Agencias, Ciudad de México.- El presidente de Colombia, Gustavo Petro, envió una carta a las directivas de Panam Sports en un intento por revertir su decisión de retirar a Barranquilla como sede de los XX Juegos Panamericanos, lo cual ha generado críticas al gobierno y gran debate en el país sudamericano.

La misiva fue difundida a la prensa por la Presidencia y está dirigida a Neven Ilic, presidente de Panam Sports y al Comité Ejecutivo, el cual decidió unánimemente el miércoles retirar el derecho a Colombia por “innumerables” incumplimientos del contrato vigente.

“Como presidente de la República y jefe de la administración, me dirijo a ustedes para manifestar nuestra voluntad y compromiso de superar cualquier obstáculo que haya dado lugar a la decisión”, señaló Petro en la misiva que no incluía una propuesta para realizar el desembolso de los pagos incumplidos que ascienden a millones de dólares.

Petro aseguró que Colombia “está a la altura de organizar y recibir la gran fiesta deportiva continental de 2027” y abogó por no perder la “oportunidad para poder darle a nuestros deportistas todo nuestro apoyo en el mayor evento deportivo multidisciplinario del continente”.

Colombia por segunda vez en su historia iba a realizar unos Juegos Panamericanos desde 1971 cuando Cali sirvió como ciudad anfitriona.

La ciudad caribeña de Barranquilla fue anunciada en 2021 como sede de los próximos Juegos Panamericanos adquiriendo un compromiso contractual con la Organización Deportiva Panamericana, Panam Sports.

La ministra del Deporte de Colombia, Astrid Rodríguez, ha explicado que Colombia realizó un pago en 2021, pero no hizo a tiempo el de 2022, por lo que pidió a Panam Sports una prórroga en los plazos que fue aceptada: pagarían cuatro millones de dólares el 30 de diciembre de 2023 y otros cuatro millones el 30 de enero de 2024.

Sin embargo, en diciembre no efectuaron el pago por falta de “flujo de caja” y le comunicaron a Panam Sports que girarían los ocho millones de dólares en enero. Una conversación que la ministra dijo haber tenido con el presidente de la organización sin detallar si el compromiso quedó por escrito.

El debate sobre los fondos que no se giraron llegaría al Congreso por requerimiento de varios legisladores que han propuesto una moción de censura contra la ministra alegando que debería salir de su cargo asumiendo la responsabilidad política de la pérdida de la sede de los Panamericanos.

La Procuraduría, encargada de las investigaciones disciplinarias a funcionarios públicos, exigió el jueves a la ministra que explique las razones que llevaron al presunto incumplimiento, solicitó el contrato suscrito con Panam Sports para la organización de esas justas continentales y el detalle de las consecuencias que traería para el país.

La tarea titánica de organizar los Panamericanos se fue agua abajo en Colombia

La organización de unos Juegos Panamericanos es una tarea titánica en la que Colombia estaba embarcada para acoger la edición de 2027 en Barranquilla, un trabajo de varios años que necesitaba una inversión cercana a los 400 millones de dólares y que se ha ido agua abajo con el retiro de la sede al país.

La decisión fue tomada por Panam Sports al considerar que Colombia incumplió el contrato firmado, en referencia a los pagos que debía hacer.

Las partes habían llegado a un acuerdo en octubre para cumplir el contrato, que incluía el pago de cuatro millones de dólares por “derecho de organización” de los Panamericanos, cifra que tenía que haber sido desembolsada el 30 de julio del año pasado.

También debían pagar cuatro millones de dólares que corresponden a “la concesión de derechos de medios”.

Según Panam Sports, las partes supuestamente habían acordado que el pago de los primeros cuatro millones de dólares se haría antes del 31 de diciembre de 2023 y de los otros cuatro millones de dólares antes del 31 de enero de 2024, algo que no ocurrió.

A las numerosas críticas recibidas por el Gobierno del presidente colombiano, Gustavo Petro, por no cumplir con los pagos y dejar escapar los Panamericanos, se sumó ayer la bicampeona olímpica y Panamericana Mariana Pajón, quien consideró que “todos” en el país pierden con estas decisiones.

“Perdemos visibilidad internacional, perdemos posibilidad de ingresos para sectores turísticos y economías locales, perdemos en adecuación y construcción de escenarios deportivos para nuevas generaciones, perdemos fogueo internacional para muchos atletas, perdemos credibilidad internacional, perdemos la posibilidad de mostrar lo mejor de Colombia, perdemos posibilidad de empleo e impacto social, perdemos la posibilidad de unir a muchos colombianos en una causa, perdemos futuro”, manifestó.

Para organizar los Panamericanos, Colombia había calculado un presupuesto de aproximadamente 399 millones de dólares, de los cuales el 60 % los iba a aportar el Gobierno Nacional y el 40 % restante las autoridades de Barranquilla y de las regiones que fueran designadas como subsedes.

La ministra del Deporte, Astrid Rodríguez, manifestó en octubre que acoger estas competencias beneficiaría a todo el país porque esto implica “desarrollo deportivo, impacto a la economía popular y de componentes sociales”.

En ese sentido, Colombia esperaba recibir a unos 7.000 deportistas de 41 países que competirían en principio en 34 deportes durante 17 días.

Hasta el momento, como lo reveló la ministra en una rueda de prensa tras perder la sede, Colombia sólo había desembolsado 2.25 millones de dólares a Panam Sports para la organización de los Juegos y eso lo había hecho la Alcaldía de Barranquilla.

Los organizadores de los Juegos de Santiago 2023 aseguraron que las competencias dejaron en términos comerciales 16 millones de dólares en canjes y 4,2 millones de dólares en efectivo.

Todo esto sin tener en cuenta los beneficios que obtuvo el turismo y los demás sectores involucrados, no solo en lo deportivo sino en lo que rodeaba las competencias.

La decisión del organismo regional parece ser definitiva y con ello Colombia perdió los avances que había hecho para acoger las competencias más importantes de la región, un proyecto que se había puesto en marcha en 2018 cuando Barranquilla acogió los Juegos Centroamericanos y del Caribe.

En esa ocasión fueron construidos los estadios Rafael Cotes (atletismo) y Édgar Rentería (béisbol), el complejo acuático y el Parque de Raquetas, y fueron remodelados los dos estadios de fútbol, el Romelio Martínez y el Moderno, y el coliseo Elías Chegwin, que albergaron buena parte de las competencias.

Algunos de ellos iban a volver a ser remodelados para los Juegos y las autoridades locales sólo tenían previsto construir un nuevo velódromo y el Coliseo Mayor, así como una Villa Panamericana para poder aprovechar el resto de escenarios que dejaron los Centroamericanos y del Caribe de 2018.

Ahora, con la decisión de Panam Sports, no sólo quedaron a la deriva las inversiones y los proyectos con los que Colombia buscaba albergar las competencias sino también la ilusión de los deportistas que soñaban con colgarse una medalla de oro en casa, ante su público.

El Gobierno del presidente Gustavo Petro intentará dar una última batalla para convencer a Panam Sports de que dé reversa a su decisión de cancelar el contrato, una lucha que con el paso de las horas parece estar cada vez más perdida.

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