Agencias / Florida.- El sábado, cuando la UFC sea la primera organización deportiva relevante que reanude las competiciones deportivas en América del Norte, Tony Ferguson y Justin Gaethje saben que no podrán pelear con indecisión.
Muchos estarán atentos a lo que hagan ambos, cuando se enfrenten en la Florida, como parte de la función que será transmitida en la modalidad de pago por ver.
“Debemos salir y mantener vivo el deporte”, declaró Ferguson el martes después de su llegada a Jacksonville, donde le hicieron rápidamente una prueba de COVID-19.
Los 24 combatientes de la función UFC 249 están conscientes de que han sumado otro riesgo a sus ya peligrosas profesiones por haber aceptado competir en medio de la propagación de la pandemia de coronavirus.
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Aunque la UFC cuenta con estrictos protocolos de seguridad, nadie tiene certeza de los peligros que conlleva romper con una pausa de ocho semanas en los combates de artes marciales mixtas promovidos por esta organización.
La inactividad se romperá con tres espectáculos en un periodo de ocho días en Jacksonville.
Ferguson y Gaethje creen que sus riesgos son menores a la recompensa deportiva que obtendrán y al ejemplo que sentarán cuando disputen el título provisional de los ligeros de la UFC en un arena sin aficionados.
“Vamos a brindar una sensación de normalidad a la gente”, declaró Gaethje en entrevista telefónica. “Estoy orgulloso de ser parte de esto. Es una oportunidad para infundir inspiración. La gente necesita inspirarse en este momento. No deben deprimirse (o) dejarse llevar emocionalmente porque no pueden controlar lo que está sucediendo. Hay que superarlo. Necesitan ser inspirados y nosotros podemos hacerlo”.
La UFC nunca quiso suspender las competiciones cuando se extendía la pandemia. El presidente del organismo, Dana White, jamás careció de peleadores dispuestos a competir mientras hacía lo posible desesperadamente por mantener las funciones en medio de esta crisis sanitaria sin precedentes.
Ferguson niega que haya temor a pelear en la situación actual.
“Honestamente no tuve cautela”, agregó Ferguson. “Pelear es muy peligroso, así pues creo que estaremos bien”.
Ahora que White ha encontrado un estado y una comisión deportiva con disposición a recibirlo, después de la función UFC 249 le seguirán otras el 13 y 16 de mayo, y posiblemente una más el 23 de mayo desde Jacksonville.
“Uno no disputa con mucha frecuencia un titulo mundial, mucho menos durante una pandemia cuando hay cero competiciones deportivas y uno va a ser el único en la televisión”, señaló Gaethje.
“Uno tiene que enfrentar sus miedos. Salir y aprovechar las oportunidades que se presenten… Tenemos que llevarnos nuestros cheques de paga y que los empleados de la UFC que van a participar en el evento se lleven los suyos, y debemos inspirar a al gente a que no se rinda ahora”.
En contraste con muchos deportistas en el mundo que han manifestado preocupación por la posibilidad de que les exijan jugar en estos momentos de incertidumbre, los combatientes de la UFC, que típicamente no ganan dinero a menos de que compitan, han estado casi unánimemente ansiosos por regresar.
Incluso peleadores muy experimentados como el excampeón Dominick Cruz pretenden aprovechar una oportunidad a pesar de que están perfectamente conscientes de los riegos de salud. Al igual que Gaethje, Cruz considera la función UFC 249 como una oportunidad para vencer al miedo.
“En términos reales, nadie puede contraer este virus”, dijo Cruz, quien regresará de una ausencia de tres años en la jaula para enfrentarse el sábado al campeón de peso gallo Henry Cejudo.