, es decir, no viaja alrededor del ecuador, sino de los polos de la estrella. “Gracias a los datos de CHEOPS, podemos concluir que la propia estrella gira tan rápidamente que su forma ya no es esférica, sino elipsoidal. La estrella está siendo arrastrada hacia afuera en su ecuador», explica Willy Benz, coautor del estudio. Es decir, que HD 133112 está tan deformada que es una suerte de “huevo» estelar”.

Si la comparamos con nuestro Sol, presenta muchas diferencias: “La estrella es considerablemente más grande que la nuestra. Además más de 2.000 grados Celsius más caliente que nuestro Sol. Debido a que hace tanto calor, la estrella parece azul y no amarillo-blanca como el Sol». Benz agrega: “Se sabe que solo un puñado de planetas orbitan estrellas tan calientes; y este sistema es el más brillante con diferencia». Como consecuencia, WASP-189 constituye un punto de referencia para futuros estudios.

A pesar de que la misión CHEOPS solo lleva ocho meses desde el inicio de su viaje, la sonda ya ha llevado a cabo importantes descubrimientos. Se trata de una misión de la Agencia Espacial Europea (ESA) y Suiza en la que participan 21 instituciones científicas de diez países diferentes, entre los que se encuentran dos investigadores del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC). Está liderada por astrónomos suizos, entre ellos el último premio Nobel de Física Didier Queloz, quien junto a Michel Mayor recibió el galardón por hallar el primer planeta orbitando una estrella similar al Sol fuera de nuestro sistema solar.

El objetivo es el seguimiento de exoplanetas previamente ya descubiertos para analizar con precisión su densidad, lo que resulta esencial para entender su estructura y composición. Por ejemplo, nos informa de si son predominantemente gaseosos o rocosos o, quizás, si contienen océanos.

En los próximos años CHEOPS realizará un seguimiento de centenares de planetas que orbitan estrellas brillantes. “No solo profundizará nuestra comprensión de los exoplanetas, sino también la de nuestro propio planeta, el Sistema Solar y el entorno cósmico”, concluyó.

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