Texto Periódico Marca/París.- Se le va a hacer larga la semana al Barça hasta que regrese La Liga. El equipo de Luis Enrique no sólo salió goleado del Parque de los Príncipes, sino que también mostró su peor versión, la de un equipo impotente y superado por un señor rival. Varios fueron los factores que explican la hecatombe azulgrana en París, aquí damos un par de claves para intentar entender lo ocurrido.
Cuando el Barça quiso entrar en el partido de anoche,ya iba perdiendo. Esto, que ya le ha ocurrido varias veces esta temporada en Liga, es inadmisible en Europa, donde todos salen a morder desde el inicio. Si encima te toca un equipo como el PSG de anoche, al que además de tener calidad, le dio por meterlo casi todo, te vuelves a casa con un saco de goles. No hay lateral derechoComo en el anterior punto, uno puede salvar la situación en Liga, donde la mayoría de los equipos no atacan al Barça durante todo el partido. Sin embargo, ayer el Barça se enfrentó a un equipo que le buscó las cosquillas por banda todo el partido. Evidentemente, los culés sufrieron en la de Sergi Roberto, por la que Draxler entró con facilidad. Anoche quedó demostrado que la situación de tirar de Sergi Roberto como lateral no es buena para nadie. Ni para el Barça, al que le puede pasar lo que le sucedió ayer en París, ni para el jugador, que por intentar echar una mano al equipo está quedando en evidencia.
El mejor ataque del mundo anoche estuvo irreconocible. Se fue sin tirar a puerta. Ni rastro de la pegada que ha salvado al Barça de Lucho de situaciones de todo tipo. Luis Suárez, que ya había reinado en París hace un par de años, se perdió en disputas sin éxito. Messi estuvo negado. Primero, porque le costó entrar en juego. Y segundo, porque no tenía al día. Nada de lo que intentaba le salía. En definitiva, irreconocible. Neymar, en cambio, fue el más combativo. El brasileño hizo lo que se le pide, no dejar de intentarlo nunca. De él nació el poco peligro generado. Sin embargo, se fue apagando con el paso de lo minutos.
Cuesta recordar un partido del Barça en los últimos años en el que el centro del campo haya estado tan superado como ayer. Busquets e Iniesta no parecen recuperados del todo y no supieron darle al equipo lo que necesitaba. Por su parte, André Gomes estuvo en su línea habitual.
Las alineaciones titulares siempre son discutibles, pero de un entrenador de élite se espera que sea capaz de cambiar un partido, o al menos a su equipo, con decisiones y sustituciones. No fue el caso de Luis Enrique, cuyos cambios apenas tuvieron incidencia en el encuentro.
