agosto 27, 2024

Vaivén económico por cáculos de la Reserva Federal

Por Erick Olivera Méndez/Ciudad de México.- El discurso más reciente de Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos, durante la conferencia económica anual en Jackson Hole, Wyoming, ha encendido nuevamente el debate sobre el futuro de la política monetaria estadounidense. La señal clara que envió Powell es que ha llegado el momento de ajustar las tasas de interés a la baja, reconociendo una inflación en retroceso y un mercado laboral que comienza a mostrar signos de enfriamiento.

Después de más de un año con la tasa de interés de referencia en su rango más alto en un cuarto de siglo (5.25-5.5 por ciento), la Fed parece estar lista para dar el paso hacia la reducción de tasas. La clave detrás de esta decisión es que, según Powell, los riesgos al alza de la inflación se han reducido, mientras que los riesgos a la baja para el empleo han aumentado. Con esta declaración, la Fed insinúa su confianza en que la inflación está encaminada hacia el objetivo de 2 por ciento y que es necesario tomar medidas para evitar un deterioro mayor en el empleo.

La política monetaria de la Fed siempre ha estado guiada por dos grandes objetivos encomendados por el Congreso: mantener la inflación bajo control y estimular el empleo. En este contexto, el balance entre ambos ha sido complejo durante los últimos años. La pandemia de Covid-19 dejó a la economía global tambaleante, con un aumento descontrolado de la inflación que alcanzó su punto máximo en 7.1 por ciento, el mayor nivel en 40 años. Este aumento llevó a la Fed a iniciar una agresiva campaña de alzas en las tasas de interés desde marzo de 2022, elevando su tasa de referencia desde niveles cercanos a cero hasta su actual rango, en un esfuerzo por enfriar la economía y controlar la inflación.

La inflación ha descendido, con el índice de precios de los gastos de consumo personal, la métrica favorita de la Fed, situándose actualmente en una tasa anual de 2.5 por ciento. Este dato sugiere que el objetivo inflacionario de 2% por ciento está al alcance, lo que abre la puerta a la posibilidad de relajar la política monetaria. Al mismo tiempo, el mercado laboral, que resistió las políticas restrictivas, ha comenzado a dar señales de desaceleración. La tasa de desempleo ha subido a 4.3 por ciento, un nivel que la Fed considera consistente con una inflación estable a largo plazo.

El presidente de la Fed evitó dar detalles concretos sobre cuándo comenzarán los recortes de tasas o en qué magnitud. Sin embargo, las expectativas del mercado sugieren que la primera reducción, de un cuarto de punto, podría anunciarse en la reunión de la Fed en septiembre, con el objetivo de mantener el crecimiento económico en un contexto de desaceleración en la contratación y para evitar una mayor erosión del empleo.

A pesar de las críticas de figuras como el expresidente Donald Trump, quien sugirió que la Fed no debería mover las tasas tan cerca de las elecciones en Estados Unidos, Powell ha sido enfático en que las decisiones del banco central estarán basadas en datos económicos, no en el calendario político.

Los recortes de tasas parecen inminentes, marcando el fin de una era de políticas restrictivas destinadas a contener la inflación. Si bien el momento exacto y el ritmo de estos recortes dependerán de los datos económicos futuros, la Fed ya se prepara para ajustar el rumbo y permitir que la economía continúe su crecimiento sostenido, pero esta vez, con un enfoque en evitar una erosión en el empleo.

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