Agencias, Cudad de México.- Cuba consideró un error del Comité Olímpico Internacional (COI) y una dependencia de Naciones Unidas la inclusión de dos deportistas de la isla en el equipo de refugiados que competirán en los próximos Juegos de París.

El Comité Olímpico Internacional (COI) anunció este mes una delegación de 36 deportistas de 11 países que competirán en los Juegos de París, donde representarán – dijo – a los más de 100 millones de desplazados del mundo. Más de la mitad de los deportistas son de Irán.

“El COI, y la agencia de la ONU para los refugiados, el ACNUR, están mezclando el aceite con el vinagre”, aseveró un artículo de opinión publicado en el Periódico oficial Granma.

Es la tercera vez –Río de Janeiro 2016 y Tokio 2020 fueron las anteriores– que el ACNUR y el COI conforman una delegación con atletas de diversos países que fueron desplazados de sus territorios por motivos de persecución religiosa, étnica o política y que tampoco encuentran cabida pese a su relevancia bajo las banderas de los Estados que los cobijan.

Pero es la primera ocasión en que se incluye a cubanos, en este caso Fernando Dayán Jorge, monarca olímpico en canotaje en Tokio 2020 y el pesista Ramiro Mora, ahora residentes en Estados Unidos y Gran Bretaña respectivamente.

Según el rotativo Granma, una idea “bella” y “noble” como es la conformación de un equipo olímpico de refugiados puede ser usada en una “farsa” contra Cuba con la incorporación del Jorge y Mora.

Un comunicado de los organizadores del equipo de refugiados informó en las semanas pasadas que el seleccionado estaba conformado por 36 atletas de 11 países para medirse en 12 disciplinas.

Granma recordó que otros deportistas salieron de la isla y sin problemas actuaron en diferentes justas bajo las banderas de sus nuevos países, como Pedro Pichardo (ganador del oro en el salto triple en Tokio 2020 y hoy portugués), los voleibolistas Osmany Juantorena (nacionalizado italiano) o Wilfredo León (ahora polaco).

Sin embargo “el cuento de los cubanos en el mapa deportivo mundial es más largo”, como para ser incluidos entre los perseguidos o refugiados, consideró el rotativo, que mencionó casos de atletas de la isla que han sido víctima de trata de personas u otras situaciones en se habría buscado impulsarlos a la deserción al calor del enfrentamiento político entre Cuba y Estados Unidos.

“Para decirlo más claro, (el COI y el ACNUR) se hacen cómplice de la política agresiva y criminal de Estados Unidos contra Cuba, que ha usado el robo de talentos y organizado la migración irregular –con todo su costo humano encima, porque la vida no les interesa–, con el objetivo de desacreditarla, atacando a una de sus grandes conquistas: su movimiento deportivo”, manifestó Granma.

Cuba enfrente una dura crisis económica. Las sanciones de Estados Unidos contra la isla se endurecieron en los últimos años, ocasionando la emigración de cientos de miles de personas. Y la situación no sería ajena a los atletas.

“El COI y la Acnur se equivocan o se prestan para la farsa contra Cuba (…)”, dijo Granma en un extenso artículo, en alusión a dos cubanos que viven hoy como refugiados en Estados Unidos y Gran Bretaña, según la máxima autoridad olímpica y la Agencia de la ONU.

“¿Se puede ser un refugiado (…) y ser campeón olímpico, mundial, panamericano y centroamericano y del Caribe”?, preguntó el periódico en referencia a Fernando Dayán Jorge, titular olímpico en Tokio 2020 en canotaje y que pocos meses después abandonó una delegación oficial de Cuba en México.

El COI sostiene que una de sus prioridades es apoyar a los refugiados y a las poblaciones desplazadas en el mundo. París acogerá por tercera ocasión un Equipo Olímpico de Refugiados que incluye a jóvenes desarraigados por conflictos bélicos o motivos de etnia, religión o nacionalidad, entre otras causas.

Cuba, otrora segunda potencia deportiva panamericana detrás de Estados Unidos, y una de las más sobresalientes de Latinoamérica a nivel olímpico, ha perdido a decenas de atletas en los últimos años que han desertado y tenían posibilidades de medallas en París.

La aguda crisis económica de la isla, con escasez de alimentos, medicamentos, combustible, una elevada inflación, junto a los apagones y las sanciones de Estados Unidos, han hecho que muchos cubanos decidan emigrar, entre ellos deportistas de boxeo, béisbol, lucha y atletismo, entre otras disciplinas.

Pedro Pablo Pichardo, un cubano que se nacionalizó hace años como portugués, ganó el oro en la prueba de triple salto en Tokio, mientras que el también cubano Andy Díaz, ahora español, desertó en Madrid y competirá en París.

Los 36 atletas del equipo tienen la condición de refugiados en sus países de acogida, verificada por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados. La composición de la delegación fue aprobada por la Comisión Ejecutiva del COI, basándose en varios criterios que incluían el rendimiento deportivo de los atletas, sus países de origen, así como un equilibrio de deportes y género.

El equipo está formado por 23 hombres y 13 mujeres, procedentes de países de tres continentes: África, América y Asia. Incluye olímpicos primerizos, miembros del anterior Equipo Olímpico de Refugiados del COI para Tokio 2020 y olímpicos que compitieron por sus países de origen antes de convertirse en refugiados.

En París, el Equipo Olímpico de Refugiados del COI competirá bajo las siglas EOR, del francés équipe olympique des réfugiés. Por primera vez tendrá su propio emblema -con un corazón en el centro- para unificar al equipo, en lugar de competir bajo la bandera olímpica.

La Jefa de Misión, Ali Zada, declaró: “Los atletas no representan a un país concreto, sino al Equipo Olímpico de Refugiados. Tener nuestro propio emblema crea un sentimiento de pertenencia y nos permite representar también a la población de más de 100 millones de personas que comparten esta misma experiencia. ¡Estoy impaciente por llevarlo con orgullo!”

El Equipo Olímpico de Refugiados del COI compite en los Juegos Olímpicos por tercera vez, tras sus anteriores participaciones en Río 2016 y Tokio 2020. Este año, su jefa de misión será Masomah Alí Zada, que compitió como miembro del Equipo Olímpico de Refugiados del COI para Tokio 2020.

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