Agencias/Ciudad de México.- El nombramiento de Yahya Sinwar como líder supremo de Hamás formaliza una función que asumió en las primeras horas del 7 de octubre de 2023, siendo el cerebro de un ataque sorpresivo contra Israel y  dio inicio al capítulo más sangriento del conflicto entre israelíes y los palestinos.

Sinwar es visto como un partidario intransigente con vínculos más estrechos con el brazo armado de Hamás que su predecesor, Ismail Haniyeh, asesinado el mes pasado en una explosión en la capital de Irán, que muchos atribuyen a Israel y que podría desencadenar una guerra total en la región.

Sinwar ya era considerado como quien tenía la última palabra en cualquier acuerdo de cese al fuego para Gaza y la liberación de docenas de rehenes israelíes que siguen en poder de Hamás.

Pero se mantiene oculto en Gaza, y los mediadores señalan que el intercambio de mensajes con él toma varios días. Esto plantea preguntas sobre como manejaría una organización creciente con cuadros en todo Oriente Medio.

Hamás ha sobrevivido al asesinato de varios de sus líderes principales en más de tres décadas, al tiempo que ha mantenido una gran cohesión interna, y el nombramiento de Sinwar, que encabeza la lista de los más buscados por Israel, fue un acto desafiante.

Pero Hamás nunca ha enfrentado una crisis de esta magnitud, y el hombre que la organizó ahora está a cargo de manejar las consecuencias.

Haniyeh era un veterano del ala política de Hamás que alguna vez se desempeñó como primer ministro palestino y, más recientemente, manejó los asuntos del grupo desde su base en Qatar.

Si bien Hamás siempre ha defendido la lucha armada, Haniyeh y otros líderes en el exilio han asumido ocasionalmente un tono más moderado, e incluso han expresado su apertura a una posible solución de dos Estados, aunque oficialmente siguen rehusándose a reconocer a Israel.

En contraste, Sinwar pasó más de dos décadas en prisiones israelíes y dijo a los interrogadores que había matado a 12 presuntos colaboracionistas palestinos, ganándose una reputación de brutalidad entre ambos bandos del conflicto.

Él y Mohammed Deif, el esquivo líder del brazo armado de Hamás, a quien Israel afirma haber asesinado en un ataque reciente, dedicaron años a construir la fuerza militar del grupo y se piensa que idearon el ataque del 7 de octubre. Un grupo de milicianos irrumpió en Israel aquel día, asesinando a cerca de 1,200 personas y secuestrando a unas 250.

En negociaciones recientes, “Haniyeh ha desempeñado una importante función en tratar de convencer a Sinwar de que acepte una propuesta de cese al fuego con Israel”, dijo Hugh Lovatt, experto en el conflicto entre Israel y los palestinos del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores.

Sinwar se ha apegado a las exigencias de la liberación de miles de prisioneros palestinos, el retiro total de las fuerzas israelíes de Gaza y un cese al fuego duradero, aun cuando cerca de 40,000 palestinos han muerto en la guerra en curso, según autoridades locales, y gran parte del territorio ha quedado en ruinas.

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, prometió continuar la guerra hasta que Hamás quede completamente destruido y todos los rehenes vuelvan a casa.

“El asesinato de Haniyeh ya ha llevado las negociaciones de vuelta a su fase inicial”, dijo Lina Khatib, experta en el conflicto de Chatham House, un grupo de analistas con sede en Londres. “Este movimiento realizado por Hamás en el ajedrez hace que las negociaciones sean aún más problemáticas”.

Sadeq Abu Amer, director del Grupo de Diálogo Palestino, un centro de estudios con sede en Turquía, dijo que, si bien el ascenso de Sinwar podría parecer un “desafío para Israel”, sigue siendo posible llegar a un acuerdo.

Añadió que Sinwar, en su nueva función, “podría dar un paso que sorprenderá a todo el mundo”.

Es difícil pronosticar cómo dirigirá Sinwar a Hamás debido a la secrecía que lo rodea.

A Sinwar no se le ha visto desde el inicio de la guerra, e incluso antes del 7 de octubre, hizo muy pocas apariciones en público. Es probable que se oculte en lo profundo de la red de túneles de Hamás, aislado en gran medida del resto del mundo.

Aunque puede esperarse que establezca una política general y tome la decisión final sobre un acuerdo de cese al fuego, es probable que las operaciones cotidianas de Hamás en la Cisjordania ocupada por Israel y en otras partes sean manejadas por sus líderes exiliados en Qatar, Líbano, Turquía e Irán.

