Agencias / InsurgentePress, Ciudad de México.- Uno de estos estudios, llevado a cabo principalmente por investigadores del CNRS (Centro Nacional francés para la Investigación Científica) y de la Universidad Aix-Marsella, en Francia, descarta la captura de asteroides, y muestra que el único escenario compatible con las propiedades de la superficie de Fobos y Deimos es el de una colisión gigantesca.
En el segundo estudio, un equipo de investigadores franceses, belgas y japoneses utilizaron simulaciones digitales de vanguardia para mostrar cómo pudieron formarse estos satélites a partir de los restos dejados por una gran colisión entre Marte y un protoplaneta con un tercio de su tamaño.
La teoría de la colisión gigante, que queda corroborada por estos dos estudios independientes, podría explicar por qué el hemisferio norte de Marte tiene una superficie con un relieve cuya altitud es modesta, en comparación con el hemisferio sur: la Cuenca Borealis es muy probablemente lo que queda de una gran colisión, como la que cabría esperar para la creación de Fobos y Deimos.
También ayuda a explicar por qué Marte tiene dos satélites en vez de uno, como es el caso de la Tierra que solo posee a la Luna, un satélite que fue creado en un choque gigantesco.
Esta investigación sugiere que los sistemas de satélites creados dependieron de la velocidad de rotación del planeta, dado que en esa época la Tierra rotaba muy rápidamente (daba una vuelta entera sobre sí misma en menos de cuatro horas) mientras que Marte daba vueltas seis veces más despacio.
Nuevas observaciones harán pronto posible conocer más sobre la edad y composición de las extrañas lunas marcianas. La agencia espacial japonesa (JAXA) ha decidido lanzar una misión en 2022, llamada Exploración de las Lunas Marcianas (MMX, por sus siglas en inglés), que traerá muestras de Fobos a la Tierra en 2027.
Su análisis podría confirmar o invalidar el escenario de formación descrito. La Agencia Espacial Europea (ESA) ha planeado una misión similar en 2024, en cooperación con la agencia espacial rusa Roscosmos.
Fuente: Revista Nature.