Por Erick Olivera Méndez/Ciudad de México.- El reciente informe del gobierno de Estados Unidos, que confirma un aumento del 3 por ciento en el Producto Interno Bruto (PIB) del segundo trimestre de 2024, trae muy buenas noticias para la mayor economía del mundo. Este crecimiento, impulsado principalmente por la solidez del gasto de los consumidores, indica que, a pesar de un contexto global incierto, la economía estadounidense mantiene su capacidad de recuperación.
El comportamiento del PIB ha superado las expectativas en varios momentos clave durante los últimos años. Las revisiones recientes muestran que el crecimiento económico ha sido más robusto de lo que se pensaba inicialmente, especialmente en 2023. Estas cifras revisadas subrayan una narrativa de fortaleza que contrasta con el panorama económico de otras grandes potencias.
La evolución del crecimiento económico desde la pandemia de covid-19 refleja un ciclo económico complejo. Después de la contracción del 2.2 por ciento en 2020, la economía rebotó con un 6.1 por ciento en 2021.
Desde entonces, ha habido una moderación, pero con una tendencia constante de expansión. La capacidad de adaptación de Estados Unidos a las dificultades globales, incluyendo la guerra en Ucrania, las tensiones comerciales con China y la inflación global, ha sido notable.
En un contexto en el que los consumidores estadounidenses mantienen un nivel saludable de consumo, la economía ha demostrado ser resistente a las presiones inflacionarias. Aunque la Reserva Federal ha elevado las tasas de interés para detener la inflación, esto no ha frenado el gasto de los hogares, lo que refuerza el crecimiento.
Pero no todo es optimismo, y el mercado laboral, aunque sigue mostrando señales de fortaleza, ha comenzado a perder algo de impulso. Las solicitudes de ayuda por desempleo han disminuido a 218 mil, su nivel más bajo desde mayo, lo que indica que los despidos siguen siendo limitados.
No obstante, las ofertas de empleo han caído, lo que podría indicar una ralentización futura en la creación de empleo. A pesar de estos indicios, los despidos se han mantenido bajos y no hay signos evidentes de un deterioro sustancial en el corto plazo. El próximo desafío será la publicación de la estimación del PIB del tercer trimestre el 30 de octubre, pocos días antes de las elecciones presidenciales.
La economía se perfila como uno de los temas más importantes para los votantes, y cualquier cambio en las tendencias económicas podría influir en el resultado.
Aunque el crecimiento se mantiene, los próximos meses serán claves para determinar si Estados Unidos puede continuar con este impulso o si enfrentará obstáculos que desaceleren su avance.