“Hay asuntos sobre los que puede tomar una decisión, y hay asuntos y temas que sus subordinados y el resto de miembros del buró político pueden abordar”, señaló Hani al-Masri, veterano analista palestino que, con el paso de los años, se ha reunido con la mayoría de los líderes de Hamás, entre ellos, Haniyeh y Sinwar.

Hamás tiene una larga historia de perseverancia tras el asesinato de sus líderes principales, incluido su fundador y líder espiritual, el jeque Ahmed Yassin, asesinado en 2004 en un ataque aéreo.

Pero nunca ha enfrentado una campaña de asesinatos selectivos de esta magnitud.

Israel afirma haber matado a decenas de comandantes de Hamás en Gaza, entre ellos Deif, cuya muerte no ha sido confirmada ni negada por Hamás. Otro líder principal de Hamás, Saleh Arouri, fue asesinado en enero en un aparente ataque aéreo israelí en Beirut. Es probable que la serie de asesinatos selectivos haya hecho que otros líderes de Hamás limiten sus movimientos y sus contactos.

Esto podría llegar a degradar a la organización, aun cuando goza del apoyo de muchos palestinos, sino es que todos.

“Es probable que la eliminación de líderes de alto rango de Hamás por parte de Israel, los cuales no pueden ser reemplazados fácilmente, haya tenido un impacto cualitativo en el movimiento”, dijo Lovatt. “Sin embargo, de manera más fundamental, el asesinato de figuras de alto nivel como Arouri y Haniyeh parece haber inclinado a movimiento en una dirección más cercana a la línea dura”.

Hamás pareció oponerse a reanudar las negociaciones sobre cualquier nueva propuesta de cese del fuego. En un comunicado, instó a los mediadores Estados Unidos, Egipto y Qatar a presentar un plan para poner en práctica lo acordado el mes pasado, con base en la propuesta del presidente estadounidense Joe Biden, “en lugar de acudir a más rondas de negociaciones o a nuevas propuestas que proporcionen cobertura a la agresión de la ocupación”.

Israel ha ordenado repetidas veces efectuar evacuaciones masivas a medida que sus soldados regresan a zonas sumamente destruidas donde antes luchaban contra milicianos palestinos. La gran mayoría de la población de Gaza —que en total suma 2.3 millones de personas— se ha visto obligada a desplazarse, a menudo varias veces, en el asediado territorio de 40 kilómetros (25 millas) de largo por unos 11 kilómetros (7 millas) de ancho.

Las últimas órdenes de evacuación se aplican a zonas de Jan Yunis, la segunda ciudad más grande de Gaza, incluida parte de un área que Israel declaró zona humanitaria desde la que, según el ejército, se habían disparado cohetes. Israel acusa a Hamás y a otros milicianos de ocultarse entre la población civil y de lanzar ataques desde zonas residenciales.

La zona humanitaria se ha reducido constantemente durante la guerra luego de las diversas órdenes de evacuación. Cientos de miles de personas se han hacinado en míseros campamentos de tiendas de campaña con escasos servicios públicos, o han buscado refugio en escuelas, aunque Naciones Unidas dice que cientos de ellas han sido alcanzadas directamente o han sufrido daños.

Jan Yunis sufrió una destrucción generalizada durante una ofensiva aérea y terreste hace unos meses. Decenas de miles de personas volvieron a huir la semana pasada luego de que se emitió una orden de evacuación.

La nueva orden venía en unos panfletos arrojados desde el cielo. Mientras una columna de humo se alzaba en el horizonte, cientos de familias con sus pertenencias en los brazos abandonaron sus hogares y refugios, en busca de algún sitio donde ponerse a salvo. Una niña llevaba una muñeca de felpa de Hello Kitty mientras otros caminaban en calles repletas de escombros.

“No sabemos adónde ir”, dijo Amal Abu Yahia, madre de tres hijos que había regresado a Jan Yunis en junio para refugiarse en su vivienda gravemente dañada. Fue el cuarto desplazamiento para la viuda de 42 años, cuyo esposo falleció cuando un ataque aéreo israelí impactó la casa de sus vecinos en marzo.

Dijo que se fueron a Muwasi, un enorme campamento en la costa, pero no encontraron espacio disponible.

Ramadan Issa, de poco más de 50 años y padre de cinco hijos, huyó de Jan Yunis con 17 miembros de su familia extendida, uniéndose a cientos de personas que caminaban hacia el centro de Gaza.

“Cada vez que nos asentamos en un lugar y construimos tiendas para mujeres y niños, viene la ocupación y bombardea la zona”, manifestó, refiriéndose a Israel. “Esta situación es insoportable”.

