Reforma/InsurgentePress – Río de Janeiro – Una mordida de perro en la pierna izquierda retardó su preparación a principios de año y fue relegado del equipo titular de gimnasia de los Estados Unidos anunciado en junio pasado. Sin embargo, una lesión de la rodilla izquierda de su compañero John Orozco le permitió integrar la quinteta olímpica.
El deportista de origen cubano aprovechó al máximo esta segunda oportunidad y lo demostró con una plata en las barras paralelas y otra en la barra horizontal.
“Nadie tiene un día perfecto, pero siento que esto fue lo más cercano a lo perfecto posible. Estoy increíblemente feliz”, manifestó.
Leyva no pudo ocultar su emoción por haber ganado un par de metales olímpicos después de los problemas que atravesó antes para estar en Río 2016, sin embargo, hay una persona que estuvo más impresionada por el resultado.
Yin Álvarez, su padrastro y entrenador, corrió, saltó y gritó, básicamente fuera de control, después de las dos actuaciones de Danell.
“Sin importar lo que haga, Yin siempre se emociona más”, reconoció el gimnasta estadounidense.