Texto Periódico El Mundo/Galveston, Texas.- La escena recuerda al sur de Estados Unidos previo a la guerra, cuando los cazarrecompensas atrapaban a los esclavos fugitivos y, a caballo, los arrastraban atados a una cuerda hasta el dueño de la plantación. Pero sucedió en Texas, hace unos días.

En el vídeo que ha dado la vuelta al mundo, los cazarrecompensas son agentes de la policía montada y el hombre negro atado (no por el cuello sino con una cuerda azul amarrada a sus esposas), un enfermo mental sin techo y con un largo historial de delitos menores a sus espaldas. Se llama Donald , como el presidente de su país, pero tras su imagen encadenado hay una historia muy distinta.

El humillante arresto tuvo lugar el 3 de agosto en la isla de Galveston (Texas). La ciudad debe su nombre al malagueño que la fundó como Gálvezton, Bernardo de Gálvez y Madrid. Hoy el 19% de sus 48.000 habitantes es afroamericano. Uno de ellos es Donald. Quizá el más desdichado.

Según han contado dos hermanos suyos y una cuñada, Donald, de 43 años, malvive desde hace tiempo en las calles de Galveston. Era «tan dulce como una mariposa», en palabras de su hermana Taranette, hasta que en 2006 su enfermedad mental empeoró tras la muerte de su abuela. Donald tiene además ocho hijos. Pero su vida es el abismo. No se medica y se resiste a que lo saquen de las calles. La última vez que le habían visto, tres semanas antes, se tiró en marcha del coche de su hermano.

El sábado, Donald entró ilegalmente en un edificio comercial.

Según el relato policial, el problema es que no había un vehículo disponible para trasladarle a comisaría. Así que los agentes P. Brosch y y A. Smith tomaron la mala decisión -así la ha definido su jefe- de llevarle atado.

De ahí la polémica fotografía, y la pregunta: ¿así es como en Texas se traslada a un detenido… negro? Ésa es la acusación de la familia y de varios políticos. Un diario local, en cambio, ha publicado que hace unos años un policía blanco y otro negro arrestaron a dos hombres blancos con el mismo método.

La Policía dice que a los agentes se los entrena en esta técnica y rechaza cualquier «mala intención» por parte de Brosch y de Smith, contra los que no está claro que se abra ningún expediente. Su jefe ha pedido disculpas y ha ordenado que esta técnica no vuelva a emplearse.

Donald fue liberado apenas 20 horas después. Cuando su hermana vio las imágenes, viajó desde Houston para buscarle. Tras recorrerse la isla, lo encontró en un McDonald’s donde suele pasar el tiempo. Donald le dijo que no estaba preparado para volver a casa.

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