El Ministerio de Salud de Gaza informó que la cifra de muertos palestinos a causa de la guerra se acerca a los 40,000. El conteo del ministerio no distingue entre civiles y combatientes. Los grupos de ayuda han pasado apuros para hacer frente a la abrumadora crisis humanitaria, mientras que expertos internacionales han advertido sobre la posibilidad de que se desate una hambruna.

La guerra comenzó cuando milicianos encabezados por Hamás penetraron las defensas de Israel el 7 de octubre de 2023 y arrasaron comunidades agrícolas y bases militares cercanas a la frontera, matando a unas 1,200 personas —en su mayoría civiles— y secuestrando a unas 250. Las autoridades israelíes creen que aproximadamente un tercio de los 110 rehenes restantes han muerto.

Existe la amenaza de que el conflicto desencadene una guerra regional, ya que Israel ha intercambiado disparos con Irán y sus milicias aliadas en toda la región. “Espero que reflexionen y no lleguen a un punto en el que nos obliguen a causar daños significativos y aumenten las posibilidades de que estalle una guerra en otros frentes”, declaró el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant.

En Líbano, el Ministerio de Salud dijo que un ataque israelí cerca de la ciudad meridional de Taybeh había matado a dos personas, sin dar más detalles. Las fuerzas armadas israelíes indicaron que habían atacado una célula del grupo miliciano libanés Hezbollah. Por su parte, Hezbollah anunció la muerte de tres combatientes, sin dar detalles, y señaló que había realizado ataques con cohetes y artillería contra posiciones militares israelíes.

En la Cisjordania ocupada, donde ha aumentado la violencia desde que la guerra comenzó, las fuerzas armadas israelíes informaron que un civil israelí había muerto por disparos en un ataque perpetrado por “terroristas” en la zona de la Bifurcación de Mehola. Las fuerzas militares dijeron que los “terroristas” abrieron fuego desde un vehículo en marcha contra otros coches, y que otro civil resultó herido. Los soldados perseguían a los atacantes.

El ataque aéreo israelí alcanzó una mezquita situada en el interior de una escuela de la Ciudad de Gaza, donde se refugiaban miles de personas. El ejército israelí dijo haber matado a 19 milicianos de Hamás y la Yihad Islámica. Hamás y activistas palestinos cuestionaron esa declaración, diciendo que dos de los 19 habían muerto en ataques anteriores y que se sabía que otros eran civiles u opositores a Hamás.

El norte de Gaza está rodeado por fuerzas israelíes y en gran medida aislado del mundo, por lo que no fue posible confirmar de forma independiente las versiones de ninguna de las partes. Líderes europeos y vecinos de Israel condenaron el ataque.

Sinwar nació en 1962 en el campo de refugiados de Jan Yunis, en el sur de Gaza. Su familia procede de los alrededores de la ciudad costera de Ashkelon, que ahora forma parte del territorio israelí.

Cuando Hamás se formó a finales de la década de 1980, durante el primer levantamiento palestino, la Intifada, Sinwar participó en la creación del brazo militar de Hamás, las Brigadas Qassam. En los primeros años del movimiento, fue responsable de la lucha contra los sospechosos de colaborar con Israel dentro de sus propias filas. El entonces joven Sinwar fue tan brutal en sus acciones, que llegó a ser conocido como el “Carnicero de Jan Yunis”.

Fue condenado cuatro veces a cadena perpetua por matar a dos soldados israelíes. Sinwar pasó un total de 23 años en prisión en Israel, durante los cuales se dice que aprendió a hablar hebreo con fluidez. Fue liberado en 2011 como parte de un programa de intercambio de prisioneros.

En su nuevo cargo, este hombre de 61 años es también el principal responsable de la toma de decisiones en materia de intercambio de rehenes o alto el fuego. Según los expertos, podría mostrarse más reacio que su predecesor Haniyeh a un acuerdo de alto el fuego en Gaza.

La propia declaración de Hamás sobre la decisión a favor de Sinwar también parece apuntar en esta dirección, ya que envía un “fuerte mensaje” a Israel de que Hamás “continúa en su camino de resistencia”. El experto Michael también ve el nombramiento de Sinwar, considerado más extremista que Haniyeh, como una demostración de poder.

Por otro lado, su liderazgo podría ofrecer nuevas oportunidades para lograr acuerdos. “Sinwar no puede dirigir Hamás desde el túnel de Gaza donde se esconde. Como líder político, debe actuar desde fuera de Gaza”, dice. Así que, para poder salir de la Franja de Gaza, podría mostrarse dispuesto a hacer concesiones.

Se sabe que Sinwar quiere lograr un liderazgo unificado en todos los territorios palestinos, incluida la Cisjordania ocupada, gobernada por el partido Al Fatah del presidente palestino Mahmud Abbas, rival de Hamás.

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